El Yangtsé en llamas

No he leído la novela en la que se basa la película, pero supongo que un metraje de cerca de tres horas se debió al empecinamiento del director, Robert Wise, de adaptar la obra literaria al cine con la mayor textualidad posible. Me refiero sobre todo a esa parte de la prostituta novel y virgen y su romance con el marinero Frenchy (Richard Attemborourgh), lo cual convierte al filme en demasiado lento y pesado de sobrellevar. Porque lo que si es relevante es la presencia de un barco militar de una potencia extranjera en aguas del interior de China y la situación política que allí se daba en 1926. Es precisamente ese contexto el que proporcionará la verdadera dimensión dramática a la película.

Siendo el contexto político determinante para lo que se cuenta en "El Yangsé en llamas", el director y su guionista no parece que estuvieran muy acertados, porque más que un conflicto entre nacionalistas chinos, comunistas y naciones extranjeras con intereses allí, lo único que realmente se expone es la tensión entre los primeros (los nacionalistas de Chan Kai Cheg) y un pequeño cañonero norteamericano. Los comunistas no aparecen nada más que en una conversación entre el capitán del barco y su segundo.

Toda producción de estas características, por envergadura y tema, siempre cuenta con un asesor militar para la mayor verosimilitud posible en las escenas bélicas. Sin embargo, da la impresión de que Robert Wise quiso sacrificar lo lógico y lo real en pro de la espectacularidad. Me estoy refiriendo a uno de los momentos cumbre, como es el de la batalla para romper el cerco de barcazas chinas unidas por una gruesa maroma que impide el paso al cañonero San Pablo.

Vamos a ver. En una situación como la descrita, para qué demonios haría falta un abordaje del junco chino, lo cual era del todo previsible que ocasionara bajas en la marinería estadounidense. Lo que un militar profesional habría hecho es, una vez silenciado el fuego de los vetustos cañones chinos con la superioridad de la potencia de fuego de las ametralladoras y la pieza artillera del San Pablo, lo que realmente sucedería es situar la proa del navío a unos 25 metros de la maroma y disparar el cañón casi a bocajarro. Sin la menor duda la maroma se iría a tomar viento, sin necesidad por ello de exponer a los marinos al tiroteo y a la lucha cuerpo a cuerpo con un enemigo superior en número. Por lo tanto era absurdo esto último, donde se puede ver al pobre de McQueen sudando la gota gorda mientras arrea hachazos a la maroma mientras tiene la espalda desprotegida ante cualquier ataque. Tampoco es real, como he leído en otro comentario, que la barrera interpuesta por los chinos ante el San Pablo fuese obra de los comunistas, ya que los barcos chinos llevan la bandera nacionalista en vez de la roja del Partido Comunista Chino.

El cine no puede prescindir tan evidentemente de la realidad para sustituirla por la espectacularidad, salvo que se corra el riesgo de caer en la ridiculez.

Y por último, otra muestra del más que probable menosprecio de Wise a los consejos que se supone que le daría el asesor militar de la película.Cuando van a rescatar en tierra a los misioneros es de noche, pero al capitán no se le ocurre la más que elemental medidad de que el pelotón cambie sus blanquísimos uniformes por otros oscuros, cuando disponían de esta última vestimenta mucho más discreta y apropiada. Y el resultado ya lo saben: el pelotón fue un blanco perfecto.

Todo lo descrito podría llevarnos a la conclusión de lo pésimos que eran los militares estadounidenses, cuando todo este dislate del director se debe a un indisimulable deseo de espectacularidad. Por cierto, lo de la alusión a "la matanza de Nankín" por parte de tropas occidentales no me consta. La única masacre que sucedió en dicha ciudad tuvo lugar en la posterior guerra chino-japonesa de los años 30 y fue cometida por los nipones. Seamos fieles a la historia.

China, después del derrumbe del imperio y la entra en escena de la república de Chan-Kai Chen ven como las naciones colones de occidente tratan de dominar su territorio pero van a encontrar serio reparos con el nacionalismo chino. La historia está contada a bordo del viejo vapor san Pablo que navega por el río Amarillo para defender los intereses de los americanos en el país dada la enorme inseguridad en el mismo. Por la herrumbre del barco, una parte considerable del tiempo ha de pasarse por el jefe de máquina y su equipo arreglando las tuberías de vapor de la sala de máquina donde muere el jefe chino de calderas. Los marinos USA van y viene del barco a la casa de prostitutas hasta que las cosas se ponen complicada por mor de los nacionalistas y de los comunistas que pretende echar del río a los americanos. Más detalles en spoiler

Pasando las escena de las juergas con las prostitutas, hacia la mitad la película va cobrando interés en la medida en que la pequeña dotación de barco se entregan a la causa de rescatar a los americanos en China. McQueen (Holmann) es la única estrella y lo hace bien. La película es un poco pesimista pero los mrinos se entregan todos al rescate de los que corren peligro en la misión sin importarle el riesgo.

Interesante producción, inusualmente tratado, pero que nos ofrece un punto de vista diferente a lo que estamos acostumbrados acerca de ese periodo histórico que fue los inicios de la Revolución china.
En 1926, después de la caída del imperio chino, el país trataba de unificarse y el pueblo, que sufría hambre y opresión por parte de los estamentos militares corruptos que gobernaban las regiones y por parte de los países extranjeros que defendían sus intereses y propiedades en aquel país, se dividían en nacionalistas y comunistas y estaban al borde de la guerra civil.
El San Pablo, era un pequeño cañonero que patrullaba por el río y cuya misión era la de proteger a los ciudadanos americanos, sin inmiscuirse en los problemas de los chinos.
Steve McQueen es un marino, solitario y desencantado, poco interesado en la Armada y sus guerras, cuyo único interés, es hacer su trabajo como jefe de máquinas del barco.
En el San Pablo, conocerá a Frenchy ( Richard Attenborough), único hombre de la tripulación con quien congeniará, pero se encontrará con un capitán con ansias de gloria y amor por la patria, que maneja ese pequeño cañonero, como si de una fragata se tratase.
Estos marinos ( todos muy bien dibujados), no tienen nada mejor que hacer que frecuentar el prostíbulo de la ciudad donde Frenchy, se enamorará de una joven china que por una deuda, tiene que vender su virginidad.
También McQueen se enamorará de una maestra misionera que, al igual que él, no cree en guerras ni banderas pero los acontecimientos se precipitarán y tendrán que tratar de sobrevivir.
Película muy interesante, aunque muy larga y de argumento un poco confuso. Es inusual ya que no nos presentan personajes por los cuales tomar partido, ya que todos tienen sus razones para actuar así y al mismo tiempo, todos se comportan con egoísmo.
El director en su afán por mostrar un sesgo pacifista, no nos deja decantarnos por ningún personaje y el resultado, es un film muy interesante pero incómodo. No estamos acostumbrados al claroscuro de los personajes.

Producción ambiciosa en el que R. Anderson y R. Wise saben encontrar ese tratamiento cinematográfico cuidadoso y eficaz para afrontar con garantía de éxito un argumento correoso marcado por un angustioso contexto prebélico.
En general consiguen un notable equilibrio narrativo aunque a veces la trama se detiene en anécdotas prescindibles que restan dinamismo a la acción. No obstante la película mantiene el interés y se sobrepone con solvencia a los distintos niveles de intensidad dramática.
Incorpora con habilidad tanto trasuntos psicológicos como pulsiones íntimas y todo ello en escenas sobresalientes caracterizadas por una fotografía espectacular, por una ambientación magnífica y por una interpretación sólida y consistente.

Buena película de acción y romance ambientada en la convulsionada China de los años 20 en donde se produce una revolución nacionalista y los extranjeros comienzan a ser hostigados. En medio de esto nos encontramos con el personaje de Steve McQueen quien es maquinista y enviado a formar parte de la tripulación de un cañonero estadounidense que se encuentra en las aguas del río Yang Tzé, que poco le interesa los conflictos y mas aún estar de un lado u otro. Poco a poco vemos como los problemas comienzan a aparecer y lo que era tranquilidad se convierte en una guerra, siendo testigos de la historia de amor del protagonista con la bonita Candice Bergen que tiene el papel de una maestra dispuesta a quedarse. Hay una muy buena actuación de McQueen, en quien se apoya la totalidad del film y especialmente de un correcto Richard Crenna como el capitán del barco. Tiene una duración de casi 3 horas pero sinceramente se pasan rápido lo que nos indica que es un film para ver.