La sociedad literaria y el pastel de piel de patata

Basada en la novela de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows de mismo y rebuscado título, todo un Best seller internacional, esta estupenda y preciosa historia fue eficazmente adaptada al cine entre tres guionistas, y muy competentemente dirigida por el veterano y consistente Mike Newell, tan británico como la propia cinta, que coincide en muchas cosas con la también magnífica "La librería".

Con la cada vez más consolidada Lily James (nuevamente en un papel "años de guerra o postguerra") como encantadora cabeza de un reparto que cumple a la perfección con sus interpretaciones, el film rezuma buen gusto, con una ambientación perfecta.

Agradable, interesante y entretenida en su tratamiento de temas universales, como las consecuencias de las guerras, o la necesidad de la literatura, esta romántica película deja un estupendo sabor de boca.

Hay películas que derrochan tanto encanto que es imposible llevarse mal con ellas. Aunque tengan un final tan sumamente trillado como el que nos ocupa, el carisma del reparto, los personajes o el paisaje, terminan siendo pluses que inclinan la balanza a su favor.

Basada en la novela de Annie Barrows y Mary Ann Shaffer, ‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata’ nos cuenta la historia que existe detrás de estas personas que en los años 40, intentando escapar de la tiranía nazi, se inventan este grupo que les permita recuperar su autoestima y sentirse, de nuevo, personas. El truco está claro, en que los alemanes después querrán comprobar que todo esto es verdad.

Una vez arrancada la idea principal, nos trasladamos unos cuántos años más en adelante para encontrarnos con la verdadera protagonista, Juliet Ashton, una escritora que pronto se enganchará a la historia que hay detrás de la sociedad literaria y que esconde más de un secreto.

El director Mike Newell rueda con encanto y se aprovecha de la maravillosa belleza que desprende el paisaje para seducir al espectador y hacer que la distancia entre la butaca y la pantalla grande sea mínima. Lo que vemos nos parece real, entre otras cosas porque los personajes son lo más reales posibles. Aquí hay que destacar a su buen reparto (Lily James, Michiel Huisman, Glen Powell, Jessica Brown Findlay, Matthew Goode, Tom Courtenay o Penelope Wilton) pues lo cierto es que están todos estupendos.

Pero como digo, a pesar de ese detalle, ‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata’ es una entretenida y amena propuesta que, estoy seguro, os encantará.

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La sociedad literaria y el pastel de piel de patata (¡Vaya título! casi imposible de decir correctamente) es una película encantadora que hace de su sencillez y sus buenas intenciones su mejor valor.
No es una obra maestra, y desde luego no parece posible que cambie la vida de nadie, pero sin duda es una cinta la mar de agradable y tierna que mezcla con acierto una historia de amor, una de guerra y el trasfondo literario (no siempre es fácil retratar en el cine las sociedades literarias, librerías y otras entidades dedicadas a los libros).
Como decimos, su mejor valor es su nada disimulada ternura y encanto, potenciada por unos actores muy bien escogidos. Michiel Huisman se está labrando una más que interesante carrera fuera de su Holanda natal (no se lo pierdan en La maldición de Hill House, por favor), y por allí parece también parte de la plana mayor de Downton Abbey: la veteranísima y excelente Penelope Wilton, una emotiva Jessica Brown-Findlay que tiene el personaje más interesante del relato, y por supuesto Lily James, una de las actrices de presencia más simpática en cine de los últimos años (es perfecta para este tipo de papeles de chica inocente y simpática; resulta tan encantadora como la propia película).
En definitiva,la película más británica de Mike Newell, un realizador que ha tocado todos los palos posibles, y un cuento melodramático que rezuma cariño.

Lo mejor: Su encanto y la pareja que forman James y Huisman.
Lo peor: Nada concreto, salvo que es lo que es.

Película muy a la británica, con un reparto de nivel –como siempre en lo british-, una historia aleccionadora para este mundo en el cual se lee poco, puesta en escena bien y una dirección clásica en la línea de un director con gran experiencia que maneja la técnica y las maneras de este arte que es el cine.

La dirección de Mike Newell re-visibiliza a un veterano, clásico y heterodoxo director, que ofrece con este ‘largo’ título una muestra de cine un cine muy inglés. Y lo hace con solvencia, soltura, gracia y un sentimiento que logra que la película pueda gustar, a pesar de su larga duración, su previsibilidad y que no aporta nada nuevo.

Tiene un guion de Thomas Bezucha y Don Roos, adaptación de la novela de título homónimo, un éxito de ventas póstumamente publicado en 2008 por la autora estadounidense Mary Ann Shaffer y la co-escritora Annie Barrows. La adaptación de las miserias e inconvenientes de la guerra es aceptable, aunque no siga al pie de la letra el libro, pues se han obviado complicaciones dramáticas y románticas de la novela durante períodos prolongados de tiempo de pantalla. Libreto, empero, bien escrito y con unos diálogos chispeantes que juegan a favor de la historia afectiva y enternecedora que cuenta.

La música de Alexandra Harwood acompaña bien, muy buena fotografía de Zac Nicholson y pasable puesta en escena. Gran vestuario de la diseñadora Charlotte Walter con la moda de la década de los cuarenta perfectamente ceñida y colorista.

En el reparto Lily James hace un gran papel junto a Michiel Huisman, aunque entre ambos no exista mucha sintonía o química; son roles muy diferentes los que ambos interpretan, y los conjugan con relativo éxito. Si ella es agraciada, rica y talentosa, él es el arquetipo del granjero guapo y bueno que invita a retornar al mundo del campo con clara opción al romance. Muy bien todos los actores de reparto como Glen Powell que interpreta de manera óptima el rol del novio militar norteamericano; o Matthew Goode, excelente en el papel de editor de la protagonista y para mí el mejor del reparto.

Hay algo que destaca en esta cinta: que alzaprima el poder de la palabra escrita, el amor por la literatura y por los libros. La lectura no sólo como fuente de alegría, recogimiento o fantasía íntima, sino también como refugio donde cobijarse en tiempos difíciles. Su director Mike Newell, tantas veces considerado un artesano del cine, en esta ocasión hace un tratamiento afectuoso hacia sus adorables y excéntricos personajes, lo cual puede eximirlo de las carencias en su obra.

Al ser la lectura una de mis mayores aficiones me resultó atractivo el título y la sinopsis de esta película, pero realmente me ha decepcionado bastante pues es otro giro de tuerca más al tema de la segunda guerra mundial, el nazismo y bla-bla-bla. No me transmitió absolutamente nada la historia de la protagonista ni tampoco la trama relativa a los tiempos de la segunda guerra mundial, desconozco si por la poca efervescencia de la actriz principal o por estar todo ya muy manido. Me alucina bastante que en esta web se le de más de un 6 cuando todo lo más es un producto de sobremesa, pero...