Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra

Piratas del Caribe es de esas películas que muchos críticos que cobran por criticar nunca mejor dicho, la gran mayoría destrozaría, que si el guión es tontorrón, que si Johnny Depp es aún más tonto y bla bla bla.
Pienso y sobretodo creo, que el fin de una película es que entretenga y La Maldición de la Perla Negra entretiene soberanamente, hay piratas, hay buenos y malos, hay guerra, hay acción, hay una tía buena que se llama Keira Knightley, está Geoffrey Rush que además de gran actor parece un pirata de verdad, efectos especiales increíbles y como no, está un gran actor como Johnny Depp que puede hacer cualquier papel cinematográfico cambiando de registro y haciéndolo genial.

Desde Piratas de Roman Polansky no recuerdo otra película de piratas, Gore Verbinski ha invertido excelentemente el dinero en una súper gran producción y le ha salido genial.
En definitiva todos tenemos algo de Jack Sparrow dentro de nosotros, nos gustaría vivir alguna historia de las suyas, beber ron y por supuesto, ser el capitán de La Perla Negra y surcar los mares.

Nunca debieron existir las secuelas. La Maldición de la Perla Negra es única e irrepetible. Un fabuloso entretenimiento para toda la familia, para disfrutar una y ota vez. Del mejor cine de aventuras de los últimos años.

Lo mejor:

-El personaje de Sparrow, brillantemente interpretado por Jhonny Depp.
-El guión, una muestra de cómo escribir guiones inteligentes que no insulten al espectador.
-Una estupenda mezcla del género de aventuras y las historias de barcos fantasma.
-Muy entretenida y divertida.
-El resultado conseguido por los FX, que logran dar vida a la singular maldición del oro azteca.
-La escena de presentación de Sparrow.

Lo peor:

-Orlando Bloom. Pésimo.
-Momentos en donde canta un poco la realización en escenarios.
-Saber que esta película tuvo dos indignas secuelas.
-Finalmente sabemos que no innova en nada; consigue superar la media de la calidad de los blockbusters, pero todo sigue como antes.

Hacía muchos años que no veía esta potente cinta de la que siempre ha tenido mucho prestigio en estos años y más sabiendo que es la que fundó una saga que ha ido a más en el ámbito taquillero y comercial. Personalmente siempre esta primera parte es la que menos me sorprendió de la saga junto a la decepción de la última cuarta parte pero sin duda he de reconocer que es una gran película tanto por la grandiosa banda sonora que podría haberse llevado el Oscar pero también hay que reconocer que tenía la competencia de Howard Shore y su Señor de los anillos, como por la estupenda y carismática interpretación del polifacético Johnny Depp y sus frases irónicas y divertidas. Además de contar con un villano bastante aceptable como Geoffrey Rush o el romance de turno con la aceptable pero prescindible Keira Knightley y el interesante Orlando Bloom. Quizás los dos últimos mencionados sean los que menos me gusten pero también tengo que tener en cuenta que en la última entrega de los piratas les eché de menos. Quizás no sean un personajes espectaculares pero aportan un granito de arena. Otra cosa a destacar es la segunda hora de la película que es simplemente espectacular con esos efectos visuales como bien se caracterizan a los piratas y mismamente las batallas entre los ingleses y los piratas en los barcos. La primera hora está bien pero siento que le falta acción. Y otro pequeño detalle que hace que no sea perfecta es el hecho de que ponen a los británicos como unos estúpidos, poco más y parece que estamos en el Show de Benny Hill con sus chistecitos y la mentalidad de dos de los soldados británicos a los que aborda el señor Sparrow. En fín, una gran película de aventuras que para muchos es ya un clásico contemporáneo pero que desde mi punto de vista la segunda parte siempre ha sido la mejor de la saga a mi gusto. Recomiendo ver las tres primeras pero no la cuarta porque es un fraude.

Nada de ponerse nostálgico, ni de hablar de El temible burlón, Viento en las velas, La mujer pirata, El mundo en sus manos y otras perlas. Tampoco de empeños más recientes, saldados con más éxito, como la incomprendida Piratas, de Polanski, que empieza y termina en un huis clos tan cerrado como el resto de las películas de su director y es al tiempo una buena película de género. Pero es que Verbinski hace bueno incluso al malo de Renny Harlin y La isla de las cabezas cortadas, lo que ya es mucho decir. Piratas del Caribe no es una mala película de piratas (que lo es); es, a secas, una mala película, con escenas alargadas y tediosas, un gusto por el estereotipo digno de mejor causa, una puesta en escena caótica que confunde la acción con la confusión y unas interpretaciones verdaderamente erradas (los excesos de Deep son imperdonables, la chica es de cartulina y Bloom merece mejor suerte: con Rush no me meto porque siempre está bien) Los personajes no respiran en un paisaje abierto (será porque éste, literalmente, no existe, y todo lo crea la dichosa infografía, hasta lo que miran por los ventanales de las casas) y la acción progresa espasmódicamente. Sólo un plano merece la pena: el de los piratas fantasmales andando a paso de carga por el fondo del mar, una imagen inquietante como pocas, que se pierde en el maremagnum de efectos especiales que no tiene, en absoluto, el hálito de lo fantástico. No es mucho para 150 millones de dólares.

Pues eso, de piratas, barcos y mares va esta peliculita de Disney que, sin embargo, no parece del todo apta para niños. Muere gente de una manera un poco bruta, a quemarropa y sin anestesia, y además salen unos vivos murientes, si se me permite inventar palabras, que pueden dar algún susto. Sea como sea, medio entretenida y medio divertida, con el plus, que es lo que valoro sobre todo, de hacer resurgir un género tan clásico como el de aventuras marinas, compartiendo cartelera con la mucho más seria «Master & Commander» de Peter Weir. Qué curioso. ¿Es que se ponen de acuerdo, o qué?

En fin, que en esta historia habrá muchos piratas, un romance, tesoros y una maldición, elementos que por separado gustan, así que si se juntan ya hemos triunfado. Yo he decir que «Piratas del Caribe» no me ha resultado demasiado trepidante, uno de sus inconvenientes, y algunos pasajes se hacen algo largos. Es que dos horas y media no son ninguna tontería, y es normal que por momentos la historia se quede al pairo. Sea como sea, la llegada del capitán Barbosa con un espléndido Geoffrey Rush le hace desplegar velas hacia el núcleo de la trama, donde el herrero Will Turner y su sangre (nadie nos explica por qué) serán clave. Orlando Bloom es uno de sus actores que te son por completo indiferentes, y su personaje es un pelín insípido, todo hay que decirlo. Johnny Depp se llevó una nominación al Oscar por ese Jack Sparrow que ha creado imagen. Hombre, graciosete es, pero tampoco le encuentro especialmente atrayente. A lo mejor es por lo sucio que va, porque mira que son todos asquerosos. Si hay maldiciones y leyendas hechas realidad, ¿por qué hay que llevar ese malentendido realismo hasta esos extremos? El look pirata y marinero, que está chulo, podría haberse utilizado para que estos personajes resultasen más agradables, ¿no?

En lo personal, ni loca me quedaría con un pirata perseguido por todas las autoridades que se dedica a hacer tropelías por regla general, si tengo como pretendiente a ese gran Comodoro Norrington, por Jack Davenport, mucho más estoico y caballero que cualquiera de los otros. Keira Knightley, muy guapa a pesar del rubio, pone el toque femenino y rebelde.

Para pasar el rato, sirve.