Múnich en vísperas de una guerra

Muchos obstáculos a solventar. La película trata un hecho político de relevancia histórica pero poco interés para el público general. El intento de invasión de la Alemania nazi sobre Checoslovaquia, primera señal de las ambiciones expansionistas de Adolf Hitler. El asunto se solucionó sin conflicto armado, con un frágil acuerdo firmado en Munich. La película se centra en la situación pre-bélica entre Alemania e Inglaterra desde la perspectiva de dos jóvenes amigos licenciados en Oxford. Ambos separados por la guerra y trabajando en asuntos exteriores de paises enfrentados pues uno es alemán y el otro inglés. Su cercanía a los líderes mundiales les permitirá ser testigos de la tensa relación diplomática entre ambos paises.

El segundo obstáculo es que las películas de despachos suelen ser farragosas. Para darle emoción el director introduce un clima de espionaje, con unos documentos secretos que revelarían que la ambición de Hitler era adueñarse de Europa.

Es complicado captar la atención del gran público con semejante historia. Toda la película parece una excusa para recrear aquel momento histórico, pero es insuficiente para crecer como narración autónoma. Tal vez un director con más habilidad para el entretenimiento popular hubiera logrado escapar de esa sensación de documental dramatizado pero Schwochow no es Spielberg.

Munich en vísperas de una guerra es una película interesante, especialmente si al espectador le gusta la Historia.
Es verdad que ya parece que hay poco que contar sobre la Segunda Guerra Mundial y sus periodos de pre-guerra y posguerra, ya que es quizá el conflicto bélico más tratado por el mundo del cine, sin lugar a dudas, pero el cineasta alemán Christian Schwochow acierta poniendo el foco en una historia muy bien contada, con mucha elegancia y mucha atención hacia los personajes.
Además, vaya reparto se ha reunido delante de la cámara. Desde el excelente George MacKay hasta una Jessica Brown-Findlay más madura como intérprete y como mujer, pasando por un excepcional Jeremy Irons (en la piel de Neville Chamberlain), todo el reparto hace una interpretación de lo más matizada y acorde con la seriedad del conjunto y de la narración. Es una lástima que la película tenga a ratos ese ritmo tan lento y esa escasa agilidad para ir haciendo avanzar la trama, porque en conjunto se trata de una producción notable, y perfecta para aquellos espectadores que disfruten con los relatos históricos de época.

Lo mejor: Los actores (especialmente Jeremy Irons) y la elegancia y seriedad de su narración.
Lo peor: Le falta algo de ritmo y algo de agilidad.

'Munich en vísperas de una guerra' supone una película más sobre la II Guerra Mundial, si bien en esta ocasión no desde el género bélico como se han hecho infinidad de veces en estos años y décadas pasadas, sino desde una perspectiva de intriga y espionaje cuyo mayores reclamos son George MacKay ('1917', 'Captain Fantastic') y el gran Jeremy Irons, que no necesita presentación alguna.

El filme cuenta con el punto en contra de que se sitúa en la víspera de la contienda de la II Guerra Mundial y se sabe que terminó sucediendo, si bien no es un impedimento en absoluto para introducir una historia de intriga donde se quiere llegar a una solución para evitar lo que, desgraciadamente, terminó sucediendo; todo ello bajo el protagonismo del Primer Ministro Neville Chamberlain, Hugh Legat quien hace de asistente de Chamberlain y de Paul von Hartmann, quien tiene una historia en común con Legat que iremos conociendo.

El mayor valor del filme serán sus tramos dramáticos más que la narración de los hechos donde se reflexiona sobre el cuidado a quien adorar y una visión sobre las peleas por ideologías políticas y sus consecuencias que, en opinión de quien escribe, es una completa imbecilidad.

Como valor artístico no hay mucho a destacar realmente. Si se está familiarizado con estas producciones se sabe donde se mete y lo que se va a encontrar. Ceñirse a los hechos reales le quita algo de potencial; no obstante, la recreación de los años 30, el guion que introduce una narración atractiva -aunque sepamos como terminó todo- y los actores protagonistas ponen de su parte para que el visionado no caiga en saco roto.

A quienes no les guste/interese la historia y la geo política esta película los va a aburrir un montó, así que lo mejor es que la eviten.
Me pareció una buena representación de una época agitada, y sobre todo algo que no se dice lo suficiente: exceptuando Hitler nadie quería la guerra, ni siquiera los alemanes, era algo que tenía que ver con la psicopatía suya, incluso otros dictadores asesinos como Stalin hicieron todo lo posible por evitarla. Esta película trata de recalcar eso y un poco de reivindicar o dar una nueva mirada sobre Chamberlain que siempre ha sido juzgado como un pusilánime que no estuvo a la altura de las circunstancias. Acá se lo retrata como un pacifista pragmático que intenta hacer todo lo posible para aunque sea retrasar la guerra, a toda costa. Y sus razones son totalmente válidas, quería evitar la muerte de millones de personas y en ese tiempo nadie tenia la seguridad de la clase de sanguinario que era Hitler y hasta donde podía llegar.
Me gustó el ritmo de thriller que le dan a una anécdota "pequeña" que a muchos les puede resultar aburrida o insulsa.
Lo peor: El personaje de Lenya, queda solo como "la chica" es más un personaje que sirve como metáfora que uno que tenga un verdadero desarrollo. La transformación de Hugh que por lo que aclaran se da solo por eso es muy vaga y poco desarrollada. Creo que de ser un ferviente simpatizante nazi a un férreo opositor capaz de formar parte de un complot para asesinar a Hitler, era algo que debían mostrar, no sintetizar en un par de diálogos.
Las historias personales de Paul y sobre todo de Hugh no están muy logradas, parece más relleno.
Ulrich Matthes no era el actor indicado para interpretar a Hitler, se ve muy mayor, Hitler tenia 49 años cuando transcurre los hechos narrados en la películas, y el actor 62, por lo que hace un personaje mucho más avejentado que el real.
Lo mejor: Jeremy Iros, está genial como Chamberlain.
George Mackay y Jannis Niewohner también hacen un excelente trabajo, además tiene mucha química en pantalla, realmente parecían amigos entrañables.

Ameno y con una buena dosis de suspense "Múnich en Vísperas de una guerra" (del director alemán Christian Schwochow) arranca en el año 1932 con la graduación en la universidad de Oxford de 3 amigos: Hugh Legat, Paul von Hartmann y su novia Lena. Seis años después el destino les volverá a unir mientras el primer ministro británico Neville Chamberlain pone en marcha toda la diplomacia posible para evitar otra guerra en Europa. La paz sólo duró 1 año más.
La fuerza y atractivo del largometraje recae sobre el elenco: el siempre correcto Jeremy Irons (en el papel de Chamberlain, personaje que es considerado por muchos una versión light de cómo fue realmente el político), el prolífico George MacKay (“1917”, “Pride”) y el joven alemán Jannis Niewöhner, protagonistas de una trama de espionaje cuyo final todos conocemos.
Si eres de los que no estás de acuerdo con la visión que Schwochow da de Chamberlain acuérdate de lo que decía el maestro Alfred Hitchcock a sus actores y actrices: “Recuerde...solo es una película"