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Chinatown

Cine negro. Intriga. Drama Los Ángeles, 1937. El detective Gittes, especializado en divorcios, recibe la visita de la esposa de Mulwray, el jefe del Servicio de Aguas de la ciudad, que sospecha que su marido la engaña. Al mismo tiempo, Gittes descubre que los agricultores acusan a Mulwray de corrupción por su negativa a construir un pantano que paliaría la sequía que sufren. Poco después, el escándalo salta a la prensa, pero la cosa se complica cuando una mujer ... [+]
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Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
11 de julio de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chinatown, además de un barrio chino -en este caso de Los Ángeles-, es, una truculenta historia de familia, bajo la alargada sombra del mejor cine negro. Es, una historia de corrupción política, que despunta bajo las afiladas garras del poder. Es, otro magnífico thriller de los setenta, esta vez bajo la personal mirada de Roman Polanski. Es, un escenario, donde resplandece la confrontación entre dos grandes estrellas cómo John Huston y Faye Dunaway; el primero, consigue causarnos pavor pese a su alargada y eterna sonrisa y sus suaves palabras, bajo las que se destilan veladas amenazas mientras, la segunda, además de desplegar su profunda sensualidad, representa, con un proverbial talento repleto de madurez, a una mujer carismática que esconde un terrible secreto…

Pero, Chinatown, es, ante todo, un prodigioso relato cinematográfico, y en mi opinión, el mejor film de Polanski. Luego… está, Nicholson, con su corte en la nariz (el que cada vez que lo veo me duele) y sus peculiares muecas; aunque esta vez, la verdad, no abusa de ellas...

Chinatown, trascurre por tres sendas distintas, pero convergentes, que inexorablemente se entrecruzarán. La primera, discurre por la propia historia de la ciudad de Los Ángeles, describiendo, un episodio histórico, acaecido durante los años treinta, la llamada, guerra del agua, en el valle de San Fernando. Causada, por el deseo de los potentados de la Gran Ciudad de retraer de allí, ésta, para abastecer, la cada vez más creciente demanda de ella, hacia la metrópolis del sur de California, y de paso, enriquecer a unos cuantos. La segunda, nos muestra, las andanzas, el cinismo y las pesquisas, del típico detective “hammettiano”, sólo que esta vez, venido a “huelebraguetas” con cierta conciencia. Y por último, hallamos, un frondoso y tortuoso sendero, por el que discurre una turbia saga familiar…

“Chinatown”, es una película que se deja ver bastante bien y se sigue de igual manera por una trama, aunque en parte compleja, que se desmenuza, ante los ojos del espectador, con gran agilidad, como se desembrolla un ovillo en una máquina tejedora industrial...

Y, “Chinatown”, es, una película, que está muy bien conducida. Una película, que es un verdadero “bocatto di cardinale” para los amantes del cine negro, como es mi caso.
Plácido Eldel Motocarro
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23 de agosto de 2015
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Chinatown es uno de los máximos exponentes del cine negro y describe a este género como tal, por un lado nos muestra lo más oscuro de la sociedad y por otro, el héroe es empujado al abismo por una mujer.

Roman Polanski a través del guión de Robert Towne nos traslada a los Estados Unidos de los años 30 y nos introduce desde el comienzo a Gittes (protagonizado de una manera soberbia, impecable e inmejorable por Jack Nicholson), un famoso detective, odiado y amado.

Un día una misteriosa mujer se acerca y le dice que investigue a su esposo Hollis Mulwray (Darrell Zwerling), un respetado ingeniero, jefe de un millonario proyecto de construcción. Ella lo acusa de infidelidad. Al poco tiempo Gittes descubre que es verdad lo de la infidelidad pero también descubre que esa misteriosa chica no era Evelyn, la esposa de Hollis, si no era una prostituta llamada Ida Sessions (Diane Ladd) que fue contratada por alguien misterioso.

Desde ese momento Gittes es sumergido en los más hondo del pantano, en lo más nauseabundo de Estados Unidos de esa época, como dijo Gonzales Prada: "donde metes el dedo, sale la pus", y es que la corrupción era infinita. Gittes descubre que asesinaron a Hollis ya que él se dio cuenta que el agua era mal utilizada, que alguien manipulaba esas represas, que la gente se moría de sed y había un responsable. Se entera que Hollis y Noah Cross (John Huston) eran socios y que Evelyn se casó con el socio de su papá. Lo más asqueroso y crudo fue el enterarse que la amante de Hollis era nada más y nada menos que la hermana e hija de Evelyn, ¿qué, cómo es posible eso? ¿Total, es su hermana o su hija", ella misma confiesa que fue violada por su padre, dejando atónito no solo a Gittes, si no también a los espectadores.

El final es perfecto, Gittes confesando el crimen de Noah Cross, los policías haciendo caso omiso -nos dimos cuenta que Noah no era solo dueño de esa compañía de construcción, si no también de todo el pueblo, de la policía, de los jueces, de todo- y la muerte de la perdición de Gittes, escena desesperanzadora con una frase, una cita inolvidable, aun más trágica: "Olvídalo, esto es Chinatown"
La Mente Maestra
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7 de febrero de 2016
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Nicholson siempre da lugar al review. Un actor notable, con la inclusión de actores de reparto de muy buen nivel y una historia entretenida y dinámica.
No tiene la acción de alguna otra, pero remite a la época en la que el director quiere llevarnos y hay mucho de escenografía adecuada. Muy recomendable.
Sigfrido2
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6 de julio de 2017
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Antes de marchar la mujer le dice al detective que se refugiará en Alameda 17, n.º 12, y le pregunta si conoce la dirección.
Y su mirada lo dice todo; claro que lo sabe, está en Chinatown.

La cámara se aproxima a su rostro con un suave travelling de intención dramática, una lágrima que se desliza por el encuadre...intuye lo que va a ocurrir antes de que nadie se lo diga, y así nosotros; el trágico final está muy cerca. Como cualquier otro género cinematográfico, el "noir" también experimentó sus cambios y vio reinventados sus más primitivos códigos y principios, con los cuales jugaron aquellos conocidos directores de la "nouvelle vague" mientras homenajeaban con cariño su ambientes y atmósferas. Ya entrados los '70 el cine negro perdió "inocencia", ganó dureza, se volvió más sombrío y amargo junto con sus personajes.
Éstos eran víctimas de despiadadas y mordaces descripciones, y cada vez tenían menos cabida los tan manidos finales felices, mientras se hibridaba con nuevas corrientes (como el "blaxploitation", sin ir más lejos). Por las fechas en que aparecieron interesantes títulos de lo que se acabó bautizando "neo-noir", obligados a ser objeto de rescate (como "El Hombre Clave", "Un Largo Adiós" o "Borsalino & Co.", nacía una de las obras imprescindibles del género.

Una obra dispuesta a rendirle un sentido tributo al tiempo que lo arrastraba a sus más viscosos inframundos, y ello lo comenzaría el productor Robert Evans al solicitar los servicios del gran Robert Towne para adaptar "El Gran Gatsby", algo que el autor rechazó, ofreciéndole en su lugar un guión propio, el cual, por mediación de Jack Nicholson, acabaría siendo para el director Roman Polanski, con quien llevaba tiempo deseando trabajar; un Polanski que venía de realizar "What?", seguramente la obra más desconcertante de su carrera, y que se mostró reacio a regresar a EE.UU., teniendo en cuenta que poco tiempo había transcurrido desde el asesinato de su esposa Sharon Tate.
Gracias a Dios aceptó y se puso al frente de esta historia que tiene como escenario a Los Ángeles de los años '30 (el habitual del cine negro) y como motor de sus hechos las famosas Guerras del Agua de California, que enfrentaron a los trabajadores del sector agrario residentes en el valle de Owens con la ciudad por los derechos del agua, y cuyo personaje principal fue el ingeniero jefe del departamento de agua y energía William Mulholland. Los créditos iniciales acompañados de una serenata preciosa y del todo melancólica, que presagia drama ,fatalidades y dolor, ya constituye un homenaje al más puro "noir".

Y su protagonista no es sino una revisión, satírica y algo desmitificadora, de los detectives que lo poblaban, así es J.J. Gittes, que afirma ganarse la vida honradamente aunque ello implique mandar a paseo lidiar con las emociones de sus clientes. Todo empieza con uno de los elementos más viejos del género: el adulterio y los celos, la especialidad de este duro, sagaz y muy oportunista detective privado, quien debe seguir al ingeniero Hollis Mulwray (negativo de Mulholland) por expreso deseo de su esposa, que sospecha de ser engañada.
Pero Towne nos hace caer en la trampa, como a Gittes, y nos demuestra que nada es lo que parece ("seguramente usted cree que sabe lo que lleva entre manos...pero en realidad no lo sabe", se avisará) a raíz de la aparición de Evelyn, verdadera esposa de Mulwray.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Todo ello gracias al nervio y precisión del cineasta, a la brillante partitura de Jerry Goldsmith, a la ambientación, al diseño artístico y a la abrumadoramente bella fotografía de John Alonzo; tras estas virtudes técnicas, la imponente presencia de un rematadamente odioso John Huston y la delicada figura de esa arrebatadora Faye Dunaway. Y sobresaliendo entre todos, donde contamos con la breve aparición del mismo Polanski interpretando a un extraño villano, el desparpajo innato de un Jack Nicholson.
A éste lo veremos en uno de los más memorables papeles de su vida, cuyo personaje "pulp" no es sino un cruce de conocidos detectives, como Sam Spade y Philip Marlowe; los códigos del "noir" no se traicionan, por supuesto, pero éste tampoco se deja dominar por sus convencionalismos, así la creación de Polanski despide un añejo y a la vez renovador aroma por la cual sería nominada a once Oscars (de los cuales sólo se llevó el de Mejor Guión Original) y aplaudida en todo el Mundo.

La intensa intriga inscrita en la mejor tradición del cine negro que es "Chinatown" permanece como una de las cumbres de dicho cine y del cine de su director, cuya influencia ha sido muy importante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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12 de mayo de 2019
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En 1974, el director franco-polaco Roman Polanski dirigió una de las mejores películas de cine negro y posiblemente su mejor obra (Sin desmerecer a "The Pianist", Rosemary's Baby" o "Repulsion"), esa película llevaba por nombre "Chinatown".

Jake Gittes (Jack Nicholson) investiga una infidelidaz de Hollis Mulwray (Darrell Zwerling), el jefe del servicio de aguas de Los Angeles, hacia su mujer Evelyn (Faye Dunaway), cuando esa infidelidaz se hace pública, Gittes se ve envuelto en una investigación mayor.

Todo lo que hace grande al cine negro esta explotado al maximo: Una trama sublime llena de giros inesperados, una cuidada ambientación en Los Angeles de los años 30, unas grandes actuaciones (Sobre todo de semejante actorazo como es Jack Nicholson) y una magnífica dirección de Polanski; todos esos ingredientes convierten a esta película de cine negro una experiencia cinematográfica completa y un referente del genero.

En resumén, ve Chinatown porque, a diferencia de nuestro protagonista, sera una experiencia que nunca olvidarás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Riesgo Doceñal
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