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Chinatown

Cine negro. Intriga. Drama Los Ángeles, 1937. El detective Gittes, especializado en divorcios, recibe la visita de la esposa de Mulwray, el jefe del Servicio de Aguas de la ciudad, que sospecha que su marido la engaña. Al mismo tiempo, Gittes descubre que los agricultores acusan a Mulwray de corrupción por su negativa a construir un pantano que paliaría la sequía que sufren. Poco después, el escándalo salta a la prensa, pero la cosa se complica cuando una mujer ... [+]
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Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
7 de julio de 2008
208 de 232 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chinatown es oscura, impetuosa, elegante, cautivadora, digna, autosuficiente. No es un homenaje ni un simple tributo a los grandes clásicos de los años cuarenta y cincuenta. Se homenajea a sí misma, establece sus propios códigos y transgrede los ya preestablecidos. No es "El Halcón Maltés", no es "El Sueño Eterno", no es "Perdición". Pero nunca pretendió serlo y por ello nunca vivió a la sombra de aquellos mitos. Y dirán los críticos más intransigentes que, superados los años cincuenta, ya ninguna película podría volver a ser catalogada dentro del género. Que hablar de un film noir rodado a color es tan absurdo como contradictorio.

Pero, ¿acaso no se dan cuentan de que el 'toque noir' no lo da el blanco y negro, ni tampoco los años que pesen sobre la cinta, sino esa ambientación única que sólo algunos genios saben otorgar a sus películas para convertirlas en iconos del género? ¿No notan esa esencia del cine negro más genuino emanando por cada fotograma de esta película, con esa atmósfera constantemente contaminada por un halo de corrupción, pesimismo y fatalidad?

¿No les arrebata ese cinismo del que se vale Jake Gittes, esa ironía innegable que lo define y lo caracteriza como uno de los detectives privados más carismáticos que ha dado nunca el celuloide? ¿No sienten que Evelyn Mulwray es la más atractiva femme fatale de los últimos tiempos, por inspirar a todo el que la contempla una sensualidad y una tristeza indefinibles? ¿No advierten que sólo Polanski fue capaz de usar su increíble talento para crear una atmósfera de indecible amargura, regalándonos uno de los finales más emblemáticos de la historia del cine y elevando esta obra maestra a la categoría de mito?

Si no se han dado cuenta a estas alturas, olvídenlo. Esto es Chinatown: cine negro en estado puro, servido con mano maestra; cine negro, pese a quien pese, en todo su gran esplendor.
Malkav
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28 de octubre de 2009
148 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco queda por añadir a las ya atinadas opiniones de mi compañeros. Simplemente apuntaré alguna apreciación personal a lo ya comentado.

Sobre si la película responde al género negro o no, creo que cabría matizar. Si tomamos en consideración la estética tópica del género (el blanco y negro, la base literaria llena de personajes planos), nos daremos cuenta de que es una reelaboración contemporánea de sus premisas, con mucho de diálogo intertextual. No aspira a ser una resurrección de los viejos moldes. Existe una muy visible visión setentera de lo que es el detective privado, una clara inversión del rol de mujer fatal y un mensaje final con un cierto trasfondo político e ideológico.

En el Los Angeles de los años 30, se refleja la corrupción americana de los 70. Hablamos de los Estados Unidos que desolan Vietnam, de la época en que se destapa el Watergate, en que la Operación Cóndor arrasa con los sueños democráticos de Chile. La fecha en que se crean las Torres Gemelas y en que comienza a crecer con fuerza el conflicto en Oriente Medio. Lo que en Chinatown es el agua, hoy día es el petróleo. Y esto hace del film algo muy actual.

Viviendo en Los Angeles, se me hace que Polanski hace consciente o inconscientemente una transferencia de la corrupción de los setenta en el marco siempre idealizado de los años 30. Por decirlo de algún modo, va a la fuente de la corrupción que le era contemporánea.

Esta ciudad hoy día de casitas unifamiliares, entonces era un desierto de facto, un páramo desconcertante que aunaba chalés, estrellas, valles y arenales, un paraíso ficticio hecho a la medida de los dandys y capitalistas sin escrúpulos. El monstruo, el laberinto sin resolución, que es hoy esta ciudad proviene de esa frase de Huston: "Haremos que el agua vaya a los valles y los vallen vayan a Los Angeles". Dicho y hecho. No fue la ciudad, la civilización, la que fue al encuentro de los valles, fueron los valles los que se tragaron a mordiscos una ciudad desmembrada. La ciudad del sueño americano, la cuna de la artificalidad, se convirtió en una ciudad sin personalidad, cosida a base de pegar intereses particulares.

No es casual que LA sea la metáfora del caos en muchas de las grandes películas (desde Chinatown hasta Terminator). No es casual que Polanski resuelva su ficción de una manera nueva.

El personaje de Huston eran los Estados Unidos. Y su ambición resonaba en Chile y en Vietnam.
(Sigue en Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lucien
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1 de septiembre de 2007
119 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los homenajes dedicados al cine negro suelen ser cuidadísimos ejercicios que incluyen las constantes del género (asesinatos, pasiones, corrupciones...) y que recrean muy bien los años cuarenta o cincuenta, supongo que para dar más credibilidad al film. Ahora bien, a mí no me encandilan porque suelen estar faltos de alma, superficialmente son impecables pero les falta la fatalidad de la buena, el pesimismo y la tristeza de este gran género. Por eso, yo no considero a "Chinatown" un homenaje, porque no intenta emular aquel cine, ya que es ese cine, está hecho con la misma pasta que aquél.

Quizá la razón de que "Chinatown" sea una excelente prolongación del cine negro sea la dirección del genial Polanski, porque si hay algo este hombre sabe plasmar son atmósferas, y para mí sin duda esa es la esencia del género. Aunque las atmósferas que Polanski ha clavado sean las de terror, ha sabido encontrar la necesaria para esta película dándole una entidad que no sólo iguala a grandes clásicos negros, sino que los supera.

La historia es tópica, como debe ser: un detective se ve envuelto en un turbio caso de asesinatos, corrupción, pasiones, etc. Jack Nicholson está impecable, pero sin duda se ve eclipsado por la vampiresa encarnada por Faye Dunaway, que está fabulosa, con esa mirada y ese sentido del erotismo que desprende. También aparece el gran John Huston, en una interpretación excelente.

Todo lo que envuelve a "Chinatown" está hecho con inteligencia y coherencia, llegando casi a la fascinación. Sin embargo, a la hora de compararla con títulos de oro del género como "Retorno al pasado" o "Sed de mal", "Chinatown" aguanta sobradamente el tipo, pero no llega a las inigualables cotas de tristeza y fatalidad que emanaban esos fims, aunque la escena final es una de las más desoladoras que ha brindado el cine negro. Una película brillante.
GVD
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21 de diciembre de 2007
84 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Chinatown” constituye un brillante ejercicio de cine negro, eso salta a la vista, pero le falta algo... Recapitulemos. El guión es potencialmente interesante y mantiene la atención del espectador en todo momento; las interpretaciones de Jack Nicholson y Faye Dunaway, sin resultar excelsas, se me antojan óptimas, proyectando sus estereotipos con solvencia contrastada; Polanski rueda con su lucidez y pericia habituales pero... no sé, presumo que algún elemento desconocido obstaculiza perniciosamente la peli e impide su consagración definitiva. Tal vez esperaba más atmósfera (que la tiene) y tal vez acabe aburriéndome tanto episodio especulativo... Supongo que me habrán traicionado las expectativas depositadas en tan renombrado título. Reitero que ese factor oculto es el que ha abortado mi comunión total con “Chinatown”, aunque ello no ensombrece, sin embargo, la indeleble impronta que nos regalan secuencias memorables, como la célebre muesca con la que Polanski adorna el apéndice nasal de Gittes, la fugaz pero poderosa intervención de un viejo dinosaurio como Huston o el gélido final con el que Roman rubrica su obra. Confiaba en darle un 8 o un 9, pero mi humilde criterio me impide otorgarle más de un 7. Que no es poco.
Taylor
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16 de febrero de 2009
60 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Envolvente película de Polanski, con un fatalista guión de enorme precisión, que define personajes y situaciones recurriendo a la economía y rigor visual como recurso fundamental para no embrollarse en exceso, habida cuenta de la compleja estructura de tramas y subtramas que sostienen el metraje.

El polaco, de esta forma, adapta su estilo a esta historia negrísima (de ambiciones, traumas personales y tramas políticas) con un estilo claro, de movimientos nítidos de cámara que parecen desplazarse por el sudor del bochorno californiano, manoseando los rostros y las arrugas del algodón de los trajes. Y esto es definitivo a la hora de, comparando este film con otros trabajos de Polanski, destacar una vez más su versatilidad.

La elección de los actores es algo fundamental. Nicholson configura una perfecta recuperación del detective negro típico, con su clásico blindaje de individualismo cínico, aderezado en esta ocasión con un tratamiento más oscuro de la ambición y el romanticismo para conformar así un personaje poco esquemático en un intento, ejecutado con éxito, de actualizar este tipo de personalidades al cine de los años 70 (más verosímil en el planteamiento y resolución de tramas que los Sam Spade de Bogart). La Dunaway está para enmarcar, encaja a la perfección en un personaje que, además de apuntar su maltrecho estado psicológico a través de su fisonomía, nos traslada a una época simplemente con un primer plano de su boca o pelo.

Por lo demás, la película supone una estupenda recuperación de los clichés básicos: la amargura, las palizas, el laberíntico juego de diálogos e intereses cruzados, el carmín de los labios y los recuerdos del barrio chino. Todo ello conforma un contexto en el que, reconociendo los referentes clásicos, encontramos una visión que indaga en nosotros mismos.
Bloomsday
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