Nueve reinas

"Nueve reinas" es una película muy complicada de puntuar. No alcanza la perfección debido a que el argumento por momentos es un poco atropellado y confuso, pese a que paradójicamente enganche y pueda seguirse con interés. Tampoco el sobresaliente porque, como en toda película argentina, cuando los actores por buenos que sean empiezan a hablar rápido cuesta entenderles todo lo que dicen. Sin embargo, sí podría calificarse ya en el notable. Pero tengo que ser justo, si "Incautos" me gustó más no puedo otorgarle la misma nota. Así que la dejaré en el 7,5.
El principio de "Nueve reinas" pinta extraordinariamente bien, con esos trucos de timadores que tanto entretienen y que nos previenen al mismo tiempo con carácter didáctico. El problema comienza con la estafa central de toda la trama: Los sellos. Aquí hay que empezar a no perder de vista ni un detalle si no quieres perderte.
Muy bien Ricardo Darín, la evolución del personaje de Gastón Pauls y también Leticia Brédice, aunque no deje de poner cara de amargada en toda la película por exigencias del guión.
Sin duda alguna lo mejor y lo que eleva la nota a la película es su sorprendente giro final , si bien coincido con Carlos Boyero cuando afirma que es bastante tramposo (ver spoiler)

Pues si señores: me sentí estafado!
Me crié con la falsa idea que las películas argentina eran "un bodrio".
Y muy tranquilo y sin miedo me siento a mirar acompañado de mi actual mujer esta peli , haciéndole muy socarronamente el siguiente comentario: "película argentina como todas aburrida, sin pies ni cabeza"
Minutos después un balde de agua fría.....
Desde ese día, no juzgo ninguna película sin verla. Y me aseguro viéndola de nuevo....

PD: perdón por lo lacónico, es mi primera crítica.

Aclamadísima película del cine argentino que se convirtió rapidamente en mito gracias al que, decían, era uno de los mejores finales que se habían visto en el cine. Lo cierto es que el final sería bueno de no ser por dos grandes errores: que es muy previsible y que se vale de trampas insultantes para intentar desviar la atención.

Fabián Bielinsky dirige la película de maravilla en lo referente a la puesta en escena. Elige bien cada plano y resalta constantemente lo importante de las escenas, aunque es ahí donde se permite la licencia de engañar al espectador con cosas que suceden en un aparente segundo plano pero que están puestas para que todos veamos lo que sucede y pensemos: "vaya, pues si esta persona hace esto, es imposible que al final haga lo otro" (quien la haya visto sabrá a qué personaje me refiero y a qué situaciones). Destaca, por encima de los demás, un error en el que cierto personaje parece tener una gran idea mirando un cuadro, cosa que Bielinsky se encarga de dejar bien claro al espectador (digo lo mismo: quienes la hayan visto, saben qué escena es). A pesar de eso, quitando las trampas, el guion de Bielinsky se cierra con inteligencia y sin dejar ningún cabo suelto. Cada situación sucede por algún motivo y cada personaje está metido en su sitio para convertir la película en una experiencia amena pero muy intensa. Además, el ambiente urbano en el que se desarrolla, la hace muy cercana (estamos un poco hartos de que todo suceda en Nueva York, Boston o Los Ángeles).

Ricardo Darín salta a la primera linea del cine mundial con su interpretación. Es complicado ver un trabajo de cualquier actor sin absolutamente ninguna fisura; ver que no flaquea; ver que se adapta al desarrollo a la perfección, y Darín lo consigue. Es por eso, y porque ha sido capaz de superarse, que yo diría que hoy por hoy es uno de los 10 mejores actores del mundo. Y quien quiera, que me llame exagerado. Gastón Pauls, conocidísimo y muy valorado actor en sudamérica (y entre los conocedores del cine español), está también a un gran nivel, no dejándose achantar por el portentoso trabajo de su compañero protagonista. Leticia Brédice es la peor parada del reparto. Si su trabajo es apenas aceptable (siendo generosos), queda muy herida en la comparación en pantalla con Darín y Pauls. De los secundarios, destacaría a Antonio Ugo, que realiza una labor impecable.

Resumiendo, que es gerundio: Nueve reinas es una película muy notable en su desarrollo, pero cae en el (típico) error de buscar un final sorprendente que la haga estar en boca de todos. Lo jodido, como he dicho, no es que no lo consiga. Lo jodido es que para llegar hasta ahí se vale de toda clase de timos. Y eso, dentro de la película está bien. Pero jugársela al espectador...

Nueve reinas no sólo dio mucho de qué hablar en el momento de su estreno, sino que también funcionó como perfecto trampolín de lanzamiento (al menos de manera internacional) a Ricardo Darín, uno de los intérpretes argentinos más populares y respetados de los últimos años.

Darín interpreta aquí a un pícaro de poca monta que se frota las manos ante un nuevo e interesantísimo negocio: vender unas estampillas falsas por las que pueden ofrecerle una impresionante cantidad de dinero. Para llevar a buen puerto dicho chanchullo cuenta con la inestimable ayuda de un joven (Gastón Pauls) al que prácticamente acaba de conocer…

Una historia aparentemente (y me gustaría remarcar lo de aparentemente) sencilla, unos actores francamente creíbles y varios giros de guión son algunas de las cosas que me gustaría destacar de esta excelente producción. Dicho esto, sólo me queda recomendarla a los que todavía no la hayan visto, aunque teniendo en cuenta que fue todo un éxito supongo que la mayoría ya lo habrán hecho.

"Nueve reinas" supuso el debut en España de esa estrella que es Ricardo Darín. Su película anterior "El mismo amor, la misma lluvia" se estrenó con posterioridad al gran éxito que supuso "El hijo de la novia", que era la certificación del buen cine realizado en Argentina a principios del milenio. Su cénit fue la sublime "El secreto de sus ojos".

Esta propuesta, de realización sencilla pero eficaz tiene su gran fuerte en un guión de hierro. Se atreve a coquetear con el de "el golpe", auténticamente genial.
Con sorpresas constantes, siempre inesperadas, sientes que estás atrapado en una vorágine de engaños en el que caes irremediablemente por su gran construcción y su buena ejecución. Además contiene los suficientes guiños como para certificar en un segundo visionado que en ningún momento te han mentido, sino que has caído en el engaño, que exactamente no es lo mismo. Respeta la inteligencia del espectador aunque éste sea tan tonto como un timado más.