Martha Marcy May Marlene

Te capta desde el principio y no te deja salir. Una película que me hacía querer debatir sobre lo que pasa a cada momento, y sobretodo sobre lo que les pasa por la cabeza a los personajes. No deja indiferente. No es una historia sencilla ni la cuentan de forma sencilla ni le dan un final sencillo.

Mejor de lo que yo pudiera hacerlo, la analiza "ernesto" (de Bilbao), secundo cada palabra de su crítica. Y también en un blog que dejo en la parte de Spoiler.

Elizabeth Olsen hace una interpretación EXCEPCIONAL.

El comentario malicioso: parece que todo el talento de las hermanas Olsen estaba esperando a la segunda horneada.

02/02(04/01/20) Fallido drama con dosis de intriga y suspense psicológico, escrito y dirigido por Sean Durkin. Film con un sugerente comienzo que parece va a profundizar en temas interesantes, pero al final apunta mucho pero no dice nada, es como si fuera un episodio piloto de una serie, esperando uno que pase algo y al final se queda en tierra de nadie. Una cinta con claro sabor indie en el que el guionista vuelca ideas de sextas tóxicas como las de Jonestown, la familia Manson, la Iglesia de Unificación de los Estados Unidos y David Koresh. Pero esto se queda en algo esquemático y superficial en este acercamiento, donde se nos habla de un carismático líder (Patrick encarnado con fuerza expresiva por John Hawkes), de la sempiterna supremacía masculina, de la explotación sexual, el consumo de drogas, y de la violencia como método contra la sociedad acomodada, y es que cuando vemos este grupo en la granja es como ver el escaparate de los mil y un clichés consabidos a estas comunas. Ello en un relato partido en dos líneas temporales que se van cruzando en una edición juguetona, una en el presente con la víctima de la secta viviendo con su hermana tras estar este pernicioso grupo, mientras vemos las secuelas mentales que esta convivencia le dejó, y por otro lado está el pasado donde vemos cómo vivió en esta granja. Todo esto que sobre el papel genera interés, al final sobre los fotogramas es un quiero y no puedo, no hay riesgo ninguno, se mueve en cada plano cronológico conforme a parámetros previsibles en una huida hacia ningún sitio. Derivando todo esto, que tras sus primeros compases que produce atractivo, pero a medida que pasan los minutos decae el ritmo, generando con ello tedio. Está muy la fotografía de Jody Lee Lipes, semi-oscura, turbia (inspirándose en películas como “Rosemary's Baby”; “Klute” o “Interiores”), las ingeniosas transiciones temporales que nos descolocan unos segundos, ello para intentar colocarnos en la voluble cabeza de la protagonista Martha, pero es que este chica tras un rato con ella me provoca cero empatía, solo se expresa mediante silencios inescrutables o con salidas de tono, me da igual lo que le pase, esto ayudado por una nula introspección del mismo, y es que todo arranca in media res, la vemos entrar en la comuna, pero no sabemos el porqué, si ha sido por algún problema puntual, por la familia, por drogas, simplemente la vemos allí, y esto me provoca que sea un personaje unidimensional. La trama se centra en una joven (Elizabeth Olsen) que sufre delirios y paranoia después de regresar a su familia tras estar con una especie de secta en las montañas Catskill.

Posee un inicio sugestivo cuando vemos a esa joven Martha, escapar de una granja comunal, nos hace cuestionarnos el porqué de su escapada. Llama por teléfono para que la recoja a su hermana Lisa (buena Sarah Paulson), con la que no ha tenido contacto en dos años, esta la lleva a su casa junto a un lago, de los padres de ambas no sabremos tampoco si viven o no. La vemos a la huida relacionarse de modo hierático con su fraterna y con el marido de esta (correcto Hugh Dancy), la vemos en la secta, pero nunca sabremos realmente nada de ella, es tan críptica al principio como al final. No suma el hecho de que la narración resulta bastante estancada, apenas unos cuantos episodios para delinear un estereotipo de chica traumatizada por abusos sexuales masculinos y que se siente incómoda con hombres cerca, pero no hay indagación especial en ello. Ello en una evolución hacia la nada, terminando y te quedas frío.

Me queda un olvidable y sobrevalorado film, que parece que ya por llevar la etiqueta de cine independiente tiene mucho ganado, y no es así. Fuerza y honor!!!

Una buena película con una historia bastante dura, el tema de las sectas y el intentar sobrevivir a ellas. La protagonista es la guapa Elizabeth Olsen (vista en Luces Rojas y hermanita de las famosas gemelas Olsen) en la piel de una chica tocada, atormentada por unos hechos de su pasado que la tienen marcada. Muy buena interpretación, por cierto. La he notado realista. La trama es lenta, pero, en mi opinión, no pierde detalle de nada, con su uso de varios flashbacks a lo largo del metraje, mezclando sus momentos actuales con su hermana (correcta Sarah Paulson) y el marido de ésta (Hugh Dancy), y su mencionado pasado, metida dentro de una secta durante dos años. Y encima tiene un final que da qué pensar. Te deja bastante colgado. Preguntándote cual y cómo va a ser el futuro de la chica.

Si me hubiesen dicho que la hermana pequeña de las archifamosas gemelas Olsen nos iba a sorprender protagonizando una pequeña producción sobre una joven que escapa de una secta, con los consiguientes problemas psicológicos que ello le acarrea, no me lo habría creído.

Pero así es. Elizabeth Olsen, pues ése es su nombre, es lo mejor de este aparatoso (la narración no es lineal y a veces la línea que separa presente y pasado o realidad y ficción resulta demasiado fina) y poco convencional drama.

Su tempo pausado o su un tanto confuso estilo narrativo pueden alejar a posibles espectadores, pero los que logren penetrar en su historia acabarán disfrutando de una rareza cinematográfica de primer orden, así como de una actriz que dará mucho, muchísimo, de qué hablar.

Ofrecer un retrato duro y directo sobre las interioridades de una secta no es tarea fácil. Se debería huir de los convencionalismos para describir de manera fiel lo que debe ser este grupo por dentro, y tanto los guionistas en su labor, como Durkin en la dirección consiguen firmar una película que con pocos mimbres logra acercar la historia y entenderla de manera sencilla.

Durkin reconstruye con estilo un guión que tira de flashbacks para crear el cuerpo de la historia, y haciendo partícipe al espectador en el proceso creativo para que se haga sus propias ideas y juzgue, si quiere, lo que está viendo. La dificultad de tratar ciertos temas es caer en la tentación de juzgar desde el punto de vista del director lo que moralmente debería podría hacerse pero que cinematográficamente sería un error. Utiliza planos sencillos y limpios para recrear las escenas, borrando todo tipo de detalles que se salgan del aspecto neutro que se quiere ofrecer.

Como vehículo de transición de la historia, espectacular Olsen. Elizabeth, parecida a sus famosas hermanas en el color del pelo y poco más, aparece en pantalla desnuda en cuerpo y alma, mostrando las inseguridades, los cambios en su forma de pensar y los problemas acumulados de un personaje lastrado sicológicamente y que intenta reconstruir su vida olvidando, si puede, su pasado.

Y cuando parece que uno ve la luz al final del túnel, el pasado regresa en forma de final, uno de los más enigmáticos del año, que es un magnífico colofón para una película de gran calidad y que hace una exposición muy buena de un tema complicado gracias al compromiso de los implicados.