Virtuosity

Entretenida y quizás pelín incomprendida en su tiempo película, que cuenta con el hándicap de que en el momento de su estreno era quizás demasiado innovadora, y a fecha de hoy queda pelín pueril, a pesar de lo cual resulta bastante entretenida y bien contada por un por aquel entonces sorprendente Brett Leonard, que ya había tocado el tema cibernético en El cortador de césped y que cuenta en su reparto, aparte de unos jóvenes Denzel Washington y Russell Crowe, la siempre agradecida presencia de la ex estrella del porno Traci Lords, en un pequeño pero resultón papel.
Recomendable.

Tiene gracia que el tal Brett Leonard fuera el primero en utilizar la realidad virtual en el cine comercial.

Porque ahora, con cierta distancia, queda claro que algunos cineastas y guionistas siguieron su estela.

Y es que hay detalles curiosos: desde el poli con un brazo robótico implantado (claramente copiado por "Yo, robot") hasta el trajeado personaje de Syd 6.7 (no me digan que no tiene un poco de Agente Smith).

¿Los resultados del filme? Discretitos. Russell Crowe (aún emergente en la época de creación de la película) resulta simpatico y Denzel cumple.

Para que se hagan una idea: está más o menos al nivel de "Freejack2, en ciert modo.

Aunque más divertida.

Esta película es un ejemplo en que solo se piensa en el area comercial y resulta ser un terrible fracaso.
¿Por que?, seguramente se hayan preguntado tanto los productores, por que si esta película cuya única originalidad eran los extrafalarios colores del traje de su asesino.
Oaguntar a un Crowe insoportablemente sobre acuado, o a Washington acartonado y haciendo evidente lo incomodo que se siente interepretando este tipo de papeles.
En fin, un esperanzador ejemplo, de que a veces las malas películas fracasan, ojala sucedira más a menudo.

12 años antes de trabajar juntos en American Gangster, Denzel Washington y Russell Crowe coincidieron en esta discreta película de ciencia ficción. En un futuro próximo, existen programas informáticos de realidad virtual, que permiten el entrenamiento de la policía interactuando con personajes cibernéticos creados a partir de la personalidad de múltiples asesinos. Uno de ellos llamado SID 6.7 (Crowe), consigue escapar de la realidad virtual con la ayuda de su creador y armará de las suyas en el mundo real. Washington interpreta a Parker Barnes, un policía encarcelado, cuando tras el asesinato de su mujer y su hija, provoca una matanza de inocentes. Sin embargo, Barnes se ofrece voluntario para probar el nuevo programa y demuestra que es el que mejor está capacitado para cazar a SID 6.7.

La película tiene un argumento original pero carece de la fuerza necesaria para ser recordada. Queda como una película de acción al uso, con aceptables efectos visuales y abundantes tiroteos. Pero el filme no engancha. El suspense falla, sobre todo en la parte final, porque ya sabemos como va a acabar todo. Brett Leonard es un director que se limita a filmar sin dejar su impronta y sin innovar, sus obras son muy rutinarias, un ejemplo de ello es Asesino del más allá o El cortador de cesped.

En resumen, podía haber sido una película innovadora pero hoy en día está bastante olvidada. Entretiene sin más. Lo único curioso es ver a dos actorazos de la talla de Washington y Crowe enfrentarse entre sí a tiro limpio. Ambos lo hacen muy bien, especialmente el segundo como brutal psicópata asesino no exento de ciertas dosis de humor. También destacaría el tema musical del inicio.

Estamos ante una película que no marcó época pese a su interesante planteamiento inicial por culpa de varios lastres: la intención de ser una película demasiado comercial de acción (en una época donde Van Damme y Seagal dominaban las taquillas y no los directo-a-DVD como ahora), en el poco juego que nos dan los secundarios (porque el tópico del flashback del agente atormentado no cumple su función de crear emoción) y en el momento tecnológico de la peli, que si bien no era tan antiguo ya nos demostraba que en los 90s la ciencia ficción estaba a veces un poco manca en imaginación (y menos mal que aparecieron los sistemas actuales para regenerarla), lo que provoca escenas rollo la de la discoteca muy cyberpunk 80s (con lo que da la sensación de estar incluso más desfasada de lo que es).
En cambio, sí que hay que valorar diversos elementos importantes: la crítica a los medios de masas es brutal (no entiendo cómo nadie lo menciona, sinceramente) y anticipaba claramente la creación de espacios a lo "Gran Hermano". Hay muchas escenas (sobre todo la primera mitad) donde Russell Crowe y Denzel Washington nos mantienen en tensión, al haber una gran química como antagonistas y ser buenos actores. Y la banda sonora es de lo mejorcito de la época (en un momento donde, recordemos, dominaba el grunge, salió esta música salida del futuro, una de las cosas que mejor ha envejecido del film). La dirección técnica también tiene buenos momentos (aunque lo del flashback me parece innecesario y una cosa más de telefilm que de película seria, al menos como lo han desarrollado aquí).
El resultado es una película entretenida a la que, quizás por esa duda entre ser algo con pretensiones y un divertimento comercial, le lastra el camino para convertirse en un referente en cualquiera de los dos estilos. Ni es tan "machaca" como una de Van Damme ni es un Blade Runner de la realidad virtual. Es por ello que muchos no la aguantarán. Pero quien se quite prejuicios encontrará una interesante reflexión encubierta sobre la sociedad actual que ya veían de lejos hace casi 20 años (20 años! Como pasa el tiempo).