Arboretum

El debut cinematográfico de Julián Richberg combina la clásica historia escolar de adolescentes inadaptados en el ecosistema propio de instituto y una especie de thriller psicológico con toques de terror.

El contexto temporal de la historia de Richberg es una antigua zona fronteriza de Alemania del Este, donde los jóvenes conviven con la soledad de la indiferencia de sus adultos. En mitad de la nada. Entre dos extremos ideológicos que se hacen pedazos y destrozan el porvenir de una sociedad que vive de forma fantasmagórica.

Los acontecimientos ocurren bajo un halo de misterio y ansiedad. Un desasosiego que bien podría nacer del interior de un pantano o de las entrañas mismas de un adolescente que teme por todo. El verdadero terror reside en la incapacidad de detectar ese odio visceral del débil y canalizarlo como venganza sangrienta y sin aporte emocional.

Un ejercicio terrorífico de lo que puede ser el mundo si no reflexionamos de forma inteligente. La conversación entre padre e hijo con el atentado de las Torres Gemelas de fondo es bastante reveladora.

Película alemana que mezcla drama, terror y una buena dosis de crítica social, que es el primer largometraje de su director, el cual ha dirigido algunos cortometrajes como Flatliner (2020), y que está protagonizada por Oskar Bökelmann (Land of Mine, 2015) y Volker Figge (The Visitor, 2011).

Erik y su mejor amigo Sebastian son dos adolescentes que viven en un pequeño pueblo en la frontera de la Alemania aún dividida por el Muro de Berlín. Mientras sus padres están luchando con sus propios demonios, ellos son acosados en la escuela.

En esta película, la parte de terror y de fantástico resulta prácticamente anecdótica, como colofón a una trama en la que predomina una crítica social donde se destacan algunos aspectos muy actuales por desgracia. Sobre un ritmo algo lento, sobretodo en su principio, la película mantiene al espectador interesado en todo momento con una historia que va oscureciéndose a medida que el film avanza, un romance muy bien llevado, y un final que deja el espectador pegado a la butaca.

Arboretum es una pequeña gran película que sobre algunos problemas de ritmo, consigue mantener el interés en todo momento con una historia con momentos tiernos y momentos tensos a partes iguales.

Nota personal 7/10

Arboretum es un coming of age ambientado a finales de los 2000 que sitúa la acción en un pequeño pueblo en la frontera de las dos antiguas Alemanias. El debut en la gran pantalla de Julian Richberg muestra como los traumas del pasado que marcan una generación florecen en las siguientes para que se repitan los mismos errores del pasado. Comunistas y nazis se enfrentan de nuevo en la actualidad a través de bandas punks y neonazis. La violencia y los oscuros pensamientos cargados de odio se materializan en una presencia sobrenatural que busca corromper las mentes. Una ópera prima que genera momentos de inquietud pero que da la impresión de que no acaba de eclosionar en las múltiples capas que pretende abarcar su narrativa.

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*El acoso escolar como metáfora de la opresión nazi

La película Arboretum se inicia con un rótulo que contiene la definición gramatical para ese título. En resumen, un jardín botánico que forma una colección de árboles vivos para ser estudiados científicamente. Sin embargo, la película más que de árboles, habla de malas yerbas. Todos los personajes tiene su lado oscuro y el mal acapara las acciones de los mismos.

La historia central nos presenta a dos jóvenes adolescentes, inadaptados y solitarios, que viven en un pequeño pueblo en la frontera marcada por las dos viejas Alemanias. Estamos a principios de este siglo, aunque el atrezzo y la ambientación parecen sugerir una estética mucho más ochentera. El muro de Berlín sigue presente y sin derribarse del todo en el microcosmos social de ese pueblo. En ese contexto vemos el bullying que sufren unos chavales a manos de unos compañeros de clase con ideología nazi. Siguen cohabitando dos Alemanias entre la juventud: los neo nazis y los punks izquierdistas. En Arboretum, el drama social tiene mucho más peso al inicio que el cine de género puro, donde el acoso escolar funciona como metáfora de la opresión nazi.

*Los demonios internos

A medida que avanza la película, aparece lo sobrenatural. Un demonio, como representación del mal, intenta dominar la voluntad de los chavales. Los dos amigos que sufren el acoso escolar, pasan su tiempo muerto disparando en el bosque con la escopeta del padre de uno de ellos. Parecen estar planificando un ataque selectivo en la escuela como venganza contra sus agresores. La voz interior de sus demonios particulares cobra una presencia física.

Lo más interesante de Arboretum es ese contexto que vincula el pasado de los adultos con la historia sangrienta de un país. Abuelos seniles con sangre judía derramada en sus manos o padres incapaces de olvidar sus traumas de una guerra en la que tuvieron que apretar el gatillo. Los demonios del pasado amordazan la voluntad de una generación. Eso es clave para entender la desafección emocional entre ambas generaciones.

Sin embargo, es un contexto que se vuelve casi anacrónico cuando en una escena, padre e hijo, contemplan los atentados contra las Torres Gemelas acontecidos en 2001. La película en todo momento parece suceder una o dos décadas antes, excepto por ese detalle o por las películas en VHS de finales de los 90 que salen en una conversación. Eso sí, como imagen metafórica contrapuesta a la caída del muro, es simbólicamente muy potente.

*Conclusión

Arboretum cuenta con eficacia una historia que contiene los códigos típicos del cine de terror, pero con un tono más cercano al thriller dramático. El contexto de la historia aleja la película del género puro, para enmarcarla dentro del drama social, con esa juventud sin rumbo sufriendo las consecuencias de un pasado colectivo trágico. Es la ópera prima del alemán Julian Richberg.

Esa ambición en abarcar un contexto de mayor profundidad histórica, hace que la película adolezca de un ritmo demasiado apagado para generar tensión o terror. Interesa más el drama de los personajes y su manera de confrontar los conflictos, que las escenas donde lo sobrenatural cobra cuerpo de una manera un poco artificial. Así pues, si solo buscas pasar miedo, te va a decepcionar.

Escrito por Daniel Farriol

Película alemana de una duración adecuada, 79 minutos. Los protagonistas son dos jóvenes que viven en una ciudad rodeados por una zona boscosa.
Los subtítulos son muy pequeños y la película se para cuando lleva 7 minutos. Salgo de Filmin y la vuelvo a cargar y se vuelve a detener. Voy por el minuto 21 y se ha detenido cinco veces.
Los pueblerinos acosan a los dos jóvenes. Contrasta el ambiente opresivo del instituto con el paisaje bucólico que rodea el pueblo. Si no fuera por lo violenta que es serviría como telefilm de sobremesa en televisión. Puedes verla si no tienes nada mejor que hacer. Deja caer sutilmente algo de la presencia de neo-nazis.