El hombre que mató a Billy el Niño

La historia de Billy el niño, un muchacho ingenuo que después de haber tenido que matar a un hombre para defender a su madre acabará convirtiéndose finalmente en un peligroso bandido. La psicología de un personaje que se ve obligado a matar continuamente fue reflejada con acierto por el difunto Julio Buchs en esta obra que supuso uno de sus empeños más logrados y un gran éxito de taquilla. Fue uno de los mejores westerns del malogrado Peter Lee Lawrence y una de las pocas ocasiones en las que fue bien aprovechado como actor. La figura de Pat Garrett es encarnada de forma igualmente brillante por el actor italiano Fausto Tozzi. En medio de tanta violencia Billy también conocerá el amor. La cinta está bien ambientada y avanza con el ritmo adecuado. Los diálogos son inteligentes. Una obra que destaca dentro del "spaghetti western", un género que no dió mucho de si a nivel artístico. En definitiva es una gran película, en la que Julio Buchs sacó el máximo partido de los elementos disponibles porque era el cineasta adecuado para este proyecto. El film funciona en todos los aspectos, de ahí su referido éxito comercial.

"Un caminante que se duerme en el desierto es carne de buitre".

Mi comentario: Cuando la vi teniendo unos trece años me gustó, aunque no mucho y pensé sobre ella esto: " La crítica siempre ha dicho que no hay por dónde cogerla, pero con esa edad gusta casi todo. Era un poquito parada para ser del oeste".
Vista por segunda vez, en julio de 2017, tengo que decir que, aunque mediocre, me ha gustado.
Creo que está dirigida con gusto, con impecable dirección artística a cargo de Cubero y Galicía, bonita fotografía y un ritmo sostenido, lleno de escenas de acción y diálogos estimables a cargo del gran José Mallorquí, inolvidable creador del inmortal "El Coyote".
Hay mucha violencia de esa que ahora llamamos gratuita, y está saturada de tópicos y situaciones que ya hemos visto en anteriores (y luego posteriores) películas con el personaje de Billy el Niño, por lo que bien podría decirse que es impersonal y muy poco original, pero la verdad es que en todo momento resulta entretenida y no aburre nunca, por lo que su visión resulta agradable o al menos funcional.
No está mal, esa es la verdad, y aspectos como la música original de Gianni Ferrio y la fotografía son competentes.

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El Western patrio adelantándose al americano. Esto si es Marca España. Julio Buchs antecede con esta obra a la capital (y excelente, por otra parte) "Pat Garret & Billy the Kid" de Sam Peckinpah. No creo que el bueno de Sam conociera la existencia de este chorizo western (aunque, como se diría en otro famoso spaghetti ¿Quien sabe?), pero me ha llamado la atención la relativa cercanía entre los dos films en la forma que tienen de tratar la relación entre estos dos personajes y el peso que la amistad adquiere en la trama. En este caso el protagonista indiscutible es Billy el Niño y la película se cuenta desde su perspectiva. Vemos el devenir del chico a través de los acontecimientos mas relevantes de su vida desde una aproximación bastante clásica, similar a lo que hoy en día se llamaría biopic. En la de Peckinpah el protagonista es Pat Garret encarnado en un James Coburn en estado de gracia y el relato es más orgánico, mas alejado del clasicismo del western hollywoodiense y en ese sentido está menos "encorsetado" que en la obra de Buchs.

Pero que la comparacion no desmerezca la obra de la que hemos venido a hablar: "El Hombre que mató a Billy el Niño" es uno de los mejores exponentes del western patrio, desde sus primeros compases, con ese corte seco que da paso a unos títulos de crédito magníficos que captan en apenas 2 minutos la esencia del western italiano en sí misma y que debería haber estudiado cualquier hijo de Leone que se preciara de serlo. El desarrollo como ya he comentado es más bien clásico, pero del mismo modo que Peckinpah se desmarca del western tradicional desde un punto de vista más formal, Buchs rechaza el clasicismo a través del carácter claramente desmitificador del guion: aquí Billy el Niño no es un pistolero sediento de sangre, no es el "enemigo a batir", solo un chaval al que las circunstancias han llevado por un mal camino (recuerda a otros personajes interpretados por Peter Lee Lawrence como el protagonista de "Manos Torpes"). Buchs lo humaniza y evita pronunciarse ante sus actos, solo al final veremos a Pat Garret sentenciar con un juicio de valor al que hasta entonces era su amigo. "El Hombre que mató a Billy el Niño" toma prestado de la obra de Ford de título sospechosamente parecido esa voluntad de acabar con falsos mitos, cierto espíritu de desencanto, además de la estructura narrativa de su planteamiento, empezando por un final en el que se recibe al héroe en cuestión prácticamente entre vítores, pasando a contarnos a continuación la historia de Billy, casi como si fuera en boca del propio Pat Garret. Al final no hay redención posible para Billy y aquí sí, sin ambages, podemos achacar de cierto tradicionalismo el esperado destino del protagonista, pero está tan bien montado y es tan contundente que poco más se le puede reprochar al respecto.

El poso clásico de la obra no está reñido con ciertos destellos puntuales de spaghetti western puro y duro: la escena de la posada mexicana, el enfrentamiento con los cuatreros a la orilla del río, el asesinato a sangre fría del capataz, el tiroteo en la ciudad (de lo mejor de la película por su dinamismo y ritmo trepidante), la muerte de uno de los viejos del pueblo a manos de Billy...

Un buen ejemplo junto con "Antes llega la muerte", "El precio de un hombre" o "Dos cruces en Danger Pass" (buena parte de la obra de Rafael Romero Marchent entraría aquí), de que en España también se llevaron a cabo obras de mucha calidad dentro del género.

No es de los peores spaghetti western pero hay poco que destacar dentro de los tópicos del género. El guion es novelesco, tal como corresponde a un autor como José Mallorquí, especialista en este tipo de literatura. La dirección es mediocre, los actores, de segunda fila y los paisajes, los mismos de siempre pretendiendo hacer creer que el almeriense desierto de Tabernas es Nuevo México. Además, Billly el niño ni por asomo se parecía a un guaperas que va de víctima volviéndose malo. En realidad fue un psicópata asesino, inculto y vulgar El interés del film no pasa del puramente folclórico.

La similitud de los títulos de las películas nos mueve a compararlas en el encabezamiento de la reseña. Y ahí, en el título, se acaban todos los parecidos. Nada que ver la cinta de Ford con la de Julio Busch que, no obstante, tiene también algunos aciertos que queremos destacar, como por ejemplo la fortaleza del guión y la credibilidad de la narración, historia real aparte con la que tiene pocos puntos en común. También la estética general de la obra, desde la presentación al desenlace, pasando por los discretos toques de humor o los paisajes almerienses, muy en la línea de Leone, incluída la música que subraya con energía los momentos más dramáticos o emotivos. A resaltar la escena nocturna cuando los hombres del Inglés, regresan al rancho tras vengar a su amo en las calles de Lincoln.
Destacan los guionistas y el director los condicionantes del entorno ambiental en el futuro de los jóvenes de la frontera. "En esta tierra sobran armas y faltan leyes", comenta la madre de William Boney cuando este le anuncia que quiere ser pistolero y aquella desea que estudie Derecho en las universidades del Este. Pero la fuerza del sino es muchas veces inexorable con el resultado conocido en el caso de Billy, que reconoce más adelante "No creo en otra ley que las de mis armas. Nunca fallan".
En lo negativo, además de unas cuantas escenas chuscas, la elección de los actores principales Lee y Zurakowska. No nos parece en absoluto acertada, como tampoco la obsesión por el pelo rubio, los ojos azules o las largas patillas, seguramente siguiendo la estética del final de los 60 cuando se rueda la cinta. Otra cosa es Tozzi que lo borda con su sobriedad.
Sin ser una gran obra, merece la pena dar un vistazo a este western español hecho a la italiana.