Miedos 3D

“The Hole 3D” es la prueba criminal de que Joe Dante es un fósil de los ochenta. La historia narra las aventuras de tres chavales que encuentran en el sótano de su casa un agujero del que saldrán “todos sus miedos”. Un guión mimado y agradecido que consigue aterrorizar con las maneras de siempre pero con la sinceridad de un veterano. Joe Dante sigue con el uso de “muppets” a la vieja usanza, el trauma Spielberg de las familias desestructuradas, menos fuelle en su característico humor negro pero, ante todo, sigue entreteniendo.

Parece mentira que un tipo como Joe Dante, del despiporre en forma de comedia en los 80-90 a los inicios de algunas de las sagas más míticas de terror, se haya prestado a esto. Entiendo muy bien que cuando un realizador como él lleva años sin encontrar un rumbo definido y cuyo mejor resultado ha sido el obtenido en sus episodios para la serie "Masters of Horror" quiera intentar darle un pequeño vuelco a lo que andaba haciendo hasta ahora, lo que no entiendo de ninguno de los modos es que un tipo que normalmente ha sido fiel a si mismo, se traicione y realice una película que, ante todo, parece encabezada por actores salidos del mismísimo Disney Channel.
Desconozco si realmente Chris Massoglia y Teri Polo serán integrantes de alguna serie de susodicho canal, aunque no estén muy lejos de parecerlo, pero más allá de un asunto como este que a mi me trae sin cuidado, no entiendo como se puede dejar a unos actores en pantalla vagar de ese modo, con esas caras de palo, esas poses y esa tontería encima, es que no lo entiendo.

Que la trama, para colmo, sea un refrito que parece sacado de cualquier película producida por los de Disney ya si que me resulta imperdonable, puesto que mantener un guión así durante aproximadamente media peli tiene mérito, pero despacharse con una segunda mitad tan obvia, alejándose de lo que podría haber dado un proyecto así (de haber querido hacer algo más maduro, y no para críos), tan lejana de aquel encanto que siempre tuvieron las pelis de Dante y con una conclusión tan blanda y al borde de la vomitona lo único que tiene es interés social. Interés social por conocer que pasó por la cabeza de un Dante que parecía haber recobrado su tono con los episodios antes mentados para aceptar un guión tan ñoño y bobo como el de "The Hole".

Puede que la película no sea tan mala como me lo ha parecido, o puede que sí, pero es que si hay algo que me mosquea sobremanera, es que un tío que lleva toda su carrera trabajando con honestidad y dedicación (siempre manteniendo un tono similar), ahora se dedique a llevar a cabo estas cosas que parecen más bien paridas para que la nueva generación disfrute que para agradar a los que siempre seguimos el cine de pequeños maestros como éste. Así que ponte las pilas, o la próxima la va a ver quien yo te cuente, Dante...

Ah, lo del 3D, una puta estafa. Que se vayan a rodar con dos camaritas simultaneas al Nepal. No te jode...

Respeto mucho al señor Joe Dante. Pese a formar parte del club del fantástico azucarado del Señor Spielberg, le respeto, sí señor, pero no puedo decir lo mismo de la última película que firma como director.

La historia es sencillita -cosa que ya era de esperar- pero la evolución de la trama es de una simpleza tan extrema que casi ofende. La atmósfera está repleta de recursos que el cine oriental ya se ha encargado de explotar suficientemente y de algunos decorados que aunque son lo mejor de la película parecen ser casi los mismos del segmento que Dante dirigió para la película episódica "The Twilight Zone" producida por Spielberg y que ya incorporaba esos escenarios expresionistas.

Los sustos son tan prefabricados a base de música a tope y tan previsibles que tampoco la salvan del olvido casi inmediato. Y por fin los esperados efectos 3D brillan por su ausencia (y sí, antes de que alguien lo pregunte, llevaba las gafas y funcionaban correctamente) pero simplemente no brillan demasiado.

Lo mejor: La dirección artística del último segmento y el niño de la película (por este orden).

Lo peor: El guión, el guión y el guión. Eso y los efectos 3D...

Nada, que si quereis ver al Señor Dante en acción mejor vemos "Homecoming", un episiodio de la aclamada e irregular "Masters of Horror" y así vemos su faceta más contestataria.

Tres críos se encuentran un boquete profundísimo en el sotano de su casa del que saldrán todos sus miedos y tendrán que plantarles cara para cerrar el dichoso agujerito. Ahí queda la sinopsis de 'Miedos 3D'. Nada singular, nada atrayante... si quitamos quién la dirige.
Mientras la veía, he echado de menos ese toque entrañable que tienen para mí otras películas de la filmografía de Dante. Sé que esto se debe a haberlas visto siendo una enana y, por ende, ahora vistas con retrospectiva, las pelis de Dante tienen ese aura mística. No es que esperara encontrar eso, ni mucho menos. La sorpresa, por mi parte, viene dada a que está tratada desde una perspectiva muy infantil. Ya sabía que carecería de humor negro y, por supuesto, de "miedo" sólo tiene el título. Abusa, cómo no, de lugares comunes en las pelis de terror. Lo más cantoso, lo de siempre: subir el volumen a tope para pegar sustitos. Que no digo que no sea efectivo, a veces, pero eso ya es tipiquísimo y sólo puede asustar de verdad a pocos curtidos en el género.
Las situaciones que tienen que atravesar los tres críos son en esencia aterradoras. Sin embargo, no están llevadas de tal forma que se reflejen esos miedos y se queda en algo muy superficial, muy light. Aún así, la historia se sique con cierto interés.
Yo no supero mis miedos y me sigo decepcionando con directores que antaño me gustaban.

La adolescencia es, ciertamente, una edad complicada. Y aunque son muchos los factores que inciden decisivamente en ese complejo periodo vital, yo diría que uno de los más importantes lo podemos hallar en esa maldita obsesión que tienen los niñatos que la padecen en comportarse como adultos.

Lo que no saben esos tiernos púberes, sin embargo, es que —a esa edad— siguen siendo niños. Más rebeldes, más insoportables y más feotes, quizás. Pero niños al fin y al cabo. En la mayoría de los casos, niños engreídos e insolentes que no exhiben ningún tipo de pudor a la hora de exigir ser tratados como adultos y que, paradójicamente, no están dispuestos a contraer ningún tipo de responsabilidad como tales. Niños —en definitiva— que pretenden, demandan y reclaman un mundo a su medida.

Responsabilidad de sus mayores, por consiguiente, debería ser convencerles de que eso es rotundamente imposible. Tan imposible como debería ser realizar una peli de terror que se adapte a sus esquemas. Lamentablemente, no todo el mundo está dispuesto a cuadrar a estos niñatos. A decirles que no. A decirles que una peli de terror no es, o no debería ser, para críos. Y qué mejor muestra de ese patético proceder que “Miedos”. Una infame peli de terror con la que el género se baja los pantalones por enésima vez y en la que un despersonalizadísimo Dante le hace la rosca a ese vergonzante subgénero que no hace mucho inauguró “Crepúsculo”: el terror barbilampiño.

A partir de ahí, poco más podría añadir. Quizás, tan sólo, manifestar mi anhelo por que “Miedos” no sea otra cosa que un truño pasajero más y por que todo ello sea fruto —a fin de cuentas— de mis propias pesadillas. Porque no. No puede ser. Me niego a admitirlo. Bastante jodido está el terror contemporáneo para que, por si fuera poco, nos viéramos obligados a rebajar aún más nuestras míseras expectativas para adaptarlas a los gustos y a las sensibilidades de jovencitos y jovencitas con acné. Hasta aquí podríamos llegar.