Cámara policial

Sorprende ver que un director concienciado con la causa racial en Estados Unidos como Malik Whitthal, de pronto se arriesga con una película de drama y terror como Body Cam… Pero al mismo tiempo su posicionamiento social condiciona la historia y la hace previsible.

La policía Renee Lomito-Smith se reincorpora al servicio tras una mala racha: su hijo murió ahogado y Renee ha estado suspendida por golpear a un detenido. Nada nuevo en el turno de noche, excepto que la emparejan con el novato Danny, pero de pronto una noticia pondrá todo patas arriba: uno de sus compañeros de patrulla ha sido brutalmente atacado. El misterio de este asesinato oculta algo peor en su interior.

En Body Cam encontramos dos guionistas: Nicholas McCarthy ya ha dirigido varias películas del género como The Pact, Home o The Prodigy, el otro es Richmond Riedel, guionista de dos cintas tan diametralmente opuestas como el drama Criminals o Target Practice (mato por ver esta, porque el argumento es muy loco: un grupo de amigos que van de viaje al bosque se encuentran un campamento de entrenamiento para terroristas); nada malo tener dos mentes pensantes si ambas reman en el mismo sentido, algo que no suena probable tras ver Body Cam ya que hay dos historias que luchan por tomar el control: la historia noir, nocturna y sucia, acerca de la brutalidad policial, y la trama de terror en el que un fantasma va aniquilando el turno de noche de la comisaria. ¿Qué trama es más importante? Claramente la primera para Malik Witthal ya que se maneja a la perfección cuando las cámaras toman las calles o viajan en el coche policial junto a la protagonista… Pero a cambio los momentos más interesantes de Body Cam son los que se meten de lleno en lo sobrenatural, como la secuencia del supermercado, donde se ven las posibilidades de lo que realmente podría haber sido Body Cam en caso que la película hubiera tomado el camino del terror puro y duro.

La película se beneficia de dos artistas conocedores del género, uno de ellos es director de fotografía Pedro Luque, suyas son las atmósferas malsanas en la muy disfrutable Dont Breathe, y al mando de la batuta el ya clásico Joseph Bishara gracias a sus pesadillas musicales en las sagas The Conjuring e Insidious. Si pasamos al nivel interpretativo, todo gira alrededor del personaje de Mary J. Blige, quien sorprende al dejar de lado su glamour y meterse en un personaje siempre contra las cuerdas; su interpretación es lo que mantiene el armazón de la película ya que es la única que transita entre la historia de corrupción policial y el drama sobrenatural. Aunque Nat Wollfs y David Zayas comparten metraje, sus personajes sirven para dar el contrapunto a Mary J. Blige e, incluso, sus motivaciones son bastante predecibles.

Body Cam tiene un par de secuencias interesantes pero la trama noir va muy rápido para dejar paso a lo sobrenatural y el terror va a saltos para reconducir la trama noir y vuelta al punto de inicio. ¿Este círculo significa que la película de Witthal es mala? No, pero se plantea un escenario interesante que merecía un mejor desarrollo.

https://www.terrorweekend.com/2020/08/body-cam-review.html

Cualquiera que vea Body Cam, independientemente de si le guste o no la propuesta, de si le interese o no la temática, notará que detrás de las cámaras, a la hora de plasmar la idea sobre la pantalla, hay una sobriedad inusitada. Sobre todo teniendo en cuenta que el género thriller/terror/fantástico se presta a la fantochada. Vivir momentos intensos, jumps scares, diversión y poco más.

Vithall ha hecho un producto ultra genérico desde un posicionamiento serio. Incluso la situación de la protagonista y el proselitismo de fondo se encuentan bien desarrollados. Body cam resulta en un slogan no disimulado que, paradójicamente, suena honesto. Da la sensación que allí, detrás de las cámaras, realmente se creen el mensaje que están ofreciendo.

Por otra parte, dejando de lado el mensaje general enfocado hacia cuestiones sociales, lo que acontece en la peli ya tiene precedentes. Aquí surge la primer elección estilística: contextualizar la trama desde el proceder de un departamento policial, con sus idiosincracias particulares. La protagonista encara la situación desde la mirada del policía clásico cinematográfico: un sujeto apegado al honor, la justicia y la búsqueda de la verdad. Esto contrasta con eficacia con el entorno oscurecido, corrupto, que la rodea. Carga en sus espaldas un rollo personal que cuaja bien con lo que investiga, aunque su rol de policía-que-no-puede-perder-los-estribos la obliga a contenerse demasiado. Esto hace que ciertas dosis de drama, suenen fríos, poco aprovechados.

En paralelo, un elemento fantástico sobrevuela la historia. El terror se hace presente (la escena en el supermercado, perfectamente filmada, o como ejecutar con pericia lo que ya se ha visto muchas veces). Aqui...algunos peros: se entiende lo que sucede, de hecho el espectador puede captar el trasfondo sin que se lo digan. Sin embargo, algunos datos están obviados, dejando lagunas, sobre todo al final (spoiler). Tampoco se indaga demasiado sobre esa fuerza sobrenatural: la dirección está mucho más volcada en mantener el suspenso narrativo; las cámaras siguen fielmente a la prota en sus investigaciones, siempre a ritmo medido. Esta dilatación del tiempo termina por dejar afuera datos necesarios.

El resultado de Body Cam es el de un producto logrado, no redondo. Esclavizado de su propia propaganda (con la previsibilidad que ello conlleva para todo aquel que sepa de que va la ideología política que maneja) y con ciertas desatenciones a la hora de contextualizar lo fantástico.

No esta mal pero..... podía haber sido bastante mejor
El reparto esta bien caracterizado y cumple, aunque justito. A veces, algunas escenas chirrían con la actuación y se nota que el director las podía haber trabajado un poquito mejor si hubiera querido.
La puesta en escena y fotografía bastante buenas y tanto la trama como el guion pueden ser interesantes.
Creo que en donde falla de verdad es en el desarrollo de dicha trama en donde a partir de la segunda mitad se van precipitando los hechos de una manera fría y no consigue que el espectador se sienta cómplice y participe con interés en estos.
Resumiendo, y siempre bajo mi ignorante punto de vista cinematográfico, es una película pasable e incluso disfrutable para una sobremesa pero hasta ahí. Y es posible que te pase como a mí y que al final te quedes con un pequeño poso amargo de lo que pudo ser y no fue
Saludos :)

Película que mezcla el género policíaco con el terror sobrenatural y que esta dirigida por el director de la correcta Imperial Dreams (2014), y está protagonizada por Mary J. Blige (serie Scream: Resurrection, 2019), y Nat Wolff (Death Note, 2017).

Una policía (Mary J. Blige) es la única testigo de la muerte inexplicable y espeluznante de su compañero cuando realizaban un rutinario control de tráfico. A medida que aumentan las muertes, ella luchará para comprender la fuerza sobrenatural detrás de ellos.

Sobre que su mezcla de géneros resulta curiosa de ver, Cámara Policial ofrece todos y cada uno de los tópicos de los subgéneros que la componen, desde los jumpscares previsibles hasta los personajes estereotipados en exceso. Las actuaciones resultan creíbles sin llegar a destacar, con una carismática Mary J. Blige, y el ritmo es correcto y no aburre sobre los evidentes defectos de la propuesta.

Cámara Policial consigue entretener al espectador, aunque una amplia colección de tópicos junto al poco ingenio a la hora de componer los sustos de las escenas que pretenden causar miedo, impiden que la película pase de la mediocridad.

Nota personal 6/10

*Cine como forma de protesta

Compartiendo causa social con otras películas recientes (véase Queen&Slim, Fuera de la ley), Cámara Policial (Body Cam) presenta un thriller sobrenatural cargado de una latente reivindicación completamente palpable desde el primer momento.

La agente Renee Lomito (Mary J. Blige) se reincorpora al cuerpo de policía después de una baja debido a problemas personales. Junto a su compañero (Nat Wolff) encuentra el cuerpo asesinado de otro de sus compañeros de oficio. Tras verificar la cámara del equipo policial, descubre que una extraña figura está al acecho de la plantilla de su comisaría. Esto la llevará a intentar encontrar al culpable de los crímenes.

Hoy en día es imposible ver las noticias sin que sobresalga una nueva discriminación o asesinato debido a la violencia policial. La película no se queda en la búsqueda de un homicida de policías. Así, ahonda en la problemática del abuso de poder y refleja un cuestionable cuerpo de la ley. La mano muy suelta y los escrúpulos muy bajos.

Asimismo, la manera de representar a estos policías resulta bastante realista pues no son vistos desde un primer momento como villanos fáciles de odiar. No es hasta el desenlace de la película cuando las cosas comienzan a verse como realmente son. No todos los monstruos son verdes, algunos van de azul.

*Brutalidad policial y justicia poética

La crudeza con la que se presentan los escenarios probablemente sea la culpable de la calificación R de la que goza Cámara Policial (Body Cam). Si bien ciertamente no se trata de un filme con infinidad de sustos planeados, mantiene una tensión constante desahogada en unos cuantos asesinatos bien cargados de sangre.

Sin embargo, pese a que no se muestran reparos en mostrar caras deformadas, dientes rotos, disparos y demás, la figura del ente encargado de los hechos se asemeja más una presencia que un personaje. Es como una oscura mancha tras las atroces imágenes.

Por otra parte, Cámara Policial (Body Cam) no hace grandes gorgoritos ni se encamina por terrenos arenosos sino que muestra una historia bien llevada que desde un primer momento sigue una línea más o menos clara y, aunque llega un punto en el que el final puede ser previsto, no por ello resulta menos satisfactorio. Tanto los malos son castigados como los buenos redimidos.

*Conclusión

En definitiva, Cámara Policial (Body Cam) es un simple pero efectivo thriller paranormal con unas buenas —aunque algunas bastante efímeras— actuaciones que crea un ambiente cargado de tensión sin necesidad de completar la película con toneladas de jump scares ni grandes artificios y que nos hace espectadores de una realidad mucho más real, horrible y complicada que ser perseguido por un ente paranormal.

Escrito por Ana Aliaga Díaz