El favor

'El favor' es otra comedia que busca entretener dentro de una fórmula sin novedad alguna. La muerte de un ser querido, el reencuentro entre los miembros de una familia con dinámicas insanas e inmaduras, y el conflicto propiciado por una cuestión de clases son el contexto en el que Juana Macías desarrolla una historia llena de estereotipos, tramas previsibles, diálogos vulgares y un intento de edulcorarlo todo. En este ambiente, el reparto es lo único que muestra cierta entereza para amenizar e intentar sostener el argumento.

No obstante, la película está plagada de relaciones tóxicas y resentidas –entre parejas, padres y hermanos– que poco a poco van haciendo que se desmadre todo. Así pues, el film se llena de situaciones rocambolescas y malentendidos buscados que sacan lo peor de cada protagonista para al final, en un cierre precipitado, intentar buscar una solución rápida e incoherente con la sarta de conflictividad que se ha desplegado entre los mismos personajes que acaban abrazados. De esta manera, ni esos mensajes positivos y bienintencionados –metidos con calzador– consiguen hacer mella en el espectador.

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Mentiras, confusiones, confesiones, enredos, secretos.., pues lo mismo de siempre, pero al menos con un elenco más que apañado que intenta solventar la mediocridad del típico guion 'español'.

Con decir que lo mejor de la película, para un servidor, ha sido el chaval, Iván Renedo, lo digo todo, aparte de también ver que Diego Martin, en los créditos finales, baila igual de mal que yo (bueno, no tanto).

Entretiene, es un simple producto básico para echar un rato en familia, y si alguno se duerme, pues intentar contarle el final. Caras guapas, actuaciones decentes, pero nada brilla, ni la historia enrevesada ni el supuesto humor de las situaciones.

Wolf.

No sé cuántas películas españolas llevamos en lo que llevamos de año capaces de desperdiciar un buen argumento. No es que los responsables del guión se hayan comido mucho la cabeza, pero la historia olía a cine clásico, a interesante juego de cartas, a rencillas familiares por descubrir… todo eso aderezado de mala baba y humor. ‘El favor’ tenía que haber sido eso, pero dista mucho de lo que en realidad es.

Siendo sinceros, ‘El favor’ es una solemne tontería, narrada pésimamente mal desde su arranque, sin que seamos capaces de sentir ternura por el personaje que acaba de fallecer y que nos haga desear el mal a estos tres imbéciles Gallardo. Se remata con una lamentable y ridícula escena de velatorio en la que solo pude pensar en porqué Macías no había visto primero ‘Un funeral de muerte’. El nivel de realización es de pequeña pantalla, no de grande.

Además, se nota muchísimo la disparidad de actores que tiene este invento. Poco puede hacer Gonzalo Castro con los pocos minutos que tiene e Inma Cuesta suficiente tiene con intentar parecer creíble con semejante guión. Lo de Sara Sálamo o Alfonso Bassave si que es de juzgado de guardia… no me han gustado nada.

Me esperaba una cosa completamente diferente, no una película destinada a la sobremesa televisiva.

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*El venenoso clan de los hermanos Gallardo

Juana Macías, guionista y directora de cine, obtuvo en el año 1999 el Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción por su obra Siete cafés por semana, y en 2010 fue nominada al Premio Goya al Mejor Director Novel por su película Planes para mañana.

Posteriormente ha dirigido las películas “Embarazados”, “Bajo el mismo techo” y “Fuimos canciones”, así como realizó para televisión “Madres” en el año 2020. Está habituada a dirigir comedias como su género principal en el que ahora presenta El favor. En su nueva película el argumento está centrado sobre la rica familia de los Gallardo, en la que son protagonistas principales sus tres hijos ahora adultos, Teresa, Benja y Aura, que han sido cuidados desde pequeños por Amparito, la querida Tata.

Su mansión de veraneo ha sido cuidada siempre con esmero al máximo por Amparito, Luisa Gavasa, siendo la auténtica ama y segunda madre ante la ausencia ocasional o habitual del padre y la madre respectivamente de los tres hermanos. Un día Teresa, Benja y Aura reciben la noticia de la muerte de Amparito, por lo que viajan al pueblo para darle el último adiós y reencontrarse con Tomás, el hijo de la Tata, Alfonso Bassave, con el que fueron compañeros de juegos cuando eran pequeños.

El guion presenta las diferentes personalidades dibujadas de la caprichosa Teresa, Inma Cuesta, el mimado Benja, Diego Martín, y de la compleja Laura, Sara Sálamo. Por otra parte esboza como personajes secundarios al padre distraído y ausente, Gonzalo de Castro, y la madre lejana y aún más enigmática, Isabel Ordaz.

*Un padre y una madre ausentes y lejanos

Una vez configurado el núcleo de la comedia, empieza el laberinto de ocultamientos, conspiraciones y alianzas, entre los tres hermanos ante sus prioritarios intereses económicos por encima de sus lazos afectivos. Para añadir leña al fuego familiar, aparecen las últimas voluntades expresadas por la hasta entonces más o menos queridísima Tata Amparito. Revoluciona el inestable clan familiar con su deseo expresado de ser enterrada en el panteón familiar, símbolo del poderío del linaje de los Gallardo. Los tres hermanos coinciden en negarse a ello.

Eso hace que el guion agite la acción en un “todos contra todos” unido a reproches mutuos y acusaciones recíprocas. Las actuaciones, un tanto exageradas de estos tres personajes principales, están al servicio del argumento oscilante, que no acaba de conseguir una unidad de cohesión ni un ritmo armónico ascendente. El favor como película de comedia no acaba de cuajar a medida que pasa el tiempo y el metraje aumenta, quedando desdibujada la trama por estos altibajos de la acción.

Mientras se desarrolla el caos de las relaciones de los hermanos, poco a poco van apareciendo noticias y señales de la llegada de los ya hace mucho tiempo separados progenitores. El padre más interesado por su ocio y vida personal que en su vida familiar, y la madre aún más lejana de los hijos desde que hace muchos años se fue del núcleo familiar cuando aún eran menores de edad. Con su llegada el volcán familiar ya en ebullición aumenta su erupción con los nuevos reproches y malentendidos.

*La venganza de la Tata Amparito

La comedia El favor sigue forzada, lejos de enderezarse en una línea clara por lo que empieza a hacer aguas por uno y otro lado, denotando flojedad del guion y sobreactuación de actores y actrices. Al espectador paciente le sobreviene una “pesadez digestiva”, que trata de aliviar con los temas musicales escogidos por Vanessa Garde, la buena fotografía de Andreu Rebés y la cuidada dirección de arte con su detallada ambientación conseguida.

Un revulsivo más es introducido en la película con las envenenadas cartas personalizadas, que la antes amadísima Tata Amparito ha dejado como legado para cada uno de los tres hermanos. Ahí las palabras escritas echan fuego y lanzan cuchillos, con el regodeo de los no destinatarios hasta que les llega el regalito del mensaje de su carta personal. Se dilatan las lecturas de las tres cartas, por la oposición de alguno de sus destinatarios a leerlas haciendo así que corra el metraje y se rellene la película hasta su final.

Cuando se acerca el desenlace ha habido conjuras y desvelamientos varios, para poner un poco de sal y aún más pimienta. Finalmente se cierra El favor como buenamente se puede, porque la obra no puede dar más de sí tras una trayectoria errática desde su comienzo accidentado. Sales de la sala con la sensación de haber pasado el tiempo distraído pero no convencido, por lo que queremos seguir confiando en encontrar más acierto en próximos productos de ésta directora.

*Conclusión

El favor es una película malograda que con la idea nuclear de partida del guion podría haber dado más y mejor juego, pero la dosificación de sus elementos y el ritmo descompasado no logran llegar a un buen producto final. Al final queda en una cinta hecha claramente para la taquilla que tampoco probablemente tenga mucho recorrido, quedando ligada al pronto olvido.

Actores y actrices hacen lo que pueden, aún sobreactuando en ocasiones obligados por las trazas marcadas por el guion.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez

Salvo que uno proceda del planeta Trafalmadore o haya permanecido recluido en una secta sin acceso al mundo la sensación que debe tener tras visionar esta propuesta es de, ¿otra vez estamos con lo mismo?. Si, esta película te la facturan varias veces al año. No pasa nada, hay gente que se ve todas las semanas las aventuras de anacondas gargantuescas de La Sexta o las niñeras asesinas de A3, pero convendremos que eso condiciona y reduce las posibilidades de análisis.

La trama es simple, tres hermanos con tres perfiles marcados, más sobre el guión que por sus acciones, pasan un fin de semana en la casa de campo de los Gallardo (sniff) para asistir al sepelio de la criada, iba a poner guardiana de la finca, empleada, pero no, se refieren a ella repetidamente como criada por mandato del padre, abogado de cierto renombre. En una improbable lectura de testamento de la señora descubren que han sido encomendados por esta de un favor postumo a la vez que les deja unas cartas personalizadas.

Afloran entonces los conflictos fraternales, soterrados y no, los malentendidos, los enredos, todo muy de fábrica, tanto que como a la autora le parecía poco rutinario corona la tradicional resolución de los nudos (algún nudo y resolución patateros por demás), con un mensaje de superación, tras el conflicto, todos salen mejores y más encantados consigo mismos, la lección que no sabemos quien quería darles porque cambia el paso a mitad de la película para dar cabida a otro personaje ha surtido efecto.

Todo es pura rutina, hasta la aparición de los secundarios de lujo, (lujo dentro de los excesos que se permite esto) son tradición en el género. Sólo en un par de escenas la cosa parece que va a coger un vuelo a lo Very Bad Things para todos los públicos pero debió darles mareos y volvieron a lo de siempre.

Lo mejor, Inma Cuesta, solo por eso le he dedicado tiempo a esto, cada uno tiene sus debilidades y bueno, es lo que hay. Orgaz compone una convencible señorona forrada a lo Rosalía Mera alejandose de La hierbas.

Lo peor, todo lo demás, desde lo poco original de la propuesta (no digamos ya ambicioso) a lo rutinario de las interpretaciones. De Castro está mucho menos creíble que Orgaz.