Ama

Viendo Ama, uno piensa en los Dardenne, en cierto cine social de los 90 o en los tour de force, de autoría casi siempre europea, que cuentan la agonía de los más desfavorecidos. Tamara Casellas llena la pantalla, eclipsa todo el metraje con sus bandazos, corredizas y funambulismos. Con la protagonista sin techo, sin trabajo, sin lugares a los que acudir y sin personas a las que apelar, y encima con su hija pequeña a cuestas, es fácil intuir que el camino de Ama va directo al precipicio. La tensión anterior a la caída se sufre gracias a un estilo directo, impúdico, siempre creíble. Y cuando el golpe es tan inevitable que ya puede sentirse en carne propia, la película cae de pie, indemne, íntegra. Un filme que podría definirse como un insondable vacío (re)llenado con momentos que no significan nada y que a la vez lo encierran todo: la precariedad laboral, el engaño del turismo, el yugo clasista y capitalista, la drogadicción y todas sus causas y consecuencias. El malvivir que sobrevive como puede. Película ya vista, pero igualmente urgente y nueva. Habrá que tenerla muy en cuenta de cara a la próxima temporada de premios.

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Merecido premio en el Festival de Málaga a la actriz Tamara Casellas para este personaje poco empático y tirando a desagradable. La película a mi parecer debería de haberse llevado algún premio más, ya que entre el público era una de las favoritas.

Pepa deambula por la ciudad en busca de un trabajo y un lugar donde vivir, alocada y juerguista no termina de centrarse en un problema fundamental... que es una madre de una niña pequeña.

Segundo largo de la directora catalana Júlia de Paz Solvas, que ya estuvo en la sección Zonacine del Festival en 2019 con la película "La filla dÁlgu" (La hija de alguien) y que ahora con este nuevo film llega por todo lo alto a la sección oficial con esta historia desgarradora. Mostrándonos con bastante acierto como un hijo puede lastrar a una madre que apenas sabe cuidarla, algo que en el cine se ha mostrado poco. 

Con cámara al hombro el espectador sufre al igual que la pequeña niña los embates de esta madre con la cabeza en otras cosas consiguiendo odiar al personaje. Algo que te lleva a reflexionar sobre estas situaciones tan criticas de los pequeños que son tan inocentes y vulnerables. Estupenda interpretación de Tamara Casellas que le auguro un buen futuro en el mundo de la interpretación.  En papeles secundarios tenemos a dos de los grandes Estefanía de los Santos como Rosario y Chema del Barco como el gerente de un hostal.

Una buena película dramática, completamente recomendable que se estrena en cines el 16 de julio de 2021
Destino Arrakis.com

*Pepa y Leire, personajes principales de Ama

Pepa, Tamara Casellas, es una madre joven algo descentrada que vive en precario con su hija de seis años Leila, Leire Marín Vara. Viven en casa de Ade, Ana Turpin, una amiga de Pepa que tras varias advertencias por no ocuparse bien de su hija acaba por echarlas de la casa.

Pepa trabajaba en lo que le salía dejando a veces a su hija sola y dándole de comida bocadillos.

Tras quedarse en la calle Pepa recurre a amistades y familia pero sin éxito, teniendo que dormir en un hostal e incluso en la playa.

La película no es complaciente con el personaje de Pepa, desorganizada y a veces irresponsable. Cuestiona la manera de vivir de ella en su permanente incertidumbre y nomadismo obligado.

Tamara Casellas hace una gran interpretación del personaje dramático de ésta madre en crisis permanente tanto económica como afectiva. Bien pudiera ganar el premio a la mejor actriz en éste festival por su gran trabajo interpretativo.

Para la actriz es muy importante para la mejor interpretación posible no juzgar al personaje para evitar caer en estereotipos. El libro Madres arrepentidas de Orna Donath fue impactante para la directora Júlia De Paz Solvas por la revisión de los mitos culturales de la maternidad.

Ama se apoya fundamentalmente a lo largo de la película en la estrecha relación entre madre e hija. Relación que oscila entre el desapego inicial y la simbiosis posterior.

En la rueda de prensa en el Festival de Málaga la directora destacó el simbolismo del agua como purificación de los dos personajes principales. Escenas rodadas en la playa, la ducha casera o la inmersión en el mar.

Localizaciones en el litoral alicantino para mostrar sus conexiones emocionales con el mar bien retratadas por la luminosa fotografía de Sandra Roca.

*La desidealización de la maternidad

Ama aborda a fondo con valentía la maternidad con un bien elaborado guion. La retrata sin las frecuentes idealizaciones con que la literatura y el cine lo han tratado. Desmitifica su exaltación y expone crudamente la dureza de la crianza a solas.

Una gran interpretación resalta el coraje y la rabia de una madre sola que sin apenas ningún apoyo material ni de otro tipo sobrevive en soledad. Su familia le da la espalda por lo que tras una breve estancia opta por irse de nuevo al sentirse incomprendida.

A medida que se le van cerrando puertas paralelamente estrecha la relación con su hija. La búsqueda de alojamiento e ingresos se vuelve llena de barreras y dificultades ante la falta de solidaridad de la gente.

La película describe la cadena larga de incidencias de Pepa y Leila en alojamientos y trabajos temporales precarios. Ama derriba muchos arquetipos, mitos e ideas preconcebidas sobre la maternidad.

Presenta la dura lucha diaria por salir adelante con el objetivo inmediato de la próxima comida y el tan necesario techo para dormir la próxima noche. Sobreviviendo día a día y cargando siempre con el ligero equipaje de lo esencial.

Ello no es obstáculo para describir la unión entre madre e hija o mostrar las reacciones de la niña ante las carencias y los contratiempos frecuentes.

Una gran primera película de la directora con reducido presupuesto y sobriedad pero con gran cuidado del guion y la interpretación.

*Sin ayuda de nada ni de nadie

La incomprensión de su jefe Carlos, Manuel de Blas, la menosprecia delante de otros jóvenes repartidores de flyers de la discoteca Penélope en Benidorm. La crítica y rechazo de su madre también mina su estabilidad emocional. Al igual que cuando no respetan su reserva del alojamiento hecho previa abono.

Al principio Pepa no se preocupa de la niña que considera un obstáculo en su vida y a la que apenas atiende emocionalmente. Luego ante el rechazo y críticas recibidas pasa a irla atendiendo mejor y dedicarle afecto apenas dado antes.

El nuevo enfoque que aporta la película Ama sobre la maternidad fija la atención en la caída de los mitos tradicionales sobre cómo ser madre. También muestra como pueden evolucionar las concepciones personales de la identidad, de la relación con la hija y de otras maneras de vivir la maternidad.

La culpabilización, las equivocaciones, el arrepentimiento, la soledad, el rechazo, etc. laten a lo largo de la película concluyendo que cada maternidad es vivida diferentemente.

El equipo técnico de la película es mayoritariamente de mujeres de manera intencional premeditada. Aporta sus miradas de mujeres jóvenes reivindicativa sobre otra forma de ser mujer más autónoma.

El rodaje se vio interrumpido por los cierres perimetrales y restricciones debidos a los primeros meses de la pandemia. Aprovecharon el parón para reelaborar algunas secuencias y redefinir partes de la película.

Júlia De Paz Solvas es una nueva directora de tan sólo 26 años, estudiante de Educación Social y motivada por las nuevas formas de ser mujer. Cuenta con proyectos para seguir trabajando en la línea reivindicativa iniciada con ésta película. Entiende el cine como una forma de militancia para evolucionar.

*Conclusión

Ama es la primera película de la jovencísima directora Júlia De Paz Solvas que aprovecha para abordar con valentía y sin sentimentalismos el tema de la maternidad. Huye de idealizaciones para mostrar con realismo y crudeza el día a día de una madre joven sola que trata de sacar a delante a su hija de seis años

Lo más destacable de Ama es un muy bien elaborado guion y la gran interpretación de la actriz Tamara Casellas en el personaje de Pepa. Protagonista principal omnipresente formando tándem con una espontánea y caprichosa Leila.

Película sencilla pero con gran carga dramática y muy interesante el tratamiento que hace de la revisión de la maternidad. Reflexionar y debatir sobre lo visto enriquecerá nuestras actitudes y personalidades en las relaciones de filiación.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez

Ama está planteada como una road movie por la ciudad, sin rumbo y siguiendo, cámara en mano, a una madre que dista mucho del concepto “ideal” que conocemos; tanto, que hasta resulta un rol desagradable con el que cuesta mucho empatizar. No obstante, no se busca juzgarla ni justificarla, sino simplemente mostrar a una joven con una hija que está desestabilizada tanto económica como afectivamente, a punto de colapsar.

Pepa se encuentra de pronto en la calle, con su hija Leila, y el espectador vagabundea con ellas, en un recorrido incómodo a través de las avenidas y también a través de las decisiones de la protagonista. Esto último hace sufrir tanto a la audiencia como a la niña, aunque ella no comprende del todo la situación. La pequeña supone el mínimo toque de ternura y humor de destila cinta, y el vínculo que se va forjando entre las dos es prácticamente lo único agradable.

Júlia de Paz expone con sobriedad y honestidad la dificultad de algunas chicas a la hora de sacar adelante a un hijo, solas, sin recursos y sin apoyo. Desde su punto de vista, un chiquillo resulta un lastre y abundan los sentimientos de rabia, abandono e impotencia. La directora culpa –en parte– a la sociedad de lo que le pasa a Pepa (y a las mujeres como ella) y aborda la noción de maternidad desde un ángulo poco explotado en el cine, desmitificando cualquier quimera.

Las interpretaciones son excelentes, en especial la de Tamara Casellas, pero el intento de la cámara de perseguir los alocados movimientos de Pepa, a veces, es un poco molesto. Entre los planos que vibran, la injustificada necesidad del personaje principal de sacarse la ropa constantemente y la completa falta de esperanza de la trama, la película resulta sombría y violenta.

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Quien dice que en España no tenemos talento cinematográfico se equivoca. Y esta magnífica película de la jovencísima Júlia de Paz Solvas es una clara muestra de ello. Es un verdadero placer descubrir nuevos directores que se atreven con películas como estás, tratando un tema que ha sido abordado muy pocas veces en el mundo del cine. La figura de la madre humanizada y despojada del mito romántico. Algo de lo que todavía da cierto reparo hablar pero que existe. Pocas veces se menciona a esas madres que afrontan el día a día como una verdadera lucha de la que nunca quisieron formar parte, que subsisten con lo puesto y que no encuentran más que trabas impuestas por la sociedad, el entorno e incluso ellas mismas.


Júlia de Paz Solvas crea a Pepa como un personaje que tiene sus propios demonios internos, conflictos no solucionados con una madre ausente y que además debe hacerse cargo por primera vez de una niña en la que nunca ha reparado y con la que mantenía una relación casi inexistente. Paradójicamente mientras los problemas aumentan y Pepa se ve obligada a abandonar la casa donde viven y a dejar su trabajo, la relación entre madre e hija se va fortaleciendo. Ambas se van reconociendo en la figura de la otra y el afecto olvidado empieza a florecer.


‘’Ama’’ hace un retrato de su protagonista alejado de los estereotipos de cómo debe ser una madre que nos lleva vendiendo desde siempre la industria cinematográfica. Aquí no vemos a madres abnegadas, capaces de todo por sus hijos sino a un personaje humano al que el entorno constantemente rechaza pero que también comete muchos errores que la conducen a un precipicio del que a veces quiere saltar. No es un personaje agradable ni que caiga simpático de primeras. Sin embargo, es tan real que resulta imposible no empatizar con ella. Júlia de Paz Solvas no señala ni juzga ninguna de las decisiones de Pepa, simplemente se limita a observar y a captar un pedazo de su vida. La cinta carece de cualquier tinte moral o crítico hacia la figura de la madre aunque si se puede observar cierta crítica social a la mentira del turismo y a la especulación urbanística. Parece que Júlia tira sus propios dardos al espectador haciendo que acabemos juzgándonos a nosotros mismos por concebir a los seres humanos que nos rodean como estereotipos y no como personas reales de carne y hueso. Señala directamente al espectador y le lanza una pregunta. ¿De qué están hechas las buenas madres?. Depende de nosotros mismos contestarla, pero la respuesta no será la misma después de ver esta película.


A pesar de todos sus errores y tropiezos hay algo que no se le puede negar al personaje de Pepa. Ama a su hija, pero la ama a su manera. Tal vez no lo demuestre a diario, tal vez falle en su propósito muchas veces. Sin embargo, al final puedes palpar ese amor. Puedes notarlo.


Le auguro una gran carrera como directora a Júlia. Si ha sido capaz de lograr esto con solo 26 añitos, podemos esperar grandes cosas de ella. La cinta además cuenta con una genial banda sonora con temas de la eterna Gata Cattana elegidos con muy buen gusto. El elenco de actrices y actores es soberbio. Tamara Casellas brilla con luz propia interpretando a un personaje nada fácil, Estefanía de los Santos hace una breve, pero contundente aparición, la pequeña Leire Marín Vara aporta naturalismo y frescor con su interpretación de Leila y Chema del Barco protagoniza una de las escenas más críticas.


Más que recomendable, imprescindible. Ojalá más cine así. Valiente, social y reivindicativo. Dispuesto a mirar sin prejuicio en realidades donde casi todo el mundo se ha olvidado de observar.


Posdata: La cinta surge de un cortometraje del 2018 que tenía 20 minutos de duración y gracias a este largometraje del 2021 su historia se puede desarrollar de mejor manera profundizando en los personajes y enriqueciendo la trama.