La tumba de la isla maldita

El volumen dedicado al cine de terror de la legendaria Enciclopedia Aurum (tristemente fallecida tras la cuarta entrega), cita cinco títulos alternativos de la cinta que nos ocupa. Por lo visto, al tratarse de una co-producción, a lo rodado por Julio Salvador se añadieron más escenas dirigidas por el actor de segunda fila Ray Danton, radicado por aquella época en Europa. Ignoramos qué más se pudo inventar para alargar una historia bastante insulsa (dos arqueólogos excavan en una isla de dudosa reputación y desentierran sin querer a una vampira que lleva 700 años sin saciar su sed; de inmediato empieza a vaciar de sangre a los lugareños), rodada en Turquía con patente escasez de medios. No obstante, pese a la falta de acción y la morosidad de la narración, Salvador consigue algunos momentos eficaces y cierta ambientación capaz de erizar algún vello (por desgracia, la copia que vi estaba machacada y no se apreciaba bien el color de la fotografía). Protagonizan la función un Andrew Prine en horas bajas, Mark Damon, muy cómodo en todo tipo de co-producciones europeas, Patty Shepard y una Teresa Gimpera que está para comérsela (o para dejarse comer, en este caso), toda morros rojo sangre y miradas lúbricas (no pronuncia ni una palabra, ni falta que le hace). De la música es mejor olvidarse. En conjunto, es una de esas rarezas que alegran la vida del coleccionista de despropósitos, entre los cuales me cuento gozosamente. Difícil de ver, vale la pena echarle mano si cae al alcance de vuestras garras. La versión que yo vi duraba 75 minutos, pero sé que corre una en DVD de 85. Para amantes del género sin prejuicios.

Atípica historia de vampiros, más por el como que por el que, lo mejor es que se aleja de la estética que había impuesto la Hammer, que era la productora europea por excelencia de este películas, y consigue un trabajo mucho más oscuro, sobre todo por ciertas escenas que logran una atmósfera perturbadora, pero como dije antes es más el como, es dirigida, que lo cuenta, ya que como historia a pesar de ser corta, apenas 80 minutos, es aburrida, sus villanos son insulsos, sobre todo la tal Hanna, que por lo visto en esos 700 años encerrada, se le debe haber acalambrado la lengua, ya que ni siquiera dice una palabra durante toda la película, y la historia en sí, no cuenta nada que resulte interesante.

Mediocre aunque no desdeñable cinta fantástico/terrorífica, co-producida entre España y USA, y rodada principalmente en Turkía.
Está rodada al alimón por nuestro Julio Salvador y por ¡Ray Danton!, un actor estadounidense que tuvo sus buenos momentos en filmes de finales de los cincuenta y sobre todo comienzos de los sesenta.
La peli iene algunas cosas buenas y varias más malas.
Entre estas últimas está la "interpretación" de Teresa Gimpera, que se limita (más bien la limitan) a su rostro (bello rostro, ciertamente) expuesto en primer plano. No habla, no demuestra el menor sentimiento. No mueve más músculo que la boca para abrirla y clavar sus colmillos en el primer cuello que encuentre.
Entre las buenas, la interpretación de Andrew Prine y algunos diálogos, aunque estos estén mezclados con otros donde la barata retórica acerca del Bien y el Mal brilla de forma algo petulante.
No, no me ha gustado más bien, pero reconozco que tiene algo que bien pudiera distinguirla de otras del mismo o parecido pelo.

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Pasable película vampírica donde, para mi gusto, lo más destacable de todo es la ambientación. Es bastante oscura, poco halagüeña, gracias a los habitantes de la isla y sus caras de pocos amigos, y la zona de la cripta está bastante chula.

La acción es bastaaaante lenta, tarda en pasar cada cosa que pasa, y me ha resultado curioso que es la película de vampiros donde el enemigo es lo menos eficaz del mundo, en ningún momento lleva las de ganar ni de lejos, está bastante acorralada y sin oportunidades en todo el rato.

Las actuaciones no destacan, la música sí, en gran parte por la cancioncita que el ciego repite una y otra vez hasta la saciedad.
En general, para ver una vez y poco más.