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La carta que nunca fue enviada

Aventuras. Drama. Romance Historia de un pequeño grupo de geólogos soviéticos que realizan una larga expedición en busca de diamantes en Siberia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
9 de abril de 2013
26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo de cuatro geólogos soviéticos (tres hombres y una mujer) son enviados en expedición científica a la taiga siberiana, con el objeto de encontrar yacimientos de diamantes. El sencillo planteamiento inicial pronto se tuerce cuando empiezan las complicaciones y los protagonistas han de luchar contra las inclemencias y la extrema dureza del lugar para salvar sus vidas. El sentido del deber, el estoicismo y la prepondernacia del bien general por encima de individualismos afloran entre los severísimos rigores del invierno siberiano, aunque también hay una pequeña luz para el amor, o tal vez para el recuerdo de éste.

Una gran dirección, buenas interpretaciones y una magnífica fotografía, sumado a la cruda belleza del inhóspito paisaje, hacen de "La Carta que Nunca fue Enviada" una más que apreciable película, visualmente avasalladora. Pese a mostrarse algo lenta en ciertos momentos, el desarrollo no se hace pesado y el sobrecogedor tramo final se cierra con un magnífico final. Los amantes de este tipo de cine ni lo dudéis, haceos con ella.
Dr Natalio
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14 de febrero de 2017
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Неотправленное письмо (La carta que nunca fue enviada, 1959) se trata de una de las películas insignes del cineasta soviético Mikhail Kalatozov. El filme recibió la nominación a la palma de oro en el festival de dicho año. Vista con retrospectiva, y a pesar de que la película no está al nivel de otras obras del cineasta, lo cierto es que no merece ni de lejos el olvido en el que se encuentra actualmente.

La película cuenta un argumento interesante, que está basado en un pequeño cuento escrito por Valeri Osipov (quien, como anécdota, fue el segundo marido de la actriz Tatyana Samojilova, quien aparece en uno de los roles protagonistas de la película). El argumento es muy sencillo: Un grupo de cuatro geólogos soviéticos se embarca en una peligrosa aventura por Siberia con un único afán: conseguir diamantes. Según las informaciones que disponen, la tierra de Siberia goza de una posición geológica preeminente para albergar en su interior los brillantes. Sin embargo, no cuentan con lo peligroso que puede ser adentrarse en una tierra hostil…Lo cierto es que, si como bien decía, el argumento es tremendamente simple, Kalatozov es capaz de anticipar en su película un subgénero de aventuras y desastres que será muy popular en el cine internacional décadas después. De hecho, mientras uno ve el filme, parece tener la sensación constante de que lo que ve ya lo ha visto anteriormente en otras películas más contemporáneas. Las películas de pocos personajes que se ven obligados a enfrentarse a un peligro común con tal de sobrevivir y que a poco a poco irán sufriendo bajas, es algo que todos reconocemos de inmediato. Sin embargo, la carta que nunca fue enviada cuenta con una baza crucial, y es que dispone de la originalidad de las películas que abren camino (o lo anticipan).

La película explora también las relaciones grupales de una manera bastante inteligente (y sin caer en los tópicos, la película trata de no caer en los clichés más evidentes, con algún giro aparentemente inesperado, como es el caso del que parece en primera instancia como el personaje protagonista del grupo, pero que el argumento demostrará que no es así). Así, los problemas que pronto vienen en Siberia tendrán una clara repercusión, que parece bien desarrollada en el filme. La personalidad violenta del “líder” del grupo se exacerbará cada vez más, mientras que la pareja de enamorados intentará sobrevivir a la catástrofe. Por su parte, el miembro más recto moralmente del grupo, tratará de mantener cohesionado a los geólogos ante la adversidad.

Uno de los aspectos que merece más la pena es la dirección de Kalotozov, que no distaba demasiado de la modernidad y avances cinematográficos que se estaban produciendo en aquellos mismos años en otros países, caso de la Nouvelle Vague, que ve en ese mismo año de 1959 el estreno de uno de sus pilares, como es les 400 Coups (Los cuatrocientos golpes, 1959) de François Truffaut. La puesta en escena del cineasta soviético poco tiene que envidiar a cineastas como Truffaut o Godard, algo que muy pocas veces aparece precisamente comentado cuando se habla de Kalotozov (ya que los críticos se han centrado más en la corriente política del director). En las primeras secuencias ya podemos comprobar la calidad del cineasta, con unas secuencias que llegan a recordar ciertos momentos de la misma película de Truffaut citada anteriormente, cuando el joven protagonista francés se perdía por las calles parisinas y la cámara le seguía con efusividad. Aquí se da la misma circunstancia, aunque a diferencia de Trufaut, Kalotozov infunde un tono mucho más pesadillesco, con una cámara que llega a pegarse completamente a los protagonistas y a sus rostros, provocando en el espectador un cierto desasosiego, mientras los ve avanzar penosamente por la vegetación. La cámara se mueve libremente por los escenarios de la película, de una manera que evoca la modernidad cinematográfica.

La naturaleza tiene un papel fundamental en la película. Podríamos decir que Kalotozov la convierte en un protagonista más de la película. Como comentábamos, la ambientación del filme transcurre supuestamente en Siberia, en la más profunda taiga rusa, y podríamos decir que en gran medida (sino por entero) el filme es un retrato de la lucha entre el hombre y la naturaleza. Que no quiere decir que no tenga un componente bello en el filme, ni mucho menos. El cineasta nos la presenta en todo momento con toda su magnificencia. En la primera parte del filme se nos presenta su cara más amable, o por lo menos, la naturaleza más apacible, tal y como nuestros personajes habían idealizado asimismo la aventura que estaban a punto de realizar. La cámara se deleita con las vistas de la taiga, sus paisajes helados, y el sentimiento de los propios personajes va en consonancia con esta propia naturaleza, tal y como sucedía en la escuela muda sueca, de Sjöstrom, Stiller y compañía. Brindan animosamente, porque desconocen que lo que tienen a confrontarse en la segunda mitad del filme. Sin embargo, la segunda parte del filme será precisamente la otra cara, de la que nuestros protagonistas desconocían. No se le deben quitar méritos al director de fotografía, Sergei Urusevski, con quien trabajó Kalatazov por segunda vez consecutiva y que realiza un trabajo excepcional.

Quizá la única pega es que la película no alcanza la complejidad de otros filmes del director (seguramente, porque tampoco las pretensiones del filme van en esa dirección) y a pesar de que el guion no tiene fallas, tampoco arriesga más de la cuenta.

https://neokunst.wordpress.com/2017/02/14/la-carta-que-nunca-fue-enviada-1959/
Kyrios
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21 de febrero de 2015
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es indiscutible que Kalatozov era un gran director -recordemos su obra maestra "Cuando pasan las cigüeñas" (1959)- pero los grandes directores no siempre hacen buenas películas. Hay muchas cosas de esta película que me gustan y muchas otras que me irritan. Técnicamente la película es una virguería: los desolados escenarios de la taiga siberiana están filmados maravillosamente, con un sentido dramático verdaderamente aterrador. La película está espectacularmente fotografiada y nos da una verdadera lección del uso de la profundidad de campo y de los grandes angulares, con travellings de quitar el hipo y angulaciones virtuosísticas. Sin embargo la película fracasa porque toda esta parafernalia está al servicio de un guión muy flojo, de una morosidad adormecedora, con unos personajes de cartón piedra -más que individuos parecen pioneros- con los que uno no logra empatizar, interpretados por unos actores demasiado hieráticos, por no hablar de una música perentoria y, a veces, un poco molesta que distrae la acción. Así que a ratos gusta, a ratos irrita y a ratos aburre, lo que resulta imperdonable para un ilusionado espectador que confiaba en el gran Kalatozov.
Gould
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20 de agosto de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enviados por el gobierno central, cuatro geólogos viajan a Siberia con el propósito de tratar de demostrar una teoría que afirma que, en esa zona de la Unión Soviética hay yacimientos de diamantes que, de encontrarlos, evitarían a la nación seguir dependiendo del extranjero. Con Konstantin Savinin como líder de la expedición; Sergei Stepanovich haciendo de guía; y Andrei y Tanya, los jóvenes enamorados recién egresados de sus estudios, ésta será una historia de fe en la patria y en sus ideales; perseverancia para no desistir ante las primeras frustraciones; amistad para poder hacer el trabajo con agrado… y espíritu de sacrificio para entender que no se trata de vivir mucho sino de hacer lo correcto hasta cuando el destino nos alcance.

Partiendo de una historia escrita por, Grigori Koltunov, Valeri Osipov y Viktor Razov, el director georgiano, Mikhail Kalatozov, vuelve a atinar con esta sentida historia donde las fuerzas de la naturaleza: tierra, fuego, agua y aire, se interrelacionan con los seres humanos complaciéndolos y retándolos para probar su verdadera valía.

Aquella carta que Savinin sigue escribiendo incesantemente para su esposa Vera, al no haberla podido enviar con el piloto que los llevó a Siberia, ¿serán las notas más importantes que debe entregar? El amor que, Sergei, siente por esa mujer que ama a otro, ¿será necesario que se revele o debe vivir en secreto? ¿Es justo que la misión fracase por salvar a uno… o ese uno puede sacrificarse para salvar al resto? ¿Qué es más importante: el éxito personal o el bienestar de toda una nación?...

Éstas, y otras relevantes preguntas, se van deshojando a medida que avanza la trama y uno va sintiendo que está ante seres humanos de una gran altura, porque, más que saber lo que quieren de la vida, saben sobre todo, qué es lo que quiere la vida de su estancia aquí en la tierra. Queda, así, excelentemente plantada una lección de vida inolvidable.

Para redondear su obra, con la colaboración del talentoso cinematografista, Sergei Urusevsky, los planos logrados son del más alto virtuosismo, logrando un magnífico juego de sombras y una composiciones decididamente pictóricas. La naturaleza y el hombre son protagonistas de tú a tú… y aun en sus rigores, cada evento luce majestuoso, intimidante e imponente. Se pregunta uno, ¿a qué viene la vanidad humana si ante la fuerza de los elementos somos marcadamente frágiles?

Para protagonizar, <<LA CARTA QUE NUNCA FUE ENVIADA>>, Kalatozov eligió a grandes talentos: Innokenti Smoktunovsky es Kostya, el hombre leal a su esposa, pero mucho más leal a su patria. Tatiana Samoilova, encarna a Tanya, la bella muchacha enamorada de Andrei, pero más enamorada de Moscú con su música, sus bailes y su gente; y, entre otros, Evgeni Urbansky, como Sergei, nos conmueve con su actuación, más cuando uno ya sabe que tenía una carrera bastante promisoria (había estado en, “La Balada del Soldado”, “Cielo Despejado”… hasta, “Tsar i general”), pero, durante el rodaje de este último título, falleció accidentalmente cuando solo tenía 33 años de edad.

Título para Latinoamérica: <<LA CARTA QUE NUNCA FUE ENVIADA>>
Luis Guillermo Cardona
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13 de mayo de 2021
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
(2020) Interesante drama de aventuras soviético (y hace gala propagandística de ello) dirigido por Mikhail Kalatozov con guión de Grigori Koltunov, Valeri Osipov y Viktor Rozov, protagonizada por Tatiana Samoilova. Estrenado en el Festival de Cine de Cannes de 1960, retirado justo antes de la proyección el 17 de mayo, según los representantes soviéticos, estaba "inacabada" (de hecho, Kalatozov quería volver a filmar secuencias antes del estreno en la URSS). Kalatozov es famoso por su drama de guerra ganador de la Palma de Oro de 1957 “Cuando pasan las cigüeñas” y “Yo soy Cuba”. “La carta que nunca fue enviada” es la película que se intercaló entre ambas. Argumento basado en un pequeño cuento escrito por Valeri Osipov (segundo marido de la actriz Tatyana Samojilova, aparece en un rol protagonista), en lo que es un homenaje a los exploradores de todas partes y a la Unión Soviética en que los personajes dicen en numerosas ocasiones que están llevando a cabo la búsqueda geológica para mejorar la Revolución. La primera parte es más un melodrama de tintes románticos donde varios personajes cruzan sus sentimientos de amor, pero teniendo todos claro que su objetivo de encontrar diamantes en Siberia es un bien superior a ellos mismos. Para en su segunda parte sumergirse en el sub género de supervivencia donde un pequeño grupo de personajes se ven enfrentados al poder omnímodo de la naturaleza, contra la fuerza poderosa de los elementos que los hace ir menguando en un crescendo trágico, donde se dan cita los sacrificios por el bien grupal, que pone a prueba la fuerza de voluntad de la Condición Humana. Todo el film rodado en glorioso b/n con una relación de aspecto de 4:3, con sibarita destreza poética por el director asistido por la co-protagonista cámara de Sergey Urusevksy, rodando con grandes angulares, en una lírica mezcla de épica e impresionismo, componiendo secuencias de una enorme belleza estética, incluso con dosis de realismo mágico en yuxtaposiciones emocionales de fuego premonitorio, o de ensoñaciones de anhelos.

Pero toda es beldad artística queda desequilibrada cuando se entrelaza a la débil historia de los personajes, a los que se les pretende dar fondo con unas pinceladas sentimentales de amores naif, con unos personajes poco empáticos, y cayendo todo esto en el abismo una vez comienza la escena climática del fuego, entonces todas estas intrahistorias desaparecen, como si formaran parte de otra película, nada más se sabe de esto, no tiene importancia para el resto del metraje, no hay conflictos éticos por estos anclajes del principio, con lo que esta parte inicial me resulta un apósito propagandístico soviético para que veamos a los estajanovistas jóvenes soviéticos trabajando abnegadamente en pro de su nación, protagonistas que nunca dudan en este sentido, solo desean un parte del tercio de hombres a la única mujer, el otro está entretenido con su carta inacabada. Esto me llega a ser un peaje para que lo que el director realmente pretendía, como era mostrar una aventura de supervivencia, y con ello su pericia técnica en rodar con un gran sentido realista. Al final solo me queda como sustrato, el goteo pro-soviético y como el ser humano desea sobrevivir a toda costa, pero el director ni tan siquiera en este brillante tramo en su filmación, me faltan aristas que den complejidad a unos personajes planos, me faltan dudas o decisiones a vida o muerte, con lo que al no haber estos matices me queda muy lineal la película, y encima al no sentirme especialmente simpatizante de estos roles, no me siento conectado con su sufrimiento (igual soy yo).

Hay un tramo excelente que denuesta maestría en el director, lástima que este en una narración irregular. Enn una fosa cavada para buscar diamantes Tanya ausculta terrones de piedras en busca del preciado mineral, mientras junto a ella Sergey sigue cavando, este deja de cavar y su respiración se vuelve tensa, se acerca cual depredador sexual a Tanya, ella lo rechaza, él entonces sale contrariado de la fosa. Tanya romper a llorar (presa de la ambigüedad de su amor dual), y de pronto vira su rostro a risas mientras observa el terrón de tierra en sus manos, ha encontrado diamantes. El entusiasmo se adueña del grupo, Andrei y Tanya corren jubilosos por los parados, pero sobre todo ejemplificado en la imagen de los cuatro parados junto a un acantilado con vistas al rio y disparan sus rifles al aire cual salvas de alegría. Sabinin esa noche ya no escribe a su esposa (como hacía ritualmente cada noche), su sentimiento patriótico es mayor, está trabajando en el mapa para situar el lugar del hallazgo. Esa noche hablan radiantes de como la historia soviética les recordará; Pero a la mañana siguiente su pecado de orgullo individualista (algo tabú en la URSS) será castigado por la Diosa Naturaleza, "La naturaleza misma se ha vuelto contra nosotros", dice Sabinin sobre el incendio forestal que los rodea; Tramo este nuclear une un bloque con otro y da sentido a todo lo que veremos, el amor no correspondido, el sentido del deber, el patriotismo, el egocentrismo, y el comienzo de la epopeya de supervivencia.

Sabinin es el líder de la expedición, tipo reflexivo, se le da el fondo dramático de escucharlo en off como escribe una carta a su esposa, deriva esto en especie de cuaderno de bitácora, ser hierático, adolece de carisma para importarme lo que le pase; El par de geólogos en su equipo están en relación, Andrei ingenioso y muy tierno con Tanya, esta es una joven algo fría, con enorme sentido del deber con su trabajo, ejemplo de lo que la nación Soviética quería de sus mujeres; El guía de la expedición es Sergey, representa la fuerza física de la Unión Soviética, que tiene sentimientos de amor por Tanya; Los tres hombres representan en suma lo que la URSS quería de sus machos, el Macho Alfa con dotes de liderazgo, el inteligente y la fuerza muscular; sus actuaciones me resultan en el primer tramo correctas sin más, no me calan sus intrahistorias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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