Moss Rose

Para los que les entusiasme el Londres de la época victoriana, ver esas estrechas calles entre la niebla desde lo alto de un carruaje, y un hombre misterioso que sale de una casa donde ha habido un crimen, Moss Rose podría ser una buena película para descubrir.

Moss Rose te invita a ejercitar la capacidad deductiva policíaca que puedas tener, a pesar que está Vicent Price de inspector. Se trata de un inspector que tiende a distraerse un poco y parece que le importa más la floricultura que otra cosa.

Moss Rose es un película cuya protagonista, Rose, una humilde bailarina hija de un cochero, nos cuenta su historia y sus sueños, y que desde el principio su simpatía y su delicadeza cala hondo con quien se va cruzando, y con el espectador el primero, por supuesto.

Misterio gótico con todas las de la ley.
Protagonista femenina pero no tan vulnerable. De hecho, en los primeros momentos, no te puedes creer cómo esta chiquita ( Peggy Cummins), de voz y rostro aniñados y baja estatura, tenga los bemoles necesarios para meterse en el berenjenal en el que se mete.
Que se han cargado a su amiga pero, a ella, eso se la trae al pairo. Sospecha de su amante ( Victor Mature estupendo pero menos oscuro de lo que me habría gustado), caballero de alto copete al que vio salir de su habitación minutos antes pero, ella, mutis por el foro. Tiene sus propios planes con respecto a ese caballero.
El inspector ( Vincent Price también muy bien) será muy listo y amante de las flores pero, ella, buscará a Mature para hacerle una proposición que no podrá rechazar. ( spoiler).
Ethel Barrymore soberbia como siempre, nos deleitará con una de sus magníficas actuaciones encarnando a la madre de Mature y Margo Woode muy bien también en el papel de celosa novia, mientras la trama, llena de giros e intrigas, están perfectamente dosificados y apoyados en la elegancia que le confiere la ambientación propia de estas intrigas; mansión imponente, hermoso vestuario, escenas nocturnas, carruajes, calles empedradas, neblina londinense...
El conjunto resulta cálido e intrigante y cuyo argumento, sin abandonar en ningún momento el suspense, no deja de tener cierto sentido del humor.

Moss Rose, inédita en España para variar, es un muy decente thriller gótico, recuperado gozosamente en DVD tras décadas de olvido. Al pobre Michael Drego (Victor Mature, destruyendo una vez más la calumnia de que era un mal actor) le crecen los enanos, mejor dicho, se le mueren las novias, asesinadas por una mano misteriosa que siempre deja al lado una Biblia con una verdolaga dentro. Una compañera de la primera víctima le ve salir del camerino y le chantajea, pero no por dinero, sino para pasar dos semanas en su casa de campo. Allí conoce a la madre del galán y a su novia oficial...
Versátil actor y realizador, Gregory Ratoff dirige la cinta con cariño y elegancia. Estaba muy bien acompañado en la labor. Joseph MacDonald al mando de la hermosa fotografía en pulcro B&N, David Buttolph encargado de poner banda sonora a los avatares de la ingenua Belle Adair (adecuada Peggy Cummins), y un reparto de lujo, con una sensacional Ethel Barrymore, el siempre untuoso Vincent Price, el siniestro Groege Zucco, y Patricia Medina, que sale poco, aparte de los ya citados. Una historia pletórica de intriga y giros desconcertantes que se ve plácidamente y constituye un buen ejemplo del cine clásico de Hollywood. A gozar.

Interesante film de intriga que, no obstante, es irregular en su desarrollo.

Ocurre que tiene, por así decir, dos partes algo diferenciadas. La primera, la que entra de lleno en la intriga con asesinato incluido y presentación de los principales personajes, está muy bien, es interesante y muy entretenida.

Más tarde toma una deriva que, en principio, causa algo de perplejidad y extrañeza, aunque es coherente con la historia de la protagonista, llena de sueños y anhelos, referentes en poder parecer una dama.
Esta segunda parte se aleja un tanto del cine de misterio y suspense, para adentrarse, aunque no del todo, en el puro melodrama romántico, bajando la intensidad dramática, aunque siempre atractiva por su elegancia formal, ya que la ambientación excelente.

Muy bien Peggy Cummins, una buena actriz, inolvidable en la formidable "El demonio de las armas" que, sin embargo, nunca llegó al estrellato.

La peli es, quizás, mejorable, pero está bien.

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