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En el estanque dorado

Drama Ethel y Norman Thayer son un anciano matrimonio que pasa sus vacaciones en un paradisíaco lugar, "el Estanque Dorado", entre los bosques y al lado de un lago. Norman, un hombre muy activo, soporta muy mal las limitaciones de la vejez y la cercanía de la muerte. Inesperadamente, llega de visita Chelsea, la hija de los Thayer, que siempre ha mantenido unas relaciones muy tensas con su padre. (FILMAFFINITY)
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Críticas 53
Críticas ordenadas por utilidad
30 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mark Rydell dirigió en 1981 una de las películas más famosas de la historia, adaptando un best seller que cautivó a millones de lectores en todo el mundo.
La historia narra el verano que pasa un matrimonio de ancianos en su casa de campo. Un verano en el que se darán cuenta que los años han pasado para estas dos personas de una manera muy rápida, y que le quedan muy pocas experiencias por vivir. Unos meses donde intentarán aceptar las consecuencias de la vejez, y como esos años dorados no volverán.
Henry Fonda y Katherine Hepburn se llevaron el Oscar por sus interpretaciones en este drama que enternece y emociona. Ellos dos están fantásticos en sus papeles, y nos regalan unas actuaciones realmente brillantes que conectan fácilmente con el espectador.
Junto a ellos, Jane Fonda hace de la hija que intenta recuperar esa conexión que nunca tuvo con su padre. Una mujer que ha intentado vivir su vida, pero siempre con la añoranza de no conocer realmente a ese hombre que estaba siempre en casa.
La película engancha desde el principio. Uno es capaz de sentir a flor de piel esa ternura que derrocha la historia; un guion que también recibió el Oscar. Una trama llena de momentos dramáticos, pero también tiernos y en algunos casos graciosos; ya que estos dos ancianos vivirán situaciones con un adolescentes que les hará rejuvenecer un poco, dentro de esos días en los que reflexionan sobre el final de sus vidas.
Tenía muchas ganas de ver esta película, y después de tantos años retrasándola, debo decir que ha sido un auténtico regalo. He disfrutado con su historia desde el principio, y sobre todo con las interpretaciones de esos pedazo de actores que forman parte del reparto.
En fin, "En el estanque dorado" es un gran film que te hace reflexionar sobre lo rápido que pasa el tiempo. Como tu vida pasa en un instante, y las nuevas generaciones vienen a ocupar tu puesto. Una vida que fue plena en el pasado, y en la que cuando uno es anciano solo queda el buen recuerdo del pasado.
icaro_81
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30 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La clave de la felicidad dicen que está en como uno mismo gasta sus energías y donde a lo largo de la vida. Si empleamos mucho más tiempo en cosas negativas que positivas, indudablemente el lobo malo se come al bueno y así sucesivamente.
Mark Rydell grabó una joya para la posterioridad, una grandiosa película nominada a diez premios oscars de los cuales obtuvo tres, mejor actor principal, mejor actriz principal y mejor guión. Si cuentas con estos mimbres, tienes asegurado un éxito. Me voy a centrar primero en este hecho, dos monstruos de la interpretación, Henry Fonda, quien a pesar de su prestigio y experiencia ante las cámaras, sus dos oscars los consiguió precisamente el año anterior, como honorífico y posteriormente por su actuación aquí. Su sola presencia en pantalla, es motivo más que suficiente para ver la película. A punto de cumplir los 80 años, Norman es un anciano retirado cuya motivación por seguir viviendo va en disminución a medida que avanza el reloj, cascarrabias, irónico, con un humor negro exagerado y reacio a las relaciones, llegará a la casa de campo de la familia, en la zona de el estanque dorado.

Cada palabra que sale de su boca es digno de escuchar y cada gesto, debe ser estudiado. Simplemente magnífica. Por otro lado su esposa Ethel es todo lo contrario, con un espíritu juvenil a pesar de su edad, con una energía y espiritualidad jovial, siempre positiva, pero que sabe como manejar al "viejo bobo" de su marido, al que quiere con locura.

Cuando creen pasar un verano tranquilo, disfrutando de la tranquilidad del lugar, la recolecta de frutas del bosque, los baños en el lago y la pesca, les llega una carta de su hija Chelsea que cambiará todos los planes. Entre Norman y Chelsea nunca ha existido ese apego de padre e hija y así han llegado a la madurez. Ella llega con su nuevo novio, un dentista y su joven hijo de 13 años, quien tiene un carácter rebelde debido al reciente divorcio de sus padres. Como los problemas no acaban nunca, Chelsea les propone a sus padres dejar al pequeño Bill con ellos durante un mes, ya que el chaval no quiere acompañarlos a Europa. Esto dará pie a no solo mil y una anécdotas, sino que le servirá de ayuda a Norman a cambiar su forma de ser con todo el tiempo que pasa al lado del joven inquilino. Esto le podrá ayudar en un futuro en la mala relación con su hija Chelsea.

La historia es un drama con muchos tintes de comedia, pero ese humor negro que a mi me parece tan divertido. Y sirve para recapacitar en lo que es lo más importante en la vida, disfrutar de ella, de las cosas buenas y no perder el tiempo, que no lo vamos a recuperar, en discutir y buscar problemas. El orgullo negativo puede destrozar personas y familias.
THE CROW
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27 de noviembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
400/22(24/11/21) He revisionado este film con motivo del 40 aniversario de su estreno en cine (18/Noviembre/1981), siendo un encantador y magnético drama dirigido por Mark Rydell a partir de un guión escrito por Ernest Thompson adaptado de su obra de 1979 del mismo nombre, teniendo de rico manjar que está protagonizada por dos Titanes de Hollywood en las Totémicas figuras de Katharine Hepburn y Henry Fonda (en su última película teatral, moriría antes del año del estreno de la película, el 12 de agosto de 1982, antes de los 80 años que cumple su personaje, a los 77), que siendo dos veteranos con cinco décadas de trabajo, nunca lo habían hecho juntos, además está la hija de él, Jane Fonda (que precisamente compró los derechos de la obra para su padre y ella, por tener la relación entre ambos mucho que ver con la de ellos dos). Henry encarna a Norman Thayer, un misántropo, con una relación tirante con su hija Chelsea (Jane Fonda), él y su esposa Ethel (Katherine Hepburn), durante un verano (48 ° verano juntos) en el Golden Pond (norte de Nueva Inglaterra-USA), cuando Norman cumple 80 años, acuerdan cuidar de Billy (Doug McKeon), el hijo de 13 años del nuevo novio (un cumplidor Dabney Coleman) de Chelsea.

Es una cinta buenista, donde los conflictos (el conflicto padre-hija [Chelsea no siente el calor de su padre, o el de Norman-Billy, la brecha de años) se ven venir de lejos como se van resolver, muy previsible, hecha de modo amable, donde cada problema es tratado de forma manufacturada, donde la intensidad dramática está poco presente, aunque la poca que hay es manejada con buen temple (ejemplo el tramo con la lancha en zona de rocas, que termina en catarsis). Pero esto que es un hándicap, el director lo subsana con un tratamiento escénico delicioso en medio de un bucólico marco de una cabaña junto a un evocador lago, filando con unos filtros cuasi de ensoñación por Billy Williams (“El exorcista” o “Gandhi”), adornado esto por puntuales interludios musicales del pianista Dave Grusin (“Yakuza” o “La tapadera”); y sobre todo con unas actuaciones principales majestuosas, tratando temas universales como el peso lapidario del tiempo, el ocaso de la vida, el advenimiento de la senilitud (trémula la que se da al inicio con Norman desorientado en el bosque), las complicadas relaciones intergeneracionales, pero sobre todo el amor como deux machine en el otoño de la existencia. Todo esto regando la cinta de diálogos ingeniosos, cargados muchos de acidez mezclados con humor inteligente (ejemplo la ‘charla’ cortante que mantienen Henry Fonda y Dabney Coleman, pidiendo este segundo poder acostarse con su hija en la cabaña), salpicando algunas escenas estupendas por el metraje, de las que recuerdas.

La película se estructura en la relación entre tres generaciones distintas, donde el eje principal de todas ellas es Norman: La relación e Norman con Billy destila ternura y autenticidad en la forma en que el anciano engatusa con su forma de ser al adolescente, desde aficionarle a los libros (atentos a como al inicio le comenta a Norman que no ha leído “La isla del tesoro” y sin embargo en el tramo final este le llama John Silver), crearle pasión por la pesca sobre todo en como crea el ser cuasi mitológico de la trucha ‘Walter’ (atentos al porque le ha dado Norman ese nombre a la trucha), cual (entiéndaseme) cual obsesión del capitán Ahab por Moby Dick, floreciendo entre ambos una amistad chispeante, lástima que el actor que da vida al chaval sea tan artificioso en su actuación, parece este leyendo en todo momento lo que tiene que decir, carece de la naturalidad necesaria para llevar el resultado final, tampoco ayuda que su nrol sea tan tópico; Está la relación de Norman con su hija Chelsea, está más esbozada que profundizada, de hecho expuestas las quejas por la hija a su madre, no a su padre, queda un tanto esquemática, entre líneas, con vaguedades, aunque en sus escasos trazos bien llevada y bien resuelta. Jane Fonda a los 43 años está espectacular, con un físico privilegiado, y además derrocha emociones, sensibilidad, energía, y un halo de amargura contenida y latente, teniendo (como no) una gran compenetración con Henry Fonda. Dejando esta relación el mensaje de que los hijos debemos aprovechar el tiempo que estemos con nuestro padres, no será eterno; Y tenemos el entrañable amor entre Norman y Ethel, dos ancianos en el crepúsculo de sus vidas que se profesan una amor que traspasa la pantalla. Él un cascarrabias que disfruta de ello, cínico en sus comentarios, pero que en el fondo con un gran corazón, tiene los primeros estertores del Alzheimer. Ethel es una mujer mayor, pero vigorosa, vitalista, alegre, siendo los dos complementarios. Y entre los dos destilan complicidad, dulzura, entendimiento, calor humano, con esa dependencia que se genera de él hacia ella en su pérdida paulatina de memoria, relación llevada con amor y humor. Donde los dos iconos del Séptimo Arte están arrolladores en su inehrente4 carisma, incluso con una Hepburn demostrando su alma juvenil cuando se lanza de cabeza al lago a nadar.

El guionista Thompson pasó sus veranos a orillas de Great Pond, ubicado en Belgrado-Maine, pero la película se hizo en Squam Lake en Holderness, New Hampshire. La casa utilizada en la película fue alquilada a un médico de Nueva York y se modificó significativamente para el rodaje: se agregó un segundo piso completo como balcón sobre la sala de estar principal a pedido del diseñador de producción. Después del rodaje, la compañía de producción estaba obligada por contrato a devolver la casa a su estado original, pero al propietario le gustaron tanto las renovaciones que decidió mantener la casa de esa manera y le pidió al equipo que no desmantelara el segundo piso. Una glorieta y un pequeño cobertizo para botes también fueron reubicados durante el rodaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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23 de junio de 2018
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un pequeño clásico de principios de los ochenta, 1981 para ser exactos, que se convirtió en uno de los grandes éxitos de la temporada. Quién les iba a decir que esta historia de ancianos se iba a convertir en la segunda película más taquillera en los Estados Unidos, con algo más de 119 millones de dólares recaudados, sólo por detrás de Indiana Jones en "En busca del Arca Perdida" (1981), faltaría más. Pero es que además tuvo diez nominaciones a las Oscars aunque finalmente sólo se llevó tres estatuillas: mejor actor principal para Henry Fonda, mejor actriz principal para Katharine Hepburn, estos dos estaban cantados, y el último para el mejor guión adaptado. Es decir que estamos ante la versión cinematográfica de la obra de teatro homónima de Ernest Thompson. Por cierto, que el de mejor película se lo llevó con todo merecimiento la de "Carros de fuego" (1981), no hay color entre ambas.

El caso es que su fama excede considerablemente los méritos de este largometraje. Cierto, los paisajes no son feos, los actores son buenos e incluso por el lado del humor tenemos algunos diálogos, básicamente las réplicas de Norman (Henry Fonda) con las que echarte algunas risas. Sin embargo, "En el estanque dorado" peca de dulzona y contra lo que afirman sus seguidores, en ningún momento he sentido algo parecido a la lágrima. En realidad este drama con toques de comedia me deja más bien indiferente. En el fondo, no acabas de congeniar con las ancianos pues no dejan de ser una chiflada y un cascarrabias, por muchas piruetas que quieran dar. Ni siquiera percibo ese profundo amor que se profesan. Estoy seguro de que el trato sería muy parecido si básicamente se soportaran. Al final la trama más interesante, la relación entre padre e hija, es la que peor se trata y se resuelve. Mejorable.
Reaccionario
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3 de mayo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre guardo un grato recuerdo de esta película que vi en mi infancia. Y supongo que fue ahí cuando me apasionó a Katharine Hepburn.

Es una gran película. No tiene ningún secreto, es muy sencilla y trata de temas sencillos (con toques de dramatismo quizás algo extremo), pero muy muy muy tierno.

Último película de Henry Fonda, que meses después moriría. Gran Hepburn, una de sus mejores actuaciones que le llegó a ganar varios premios.

Además, da mucha nostalgia verla...
edugrn
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