Shaft: The Return

Parace como una secuela de la original de 1971, película que no he visto.

El principio mola porque la música te transporta a los años 70, aunque luego ves que todo sucede en la actualidad, entonces choca un poco esa música de los 70 con imagen actual.

La historia gusta, además que ver a Toni Collette, pues me mola. Aunque al final te das cuenta que parece más un episodio de una serie de TV, que de una película. Así que, se queda un poco corta.

Buena peli policíaca sobre el famoso poli John Shaft (algo así como la versión negra de "Harry el Sucio"), un policía con pocos escrúpulos cuando se trata de hacer acatar la justicia. No tiene mucha acción precisamente, pero su fuerte son sus enfrentamientos dialécticos, el carácter del personaje y su rivalidad con los malotes, además de sus artimañas para atraparlos cuando éstos escapan a la justicia.

Samuel hace un gran papel de éste mítico poli de ficción, ojalá volvieran a hacer secuelas de éste personaje.

Continuación un tanto tardía y acorde con los nuevos tiempos, de las aventuras de Shaft, el policía negro que tanto dio que hablar en la década de los setenta.
Aquí su personalidad no es que haya cambiado demasiado pero la nueva sociedad es menos permisiva con algunos aspectos y en cambio más con otras.
Menos sexo, más violencia. Esa podría ser, en un primer vistazo, la constante más clara de esta película. Donde hay más diferencias con respecto a sus predecesoras.
Bien interpretada, como siempre, por el gran Samuel L. Jackson, adolece, en cambio de un mínimo rigor en el guión. Todo es gratuito y efectista, aunque no aburre nunca. Esa es su mayor virtud.
Momentos conseguidos, con mucho ritmo y buenas escenas de acción, demasiado violentas en ocasiones, con otras que no tienen la más mínima coherencia.
Así es el cine de acción actual, aunque creo que peor era hace unos diez años, con el Segal y compañía campando a sus anchas por los cines de todo el mundo.
Muy buena fotografía y bonitas canciones de Hayes, marca de la casa en esta franquicia.
Bastante conseguido el personaje estupendamente interpretado por Jeffrey Wright, sin duda lo mejor de la película y mención positiva para Tony Collette, que en medio de tanta "marcha" no pierde la compostura de buena actriz que tiene en todo momento y trabajo donde aparezca.

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Casi treinta años después de la película original Hollywood resucita al personaje de John Shaft, esta vez interpretado por Samuel L. Jackson en un papel que le viene que ni pintado. Hoy en día (y hace casi veinte años, coincidiendo con este estreno), parece imposible imaginar a otro actor negro capaz de transmitir la imagen de los personajes del blaxploitation, cargados de un carisma especial gracias a su chulería con todo aquello que le rodea.

Lo bueno de la película es que no es una parodia de ese cine de explotación visto en los años setenta (para eso ya tenemos cosas como "Black Dynamite"), sino que es capaz de trasladar las características de un personaje que muchos podrían pensar que estaba pasado de moda con la llegada del nuevo siglo, y adaptarlo en un policíaco de acción típicamente noventero (pese a estrenarse en el 2000). Es por ello que Shaft, con su chulería habitual, también dispone de un perfil bastante desarrollado. Es un tío con convicciones, y las llevará hasta el final, con o sin ayuda.

Las escenas de acción son bastante resultonas, muy de su época. No se escatima en violencia y si bien la socarronería del personaje puede parecer algo que va a estar ahí siempre, no es el caso, ya que es un filme que se toma en serio y como dije anteriormente no cae en la parodia. No podemos decir lo mismo de su secuela estrenada en Netflix. Uno de los villanos, interpretado por Christian Bale, resulta bastante interesante no por su trasfondo, que es bastante nulo, sino por la actuación de Bale, que ya desde joven despuntaba lo suficiente como para, años después, convertirse en uno de los mejores actores del panorama actual.

En definitiva, estamos ante una muy entretenida película de acción, hecha desde el cariño y el respeto a un tipo de cine y de personajes que pueden parecer fuera de época, pero que siempre van a formar parte del imaginario colectivo y que, a menudo, gusta recuperar ante la ola de corrección política con la que se evitan determinados contenidos o situaciones.

Hacía mucho tiempo que no veía una película tan mala. Aparte de que el argumento es muy ramplón, la música es nefasta y el guión es de risa su trasfondo pone a los negros como santos y a los blancos y a las autoridades de la ley como cerdos racistas.

Nefasta.