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El monstruo alado

Terror. Ciencia ficción Una erupción volcánica en el hemisferio Sur provoca una reacción en el Polo Norte cuya consecuencia es que un gigantesco iceberg queda libre en la superficie y al descongelarse, liberará a un ser que había atrapado desde tiempos prehistóricos, una mantis religiosa gigante. El insecto comienza sembrando el caos por donde pasa, volando hacia el sur (Canadá y EE.UU.) aniquilando todo lo que se cruza en su camino, ante el desconcierto del ... [+]
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
24 de enero de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nuestro protagonista alado no es otro que un insecto gigante atrapado en el hielo que en esta ocasión no lo han despertado las típicas y nefastas pruebas atómicas, llevaba ahí dormido unos cuantos milenios y las fuerzas de la naturaleza se han aliado para que dé muestras a la humanidad de su poder destructivo. No es una idea brillante, está el campo algo trillado ya, y es que este tipo de películas de bajo coste, en aquella época, todas se copiaban unas de otras. En esta ocasión la productora tiró de catálogo y como para esa fecha las películas de monstruos habían obviado a las mantis, pues decidieron enterrar a este insecto de sonido zumbón, alado por supuesto, y de dimensiones, qué sé yo, enormes, un gigante inverosímil, tan grande que casi no nos cabe en la pantalla.

Siempre que tengo la oportunidad de ver una película de serie B de esta época no me lo pienso, aunque no todas sean buenas siempre hay alguna que destaca y si no, como es el caso de "El monstruo alado", ofrece una horita de buen entretenimiento. Ciertamente aquí hay más de lo mismo, por momentos se recrean demasiado en tecnicismos inventados durante la búsqueda del bicho en la parte central de la aventura, pero confieso que el final me ha parecido más correcto de lo que esperaba. En ese túnel urbano el pobre animal debía pensar que estaba mejor enterrado en el hielo, qué le vamos a hacer, durante sus correrías tuvo tiempo de divertirse con aviones, trenes y camiones de miniatura. Seguro que el espectador de los años 50 quedaría más satisfecho que nosotros pero opino que vale la pena darle una oportunidad, aunque sea sólo por su brevedad.
Luisito
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5 de octubre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era la década de los 50, y este film es otra muestra más de ese género que tanto brilló con luz propia en estos años. La sci-fi de serie B, que dio cantidad de films en esa época, con tan desiguales resultados. En este caso concreto…por encima de la media. Debido en gran parte a su director Nathan Juran (La gran sorpresa,1964), autentico especialista en este tipo de producciones. Ese año filmo, otro trabajo de este estilo, ligeramente superior, “20 millions to Earth”.
Esta vez no hay nada nuclear de por medio, para que el bichejo en cuestión crezca, simplemente un erupción volcánica, hace que el hielo en el que se encuentra atrapado desde la prehistoria, se derrita y le libere. Todo lo demás es fácil de imaginar. Lo curioso en este film, es que tardan en darse cuenta de quien o que, causa los destrozos, lo que hace que el monstruo, se vea menos que en otras producciones, por lo menos al principio.
Más que aceptables efectos, un guión más sólido de lo habitual para estas películas, también a cargo de un especialista en el momento, Martin Berkeley, que entre otros trabajos, firmó, “Tarantula” y “Revenge of the creature “ ambas de 1955 y de Jack Arnold las dos. Esto y el pulso narrativo de Nathan Juran, es sin duda el causante de que el film brille más que otros de similar factura.
Desconocido casting, en su mayoría de origen televisivo, a excepción de William Hooper , que sería el protagonista, de la antes mencionada “20 millions to Earth” y de “La conquista del espacio” de Byron Haskin,(1955).
De revisión obligada para todos los aficionados a este género.
Juggernaut
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2 de abril de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esos años 50 del siglo pasado, donde, en el campo de la ciencia-ficción, todo era posible ... Podíamos viajar en el tiempo, a otros planetas, nos llegaban alienígenas, hostiles o amistosos, conocíamos un aterrador futuro postapocalíptico a causa de la energía atómica, pero también esta energía hacía evolucionar a la humanidad, aunque desarrollase hormigas, pulpos o cangrejos gigantescos. Insectos gigantes invadieron nuestras pantallas, prólogo de la llegada de los kaijus .... "The deadly mantis" es un bicharraco que se descongela allá en el ártico, revive y empieza a llevar una dieta alimenticia rica en seres humanos. No distingue razas, sean malvados hombres blancos heteros, mujeres o esquimales. Aquí hay para todos.

Película baratita y que recoge todos los tópicos y clichés, como, por ejemplo, que la chica que trabaja con el paleontólogo acaba yéndose con el militar. Es lo que tienen los uniformes. La bata del paleontólogo parece ser que no le pone. Otro cliché manido es el de los militares salvapatrias, aunque en el buen sentido. Todo lo resuelven ellos a su única manera, a tiros. Contra más mejor. Este tipo de filmes reciclan secuencias documentales del ejército, con maniobras y todo eso. Otro cliché más. También veremos, como en "La humanidad en peligro" , como la amenaza se traslada de un lugar remoto a la gran ciudad. Y ya paro con lo tópicos, que si no ...

No obstante, la película es un encanto, con esa ingenuidad cincuentera, esa sencillez en el guión, esos momentos de descubrimiento y tensión, con los restos de los ataques y las misteriosas huellas. Y esa maravillosa maqueta animada. Nathan Juran sabe sacarle partido a todo ello para ofrecernos un producto redondo. Un gustazo ver estos filmes.
Quinto Sertorio
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30 de octubre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra de ciencia ficción de los 50, década que tan buenos momentos nos dejó en lo que a serie b se refiere. En este caso nos olvidamos de los recurridos extraterrestres, para optar por otro clásico de la época: los monstruos gigantes. En este caso, una mantis religiosa que mantendrá a los estadounidenses en vilo durante varios días.

Hay que decir que la trama es simple, pero eficaz: un insecto gigante que quedó encerrado en el hielo miles de años atrás, vuelve a la vida para traer el caos a los ¨iuesei¨, y los esfuerzos del ejército y miles de colaboradores civiles para dar con tan gigantesco pero desapercibido bicho.

Lo mejor de la película, sin duda, es el propio monstruo, que está realmente currado y da bastante el pego, tanto por movimiento como por bien hecho.

Y ahora lo malo: que la mayor parte de la duración de la cinta transcurre buscando al bicho, de la manera más monótona posible, y al mismo tiempo, claramente, dedicándose a dar una publicidad bestial a las fuerzas armadas norteamericanas, y es que no paran de mostrarnos militares haciendo maniobras, que si aviones, que si técnicos de radar ejerciendo sus funciones... y así hasta la saciedad, tanto, que lo que podría haber sido una amena película de ci-fi de serie b de monstruo gigante, acaba siendo algo bastante peñazo.

Está bien hecha, seriamente hecha, pero aburre un poquitín.
TANOMUERTO
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13 de mayo de 2023
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130/13(14/05/23) Decepcionante film serie B de terror, incluso con los estándares de saber ante lo que estoy, un producto cargado de ingenuidad de los años 50 perteneciente a la moda de monstruos que vienen a acabar con la humanidad, una clara alegoría de los miedos a la amenaza nuclear mezclada con dosis de terror al comunismo que solían representar estos bichos. Dirige Nathan Juran a partir de un guión de Martin Berkeley basado en una historia del productor William Alland. Como ya eran muchos los bichos los atomizados en su tamaño, pues puede que por descarte le tocó a la mantis. Todo se desarrolla en un tono de documental que parece contarnos lo buenos que son los militares USA contra amenazas exteriores, la mayor parte del tiempo con una voz en off que nos cuenta como el ejército USA investiga y posteriormente emprender la caza del bicho, con mucho montaje de imágenes de archivo, con mucha visión de mapas, mucha información que se nos amontona sin sentido alguno, provocando en ello el tedio, pero mucho reciclado (utilizó material de archivo de la Fuerza Aérea tomado de cortometrajes como "Guardians All", "One Plane - One Bomb" y "SFP308". Las imágenes del pueblo inuit son del film ‘SOS Iceberg’ de Universal de 1933, y donde vemos a los inuits mirando al cielo extasiados no es por la mantis, es por la visión de un avión por vez primera), con apenas personajes de carne y hueso, los pocos que aparecen son ridículos en su comportamiento, importándoos entre el zero y la nada lo que les pase, amén de meternos con calzador el sempiterno romance insípido y que nada aporta. Todo ello en un tono trivial, donde nunca aparece la tensión dramática, o la intensidad, todo es banal, con situaciones tan grotescas como es la aparición de la fotógrafa en una base militar y todos los soldados se ponen cachondos perdidos.

En los Mares del Sur, un volcán explota, provocando el desplazamiento de los icebergs del Polo Norte. Una mantis religiosa de 200 pies de largo, atrapada en el hielo durante millones de años, se agita. El personal de Red Eagle One, una estación militar en el norte de Canadá que monitorea la Línea Distante de Alerta Temprana, se da cuenta de que los hombres en uno de sus puestos de avanzada no responden a las llamadas. El oficial al mando, el coronel Joe Parkman, vuela allí para investigar y encuentra el puesto destruido, sus hombres desaparecidos y cortes gigantes en la nieve afuera. Joe envía a sus pilotos a investigar cuando se ve una señal de radar, pero su objetivo desaparece. Un avión de la Fuerza Aérea es atacado por la mantis. Joe busca entre los restos y, además de los enormes cortes, encuentra un espolón de cinco pies de largo en la nieve. Se lo lleva al general Mark Ford en Continental Air Defense (CONAD) en Colorado Springs, Colorado. Ford reúne a los mejores científicos, incluido el profesor Anton Gunther, para examinar el objeto. Cuando no pueden identificarlo, Gunther recomienda llamar al Dr. Nedrick Jackson, paleontólogo del Museo de Historia Natural. Después de examinar el objeto, Ned lo reconoce como un espolón arrancado de la pata de un insecto y lo reduce a una gigantesca mantis religiosa. En el Ártico, la mantis ataca un pueblo inuit. Ned es enviado a Red Eagle One para investigar más a fondo. La editora de la revista del museo, Marge Blaine, obtiene permiso para acompañarlo como su fotógrafo. Todos los hombres de la base, incluido Joe, están enamorados de Marge.

El colmo de todo este tinglao es la recreación de la Mantis Gigante, una chapuza de tomo y lomo, lo ves y te causa risa más que nada, debe tener un poder hipnótico, pues el animal en tierra se mueve a la velocidad de tortuga y sin embargo algunas personas la ven, hacen gestos de terror y no corren, y teniendo en cuenta que nunca vemos al insecto en un mismo plano con los humanos, solo es plano y contraplano, dejando traslucir su precariedad de medios, de hecho la mayor parte de muertes se producen fuera de pantalla. Las imágenes de vuelo de la Mantis es bastante pobre, el ataque a la base del ártico es de una podredumbre que resulta cómica, la única secuencia algo inspirada en este páramo de calidad es cuando el bichejo se hace con un bus (aunque luego se produce un momento chanante, pues no encuentran humanos en el transporte destruido y la respuesta es que se ‘los ha comido la Mantis’, venga ya! Ni que fuera un transporte de minusválidos) se notan maquetas, pero al menos hay vida, resto resulta como mucho (para algunos) enternecedor por la candidez y frugalidad que desprende. Cinta de ritmo más lento que los movimientos de la Mantis. Se usa un Mantis real para un par de tomas (una de ellas es cuando el insecto sube por el Obelisco de Washington DC), pero la mayoría de las veces es una gran marioneta/títere de varilla, filmada en escenarios en miniatura o colocada antes de las proyecciones de la pantalla trasera, donde para hacerla menos ortopédica se envuelve en muchas escenas en medio de humo nebuloso. Se construyó un enorme modelo de papel maché de una mantis para la película, equipado con un sistema hidráulico. Medía 200 pies (61 m) de largo y 40 pies (12 m) de alto, y tenía una envergadura de 150 pies (46 m). También se crearon dos modelos más pequeños, uno de 6 pies (1,8 m) de largo y otro de 1 pie (0,30 m) de largo; estos se usaron para las escenas donde la mantis caminaba o volaba.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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