Haz click aquí para copiar la URL

El crepúsculo de los dioses

Cine negro. Drama Joe Gillis es un joven escritor de segunda fila que, acosado por sus acreedores, se refugia casualmente en la mansión de Norma Desmond, antigua estrella del cine mudo, que vive fuera de la realidad, acompañada únicamente de su fiel criado Max. A partir de ese momento, la actriz pretende que Joe corrija un guion que ella ha escrito y que va a significar su regreso al cine. (FILMAFFINITY)
<< 1 7 8 9 10 43 >>
Críticas 213
Críticas ordenadas por utilidad
18 de marzo de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué podría decir de esta película que no se haya dicho, pues la verdad es que nada más. Solo quiero dejar constancia de que me ha encantado esta película que no había visto hasta hoy. Había oído hablar de ella, sabía que era de Billy Wilder por lo que cuando me puse a verla ya me esperaba algo grandioso. ¿Qué es lo que tiene este director que consigue hacer películas tan buenas? yo personalmente creo que es que tienen unos guiones excelentes. Y en el caso de esta película el guión es brillante.

Los personajes están muy definidos, tienen mucha personalidad hasta los que son muy secundarios como el amig de William Holden, hasta de ese personaje que apenas sale te encuentras una personalidad completa. El trabajo de Gloria Swanson en increíble, su personaje, aquella estrella que ha sido olvidada de su casa hacia afuera, pero que dentro de su gran mansión todavía sigue estando en los años 20. Es un personaje de gran complejidad que ha sido grandiosamente interpretado.

Me encanta como Billy Wilder y Charles Bracket hacen que lo casual parezca creíble como el encuentro de William Holden y Gloria Swanson, además de los demás giros que hay en la pelicula. Es un guión sólido y dirigido con mucha maestría, es de lo que más me gusta de Billy Wilder, que tiene historias en las que el personaje tiene el peso de la película pero este director sabe que mostrar en cada momento, desde donde hacerlo y durante cuanto tiempo hay que verlo, tiene planos muy buenos, no tienen que ser espectáculares, sino que es el plano que tiene que ser en el momento que tiene que ser.

En definitiva, como he dicho al principio la película es muy buena, y en realidad creo que cuenta una historia más real de lo que parece porque ya no solo en esa época, desde que existe el glamour en el cine cientos de estrellas se han ido apagando con el paso de los años y se han quedado en el olvido de la gente que un día los idolatraba. Y fíjense que estamos hablando de los años 50, el cine como cine apenas tenía 50 años prácticamente y ya había hecho que gente triunfara y se les olvidara de un día para otro. Si nos queremos poner más filósofos, esta película da que pensar. Ante todo la recomiendo para cualquiera que quiera ver una gran película.
Bogartsese
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de enero de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El Crepúsculo de los dioses” fue el título en español con el que tradujeron: “Sunset Boulevard”. Esta traducción caprichosa provoca que el público general a veces la confunda con “La caída de los dioses”, de Visconti. Muchos críticos se niegan a esta “creativa” traducción de su título, y se refieren a ella utilizando el original.

La película está cargada de grandezas cinematográficas del nivel de su creador: el gran Billy Wilder. Entre ellas, la descarnada excelencia de mostrarnos las sombras que hay tras el amor por interés o lástima. Wilder nos desnuda de un modo tan crudo como soberbio, el camino que lleva al ser humano desde la lástima hasta el desprecio, y también la línea confusa que puede haber entre la entrega total por amor y la humillación por falta de respeto hacia uno mismo.

Fue muy discutido que no recibiese el Oscar a la mejor película (recibió otros 3 premios de la Academia), y muchos críticos la consideraron ganadora de este Oscar por derecho, declarando que la película no había recibido este premio porque hacía públicos algunos aspectos sórdidos de Hollywood, criticando profundamente miserias que la Meca del cine no quería ver aireadas.

Galardonada con un Oscar a la mejor banda sonora de película dramática; una de sus características es que adjudica una melodía diferente a cada personaje, para que el espectador asuma y asocie el carácter particular de cada uno. La utilización de este recurso, que ya se había explotado en otras película, en ésta roza la excelencia.

“Sunset Boulevard” es una gran película por muchas razones: por su magistral puesta en escena e interpretaciones, por el inteligente tratamiento de la trama, por la cantidad de anécdotas cinematográficas que atesora, y por las muchas celebridades que guardan alguna relación con esta película. Sin duda, me parece pieza de colección imprescindible en cualquier buena videoteca.

Nota: Algunas ediciones en venta incluyen el archivo de la morgue con el prólogo que Billy Wilder preparó como primeras tomas. El director se enfadó y descartó estos primeros fotogramas porque en las pruebas previas a la edición final, el público se reía a carcajadas, cuando Wilder pretendía despertar otra respuesta emocional ante el humor trágico y negro de la película.
Aramis
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de marzo de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
40/03(05/03/16) Una de las cumbres del Séptimo Arte es esta Obra maestra del genial Billy Wilder, una mordaz mirada al ombligo de Hollywood, a sus juguetes rotos, a la trastienda donde se apilan estrellas del pasado que quedaron enfermas de halagos y lisonjas, el patio trasero de la fábrica de sueños, lo que se esconde tras el glamur, una punzante desconstrucción de los mitos. Wilder realiza una miscelánea de géneros entrelazados de modo memorable, el drama, la comedia, el noir, y hasta del terror, gracias a un fascinante guión del propio director, Charles Bracket, en colaboración D. M. Marsgman jr. La cinta te atrapa desde su original y fresco inicio en que se rompe todo lo establecido, la historia la va a contar en flash-back un muerto, el que será el protagonista y a partir de aquí un devenir de situaciones y diálogos acerados, puntiagudos y corrosivos, con un goteo de mala leche extraordinario, con una construcción de personajes sublime, con complejidad de sublecturas fenomenales. Todo esto apoyado en una gran ambientación y unos actores en estado de gracia, sobre todo una excelsa Gloria Swanson. Todo en un film que es un a la vez un homenaje ya ácida crítica al cine, con un torrente de guiños cinéfilos, con un torrente de referencias, donde realidad y ficción se rozan de modo nostálgico.

La obra es un aguijón en el corazón de la industria hollywoodiense, de ferocidad soterrada, una sórdida radiografía de este mundo, en la que Wilder consigue oprimirnos, asfixiarnos, hacernos sentir como Gillis. Arremete contra productores, maravilloso cuando una de la Paramount le dice con sorna que él rechazó el guión de “Lo que el viento se llevó” porque pensó que a nadie le interesaría una película sobre la Guerra Civil, arremete contra los representantes, maravilloso cuando Gillis va a pedirle ayuda al suyo y este, que está en un campo de golf jugando le espeta que los mejores guiones se escriben con la tripa vacía, arremete contra los guionistas en la figura de su patético protagonista Gillis, arremete contra las estrellas que no saben dejar de serlo, un desmenuzamiento desarrollado con una habilidad portentosa. El relato avanza de modo sugestivo, con sarcasmo e ironía, mezclando elementos de humor negro con otros melodramáticos de los que te dejan una mueca incómoda, salpicada la trama de desolación, amargura, frustración, y mucha melancolía. Una emotiva y a la vez turbadora carta de amor al mundo del cine, en donde no faltan los habituales toques Wilder de jugar con elementos inertes, el coche de época Isotta-Fraschini, el estuche del tabaco, la cadena del reloj, y por supuesto la piscina.

Un estudio de personaje con torpedos de profundidad, una ex estrella que vive recluida en una mansión (co-protagonista) decadente, vetusta, barroca, vintage para su tiempo, en clara alegoría con la personalidad de la protagonista, las dos, la mansión y Desmond han vivido hace décadas sus mejores momentos, ahora solo son una sombra de lo que fueron, la mansión se ha convertido en una especie de castillo de vampiresa, al que llega un “inocente” que es vampirizado por esta, lo va consumiendo por dentro, primero ve en él en ella la salida a sus problemas económicos y luego siente una lástima por su suicida comportamiento que le hace no poder dejarla. Ella es la imagen de una estrella creada en el cine mudo, una figura que al llegar el sonoro fue apartada por el público y dejada en la parte de atrás criando polvo, enmoheciéndose en su propia creencia de que se es alguien por siempre, sus años de gloria ya pasaron y nunca volverán, lo malo es que ella no quiere saberlo, siente la necesidad extrema de ser adulada como un mito. Un film que habla con calado de temas como la soledad, la prostitución en todas sus vertientes, del instinto de supervivencia, de la demencia, de la mentira, del miedo al fracaso, de la egolatría y mitomanía, y sobre todo del trastero de Hollywood donde se acumulan estrellas apagadas, lo tóxico es que ellas no lo saben.

Gloria Swanson es un Titán, un Coloso que se mimetiza con su personaje, lo posee, su histrionismo exagerado le queda magistral a Norma Desmond, personaje que vive en una actuación infinita de sus films mudos, espléndida su gestualidad, mirada honda, como deja traslucir sus emociones de modo diáfano, refleja con fuerza sutil la languidez de alguien que fue alguien hoy solo es un recuerdo nebuloso, deja traslucir su soledad, su tristeza, su sordidez, es una diva fatua, egocéntrica, patética, madura, frágil, a las puertas de la demencia, Magna, y para la Historia del Cine su primer plano en que acaba el film, será por siempre la imagen del Ocaso de una Estrella. William Holden está muy bien en su rol de guionista cínico y mezquino que cree estar aprovechándose de una millonaria y que cuando viene a darse cuenta a sido vampirizado por ella, deja emerger un arco de desarrollo brillante, manteniendo duelos con la Swanson exuberantes, de los que brotan chispas sensacionales, lo encarna con gran energía y viscerabilidad. Erich Von Stroheim derrocha un arrollador carisma, una presencia poderosa, regia, con sobriedad y mesura emite mucho mundo interior y cariño desmedido por Norma. Nancy Olson demuestra un gran encanto química con Holden.

La puesta en escena es de una gran brillantez, empezando por una gran dirección artística de Hans Dreir (“Un lugar en el sol”), y John Meehan (“20.000 leguas de viaje submarino”), se rueda en exteriores de Los Ángeles y en los Paramount Studios, siendo la estrella la decadente mansión de Norma, que como bien dice Gillis recuerda a la mansión de Miss Havesham de “Cadenas rotas”, siendo el exterior filmada en una gran casona en Wilshire Blvd, construida durante década de 1920 por el millonario William O. Jenkins. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de noviembre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maestro Billy Wilder afila el escalpelo como nunca para diseccionar los entresijos más sórdidos de la —pretendida— “fábrica de sueños”. Y lo hace poniendo la lupa sobre la disfuncional relación —diríase parasitaria— que se establece entre Norma Desmond, trasunto de tantas divas del cine mudo a quienes la irrupción del sonoro se llevó por delante, y Joe Gillis, mediocre guionista capaz de las peores bajezas con tal de mantenerse a flote.
Se trata de un romance y de unos protagonistas tan impropios de lo que acostumbra a tenerse por “Hollywood clásico” que sólo pueden entenderse en el contexto de una voluntad consciente y decididamente transgresora. En efecto, Billy Wilder se atreve a subvertir buena parte de las reglas no escritas de ese cine que por entonces alcanzaba la madurez de la mano de inmigrados europeos —huidos del sinsentido nazi en su mayoría— como el propio Wilder. También la estructura narrativa supone un desafío a todas las convenciones: el largo “flashback” —concretamente, de unos seis meses— y la omnipresente voz en off son elementos típicamente “noir”, los cuales, en principio, difícilmente se considerarían de aplicación al melodrama, subgénero en el que encuadrar, no sin cierto esfuerzo categorizador, esta película. Que el dueño de dicha voz esté muerto desde la primera escena riza el rizo hasta lo gongorino. Hace falta valor. Y talento. Claro que, ambos le sobran a Wilder.
“Sunset Blvd.” constituye una especie de reverso tenebroso de la icónica “Singin´ in the Rain” (Cantando bajo la lluvia, 1952), que dos años después y en lujurioso technicolor dedicaría una mirada infinitamente más amable a la tragedia que para buena parte del primigenio “star-system” supuso el advenimiento de las “talkies”. A este respecto resulta impagable el brevísimo plano, apenas un instante, en que un micrófono golpea a la olvidada estrella Norma Desmond, metáfora tan simple como poderosa. O su semanal partida de bridge con las “estatuas de cera” H. B. Warner, Anna Q. Nilsson y todo un Buster Keaton interpretándose a sí mismos. Lo mismo que el personaje encarnado por el admirado director de cine mudo Erich Von Stroheim, ese mayordomo Max Von Mayerling cuya historia personal ejemplifica a la perfección el forzoso cambio de guardia en el estrellato cinematográfico y la implacable mirada de un Billy Wilder que no hace prisioneros ni entre sus compañeros de profesión. Vemos también a Cecil B. DeMille, uno de los pocos supervivientes de la devastadora transición del mudo al sonoro, dirigiendo “Samson and Delilah” (Sansón y Dalila, 1949), su enésima —y penúltima— aportación al delirio “Kolossal”. En fin, salpican la película tantísimas referencias al viejo Hollywood que haría falta un artículo entero solamente para desgranarlas.
A William Holden le sienta como un traje a medida el rol de cínico vividor, en el que se desenvuelve con tanta soltura que extraña se hubiese pensado en el intenso Montgomery Clift para ponerse en la despreciable piel de Joe Gillis. La luminosa Nancy Olson como la revisora de guiones Betty Schaeffer es el único personaje medianamente positivo de la historia —junto, quizá, al del mayordomo Max, un pobre hombre cuyo único pecado fue el de enamorarse—. Y por encima de todos, y de todo, brilla una Gloria Swanson maravillosamente inquietante en un rol con el que comparte no pocos elementos biográficos, hasta tal punto que en numerosas ocasiones cuesta discernir persona y personaje.
Por último, una breve mención a la versión española del título original. A la decadencia que transmite el nombre de la calle de Los Ángeles donde se ubicaban las fastuosas mansiones de las estrellas del cine mudo, suma “El crepúsculo de los dioses” una impronta wagneriana, o nietzscheana —ambas, probablemente—, muy ajustadas a la joya trágica que nos disponemos a presenciar. Conque, por una vez, viva la traducción libre.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de junio de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sunset Boulevard" es una obra maestra que invita a la introspección emocional mediante una exhibición de personajes, diálogos y escenas tan icónicas que forman parte de la historia del cine. La narración "voz en off" merece una crítica a parte, no sólo cumple la función de informar directamente al espectador de cómo avanza la historia, o de profundizar en la personalidad del personaje que la narra, además sirve para mejorar todo lo que le rodea, bien en clave cómica o bien para hacer reflexionar al espectador. Esto se disfruta especialmente en el primer acto de la película cuando se presentan los personajes de "Gloria Swanson" y "Eric von Stroheim", que ofrecen unas interpretaciones que aportan una expresividad y autenticidad a sus personajes irrepetible, especialmente "Gloria Swanson".
La película combina todos estos elementos con la superficialidad del mundo de "Hollywood", los guiños al cine mudo, los envuelve en una clase magistral de fotografía, iluminación y puesta en escena, y se entrega a sí misma en bandeja de plata para los quieran ver cine, en el mejor y más estricto sentido de la palabra.
Jaime de Aguilar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 7 8 9 10 43 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow