María, llena eres de gracia

Sencillez y cercanía son las armas de esta película, sin florituras, el sueño de un futuro mejor que la mayoría de veces es falso. La actriz protagonista está bastante bien y hace más cruda la película. Un viaje diferente a Estados Unidos.

Como diría Jezulín, " en ezto del cine paza como con el toro, no?, al principio.., recibez a puerta gallola..., te vas a los medios, te arrimas más..., pero con los años, como que se está más aguzto cerca de las tablas".
Esperemos que no le pase lo mismo a éste tal Joshua, que se nota que aquí a puesto gran empeño en hacer una buena película, y creo que lo ha conseguido, y mucha culpa la tiene una sorprendente Catalina Sandino.
Psdta. Yo creía que la 2 no hacía éstas cosas, pero resulta que dejaron 2 minutos de cinta para después de unos anuncios y encima, en la tertulia de la Cayetana, en vez de llevar a Catalina Sandino, o en su defecto, a Miguel Marías con su pipa y su chaqueta de Sherlock Holmes, va y me lleva a dos tipos que en vez de hablar de cine se ponen a hablar del problema colombiano, que para eso hay otros foros.
¡Marías, vuelve! por favor, te necesitamos, que te dejamos fumar.

Muy buen film de Marston, con una Catalina Sandino que lo hace muy bien, y que tiene un atractivo autóctono bastante especial (a la par que escaso para nuestra cultura).

Sencillo y sensible relato sobre la complejidad social y real de un país o más bien sobre una idea: la pobreza. Aunque aquí no haya mendigos, los protagonistas de esta emocionante historia viven ahogados por su realidad que a su vez es una realidad creada por un mundo entero, por aquellos que la construyen y por aquellos que la ignoran.

En María Llena eres de Gracia asistimos a la crónica de esa desesperación por salir de un orden establecido en el que poco se puede hacer si no es asumir la posición que nos ha tocado, pero asistimos también a un preludio de ese ansiado sueño americano del que tanto se habla pero tan poco da. Del ansia por formar parte de un país que ha creado el vacío en que nos vemos inmersos, en nuestras propias naciones, aún actuando desde la ignorancia. El ansia por entrar en otra clase de pobreza y con otra clase de ambiciones, igual de puras pero igual de inalcanzables.

El acierto de esta valiente película es querer contar todo esto, pero el mérito, por desgracia, no es de directores o guionistas, ya que en este caso nos encontraríamos ante una obra magna. El mérito es que toda esa transición de ideales que he llevado a cabo al principio aparece en pantalla con la luminosa y valiente creación de Catalina Sandino Moreno, verdadera alma de una interpretación con mensaje, que respira humanidad y esperanza incluso en los momentos más desesperanzadores, los más teniendo en cuenta que en el mundo que se describe en el cinta no cabe lugar para la redención.

Me he encontrado con una muy grata sorpresa al ver esta película, ya que sinceramente me ha encantado.
Hay que indicar que la historia es dura y en algunos momentos bastante cruel. La verdad es que esto es lógico cuando se narra la historia de una joven que no tiene nada en la vida, y con tal de salir de su vida mediocre, decide irse a la capital para hacer de mula de los traficantes de drogas entre Colombia y Estados Unidos. Ella decidirá arriesgar su vida transportando droga en su estómago con tal de conseguir una gran cantidad de dinero para poder salir del agujero en el que se encuentra.
La película cuenta con muchos momentos brillantes que hacen que uno como espectador se pongan en tensión. Todo ello es debido a que la película cuenta con un guión excepcional y con una dirección envidiable. La historia te introduce en un mundo en el que un despiste te puede costar la vida.
Por otro lado quiero hacer mención a la fantástica interpretación de su protagonista, la cual nos regala un personaje lleno de inseguridades pero con un objetivo claro; poder tener una vida mucho mejor.
En fin una película muy recomendable de ver, aunque reconozco que al principio cuesta entender debido a la vocalización cerrada que tienen algunos actores; pero a los pocos minutos uno se hace al acento.