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La huida

Acción. Drama. Thriller Doc McCoy (Steve McQueen) cumple condena de diez años por asalto a mano armada. Gracias a su esposa Carol (Ali MacGraw), un personaje influyente le consigue la libertad provisional; pero, a cambio, el matrimonio tendrá que atracar a un banco. Durante el asalto uno de sus dos cómplices y el vigilante resultan muertos. El superviviente los persigue para acabar con ellos y apoderarse del botin. (FILMAFFINITY)
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Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
19 de marzo de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estuvo moderadamente entretenida, moderadamente interesante y moderadamente buena, tampoco es que sea buena, buena pero estuvo bien y supongo que para su época fue excelente. No entendí del todo la trama y el personaje femenino me resultó muy irritante pero bueno, estuvo bien y el final me medio gustó, aunque estaba cantado.
Daniel Quintero
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7 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos comentarios sobre The Getaway (1972), película de Sam Peckinpah, que retrata la huida de dos delincuentes luego de un robo a un banco y que en su época suscitó polémicas por la exhibición de violencia.

Por Nicolás Bianchi

El argumento dista de ser pretencioso. Doc McCoy (Steve McQueen) sale de la cárcel e inmediatamente se ve inmerso en un plan para asaltar un banco. El golpe sale más o menos bien porque se llevan 500 mil dólares pero más o menos mal porque uno de ellos mata al guardia de seguridad. Rudy Butler (un gran Al Lettieri) liquida al cómplice asesino y se dispone a matar Doc y a su mujer Carol (Ali McGraw), quien también integra la banda. Doc lo anticipa y huye junto con su mujer y el dinero para ser perseguido por Rudy, la policía, unos mafiosos texanos de saco y gorro de cowboy, y prácticamente todos los habitantes de las ciudades por la que va discurriendo su raid ya que su imagen comienza a salir en televisión.

La película es entretenida. Siempre pasa algo y eso que pasa llama la atención. Hay tiroteos, persecuciones en autos, los protagonistas pierden el dinero, los protagonistas recuperan el dinero, y, probablemente la mejor secuencia sea cuando Doc se hace de una shotgun. La manera en la que destruye a tiros un patrullero de la policía es icónica.

Debe haber ya decenas sino cientos de películas deudoras de The Getaway. El cine de Tarantino está aquí, tanto por las escenas de violencia como por los diálogos sórdidos entre los personajes. Terminator y sus escopetazos también. John Wick nace en una secuencia en la que Doc debe salir de un hotel a los tiros contra todos. Y muchos más también.

En su momento, las películas de Peckinpah levantaban polémica por el uso de la violencia, y sobre todo por su uso sin otro contenido visible detrás. No hay una lección a partir de los tiros que salen de la escopeta de Doc McCoy. No se muestra la violencia de la guerra para hacer un alegato contra la guerra, sino que se muestran los tiros, las explosiones y las muertes en clave de entretenimiento. Para colmo, spoiler alert, al final los delincuentes huyen a México con su dinero. En la España de Franco, por ejemplo, la película se exhibió pero con otro final, en el que los McCoy eran atrapados y volvían a la cárcel, porque ningún crimen debía quedar impune.

La discusión sobre la violencia parece haberse agotado. En principio, la violencia ganó la batalla cultural, por llamarla de algún modo, ya que cualquier film de acción o serie del siglo XXI es más explícitamente violento que la filmografía de Peckinpah. Algunos de los mejores argumentos los ha dado Quentin Tarantino. En principio la violencia puede ser divertida, dijo alguna vez el director, que también recalcó mil veces que hay que separar la violencia de la vida real, que es preocupante, de lo que vemos en pantalla. Uno de sus mejores argumentos tiene que ver con el cine japonés. En Japón hay películas obscenamente violentas, quizás desde antes que géneros como el torture porn se establezcan en Occidente, sin embargo es una sociedad mucho más pacífica que, por caso, la de Texas, donde transcurre el film en cuestión. El problema no son los video juegos ni las películas, sino que está en otro lado.

Para los que le interesen los detalles, The Getaway tiene de las mejores trivias en el sitio de IMDB. Les dejamos dos a modo de muestra:
- Sam Peckinpah's intake of alcohol increased dramatically while making the film, and he was fond of saying, "I can't direct when I'm sober."
- Al Lettieri was brought to Sam Peckinpah's attention by producer Al Ruddy, who was working with the actor on "El padrino (1972)." Like Peckinpah, Lettieri was a heavy drinker, which caused problems while filming due to his unpredictable behavior.
El Golo Cine
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24 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenso y trepidante thriller de acción, basado en un relato de Jim Thompson y que parecía adecuado para que un director de la altura de Sam Peckinpah, amado y odiado por la Industria Hollywoodiense, lo llevara a la gran pantalla aplicando, sin más, un desbordante tono de violencia y misoginia, aunque con menos esmero de lo que serían premisas tan radicales como “Grupo Salvaje” (The Wild Bunch, 1969) o la posterior “¡Quiero la cabeza de Alfredo García!” (Bring me the head of Alfredo Garcia, 1974) y confiriendo más el reclamo y atractivo de su pareja protagonista, tanto en la vida real y en la ficción, como la que componían Ali MacGraw (vanagloriada en exceso en su papel de Jenny en “Love Story” (1970) de Arthur Hiller) y un Steve MacQueen entrado en los cuarenta pero ya consagrado como un actor especialista dentro y fuera de las escenas de riesgo (desde sus fugas en moto en “la Gran Evasión” (The Great Escape, 1963) de John Sturges o sus implacables persecuciones con un Ford Mustang por las calles de San Francisco con un en “Bullitt” (1968) de Peter Yates.

No es el Peckinpah que uno puede esperar pero se le respira un aliento propio de su obra sin añadirle demasiada autoría como es la atmosfera malsana de sus obras más características, algunas ya mencionadas más arriba. Un film que destila más glamour y concesiones al entretenimiento propio de una película de acción temprana de la época. MacQueen y Macgraw se convierten en un referente de la cinematográfica pareja de fugitivos que huyen con un botín tras una desolada oleada de tiroteos y persecuciones que ni ellos se habían planteado. Así pues “la Huida” destila “road movie” sin miramientos ni prejuicios y su evidencia como tal es notable. La pareja se hace suya la película mientras que Peckinpah rueda con límites aunque el resultado sigue quedando redondo como un pequeño clásico de su tiempo.
Natxo Borràs
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12 de abril de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La huida" nos presenta una experiencia absorbente con niveles equilibrados de acción, thriller y drama. El argumento se desarrolla con interés a través de una persecución constante en la que Sam Peckinpah deja impreso su característico estilo. Las actuaciones de Steve McQueen y Ali MacGraw en los roles protagonistas son muy convincentes, y la ambientación general está conseguida, con una tensión continua que no deja ni un respiro a los protagonistas.

En general, se trata de una película bastante sólida, que tal vez no llegue al sobresaliente, pero que sí que resulta muy notable durante todo su metraje. Una aventura muy recomendable con importantes dosis de acción.
Andresgboni
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23 de agosto de 2012
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra de Peckinpah, en la línea de las que he visto: por un 2% de metraje de escenas de acción, o detalles de fijarse, o de material estimulante, hay un 98% de trama de ritmo lentísimo que aburre a las ovejas. Eso hace que el resultado final quede muy desmerecido, muy diluido, y es una lástima porque rodada con algo más de pulso hubiera sido algo excelente. Que Peckinpah será un consagrado y eso, pero el sentido del ritmo es lentorro.
Por otra parte, destacar otro tema que salía en Perros de paja: una feroz y descarnada misoginia, por las cuales las mujeres son unos seres estúpidos y torpes, pero por encima de todo traicioneros. Entendámonos: en ambas películas los malos son los malos, pero las mujeres son aún peores, aunque no ejerzan violencia directamente. Aunque hacia el final, bastante de refilón, parece que hay algo de redención al género femenino. Esa misoginia extrema es a día de hoy algo tan políticamente incorrecto que estremece, pero es un tema como otro, un pensamiento que salía en sus obras, y en cierta manera es gratificante ver que en otros tiempos el tratamiento de algunos temas existía, y llevado tal como se le ponía al guionista o director o quien fuera. Estamos ante cine de delincuentes, no tiene que ser moralizante. De hecho, el arte no tiene porque ser moralizante, no siempre. Allá cada uno con su conciencia y su libre albedrío, y dejad a los artistas libres de trabas...
Azatoth
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