El camino de vuelta

Un adolescente de 14 años llamado Duncan (Liam James) se enfrenta a una difícil situación familiar a la cual le cuesta adaptarse, pero que encuentra en el trabajo en el parque acuático que le propone Owen (Sam Rockwell) la fuerza necesaria para mejorar su autoestima. La trama es pasajera, con momentos divertidos y algunos realmente conmovedores.

Cóctel de dramas intrafamiliares, aventuras extraconyugales, amores de verano juveniles, primeros trabajos estivales, amistades insospechadas, iniciaciones y descubrimientos. También hay mucho de aceptación y de autoayuda. A pesar de todo, el guion hace casar bien los ingredientes y aunque el reparto no parezca de relumbrón, si te fijas bien, ves un montón de caras conocidas y potentes. Su concepto y sus maneras son las propias del cine independiente pero hay en ella un punto comercial que es de agradecer.

El camino de vuelta” requiere verla con ojos norteamericanos, ya que plantea situaciones y escenarios que en España se nos antojan artificiales por estar alejados de nuestras costumbres y nuestros modos. Pero sea como sea, termina conectando y lo normal es que al final se reconozcan, con independencia de las formas, ciertas verdades comunes bien contadas.

Los actores y ahora también directores Nat Faxon y Jim Rash (guionistas de Los Descendientes con George Clooney, ambos también en la lista de secundarios, Faxon como Roddy y Rash como Lewis, y los dos trabajadores del parque acuático Water Wizz) consiguen realizar un film que te llega a tocar la fibra sensible. Te llena durante los algo más de cien minutos de su metraje. Tras Pequeña Miss Sunshine (2006), Toni Collette y Steve Carell vuelven a reunirse, esta vez como una pareja. Liam James interpreta a Duncan, un chico tímido, reservado y que no le gusta nada el nuevo novio de su madre. Llega el verano y con su madre, su padrastro y su hermanastra se van de veraneo a un pueblo cerca del mar. Allí, además de encontrarse con unos vecinos que les gusta la marcha, vivirá sus primeras experiencias románticas, su primer beso y conseguirá un trabajo en un parque acuático. En ese parque entablará amistad con varios trabajadores, sobretodo con Owen (un grande como Sam Rockwell, el que da vidilla a la función, el que pone un poco de ánimo en la vida de Duncan).
La verdad es que la cinta me ha encantado, aunque no sea de diez, a lo mejor en un posterior visionado se lo pongo. Todo el reparto está sensacional. Además de los mencionados Liam James, Collette, Carell (ya le vimos en Dan In Real Life o en Pequeña Miss Sunshine, que no pasa nada si sale de la comedia y de la serie The Office, hay más ahí fuera, se sabe mover muy bien en el terreno dramático) y Rockwell, podemos ver Allison Janney como esa vecina guay, aunque a veces llega a avergonzar al personal, Maya Rudolph que interpreta a la querida del personaje de Owen, Amanda Peet y Rob Corddry como esa pareja con algun que otro secreto, y por último me dejo a unas guapas Zoe Levin y Annasophia Robb. Se puede percibir la química, poco, pero hay, entre Robb y James, aunque el papel que hace el chaval es algo triste, tímido. Es un verano en el que todos, y en especial nuestro protagonista Duncan, vivirán más de una experiencia, que por supuesto les va a cambiar la vida. Unos a mejor y otros a peor, pero así es la vida, llena de sorpresas.
A quién le gustó Pequeña Miss Sunshine, Juno o Los Descendientes, no tiene nada que ver con éstas, aunque sea del mismo estudio, pero es todo un disfrute visual y de guión. No todo es drama, sino que tiene sus adecuados toques de comedio.
Yo le pongo un merecido 9/10.

La verdad es que el título no resulta muy atractivo y el principio del film tampoco pero tiene algo que te engancha. Un argumento, muchas veces utilizado, es la base para desarrollar el paso de la adolescencia a la madurez. El protagonista vive sumido en la apatía, sin ningún control sobre su vida.

Un adolescente que se deja llevar por las decisiones de los adultos, encuentra su camino en la vida y empieza a tomar decisiones dejando de ser un espectador para empezar a dirigirla.

Este argumento se ha tratado en diversas películos con mayor o menor acierto peo en este caso existe un equilibrio a partes iguales entre drama, comedia y romanticismo. Sin caer en la mayoría de los tópicos de otras películas consigue engancharte y no aburrir. Es capaz de hacerte retroceder en el tiempo y recordar veranos pasados donde las decisiones que se toman empiezan a marcar nuestro paso a la edad adulta.

Las interpretaciones son más que correctas, creibles y consecuentes con la situación. La música y las localizaciones ayudan al desarrollo de la trama. Todo funciona en su conjunto de forma que no sabría decir que le falta o le sobra, quizás cambiaría el final (o quizás no). Recuerda mucho a otra película que también se desarrolla en un verano en un parque de atracciones (no recuerdo el nombre) pero en este caso con un desarrollo más natural y creible.

Resumiendo no nos cuenta nada nuevo pero lo que cuenta llega con fuerza suficiente para merecerse un 10. Merece la pena y mucho. Totalmente recomendable.

Tratada desde un punto de vista inicial pesimista, es una película que según aparecen los personajes cambia la manera de verla. Lo que podría ser un drama de adolescentes con problemas paternos, he aquí el manido caso de padres divorciados y con padrastro capullo (Steve Carell, que no parece él mismo) se convierte en una comedia con momentos y frases audaces, aunque en cierta manera también se toca el drama de las diferentes personas que van surgiendo a lo largo del metraje, sus miedos al futuro y al volver a perder el amor. Mientras unos van, como el caso del joven Liam James (The Killing), estupendamente interpretado, otros vuelven. Como es el caso de la madre del protagonista, una Toni Collette (El Sexto Sentido, Un Niño Grande) siempre sobria en sus interpretaciones, que busca olvidar el divorcio y se encuentra con un tipo (Carell) que no es nada agradable con su hijo. Entre estas vicisitudes, deciden compartir vacaciones que no son del agrado del joven. Es aquí donde comienza la película, con un chaval medio deprimido por la ausencia de su padre y en pueblo ajeno, evitando la presencia de su padrastro y a la par, la de su madre. Sin rumbo, conoce al que quizás sea el mejor personaje de la película, interpretado de forma magistral por el camaleónico Sam Rockwell (3 Anuncios en las Afueras, La Milla Verde) que le hace ver con su amistad que no todo es negro y le da un empujón que nadie en su familia logrará hacer.
Es una película que se ve con interés hasta el final, divertida y algunas veces triste, con un mensaje positivo, buena música y grandes interpretaciones (Allison Janney está genial). Una grata sorpresa para pasar un interesante rato.