Salvando las distancias

Pareja agradable, aunque un poco no creíble. La cogí porque en el trailer encontré escenas que inducían a la risa. Bueno, la realidad es que hay alguna que me produjo un amago de risa. En esto, pues está normalilla, aunque sin pasarse. Las ciudades lejanas son Nueva York y Los Angeles, no Chicago como se dice en la crítica de la web.

Tiene diálogos ingeniosos, sin embargo, mucha parte de él, se sustenta en la porno-palabra. Y es curioso, pues en una película que se intuye mucho sexo, mucha cama y mucha piel, no hay nada de nada, salvo el medio culo del protagonista y para de contar. En cambio la mayoría de sus intérpretes utilizan un repertorio de palabras que dudo mucho que se digan asiduamente, tal como lo expresan en esta cinta. Yo creo que hace más gracia, cuando se dicen con otras palabras y en segundas intenciones. Quizás es que en este país, estamos acostumbrados a ello. A mi, por lo menos, me resulta más gracioso.

Yo también le doy una puntuación baja.

Otra comedia romántica de las que no puedes dejar escapar para ver en pareja.
Una película entretenida donde veremos como las distancias afectan a una pareja.
La cinta es entretenida, hay momentos en que es salvada por unos amigos del protagonista que son muy graciosos y una buena escena cómica de Drew Barrymore.

Que las relaciones a distancia (eje central del trabajo que nos ocupa) son complicadas es, además de un cliché, un tema recurrente tanto en películas como en series. Otro cliché sería que las cintas protagonizadas por parejas que también lo son en la vida real no funcionan en taquilla (ahora mismo no recuerdo si cuando rodaron este largometraje sus protagonistas estaban juntos, lo habían dejado o pretendían retomarlo, pero sí que los resultados económicos no fueron demasiado boyantes). Se puede afirmar, por tanto, que Salvando las distancias está compuesta a base de clichés…

La historia no puede ser más sencilla: una pareja, Garrett (Justin Long) y Erin (Drew Barrymore), decide continuar con su incipiente romance después de que ella se vea obligada a regresar a su hogar tras acabar las prácticas. Todo ello trufado de chistes más o menos groseros y un tono a medio camino entre el cine indie y la típica comedia romántica de humor grueso.

Barrymore y Long mantienen el tipo y resultan simpáticos, lo cual siempre es importante. Desgraciadamente, los personajes secundarios (que tanto juego suelen dar) están desaprovechados (aunque se agradece la presencia de Christina Applegate o Jason Sudeikis) y son más los gags humorísticos que no funcionan (véase cuando nuestros protagonistas tratan de tener sexo telefónico o el bigotillo a lo Hitler que se deja otro de los personajes) que los que sí lo hacen (Erin borracha y soltando improperios). Al menos se puede decir que entretiene y no molesta. Un último apunte: atención a su banda sonora, compuesta por un buen ramillete de reconocibles éxitos pop.

¡Ah, Kelly Bundy! ¿Ahora te haces llamar Corinne? ¡Cuántos recuerdos! ¿Sigue papá en la zapatería? Veo que has formado tu propio hogar semifuncional... y, la verdad, desde él consigues dominar una mediana comedia que, sin ser extraordinaria, destaca entre las tontas comedias para tontos que últimamente nos llegan de los USA. En esta, al menos, el guión contiene diálogos con ingenio y los personajes secundarios son una colección de simpáticos excéntricos de esos con los que uno podría tomar un par de copas y reirse un rato.

-Y entonces, buen hombre, ¿cómo la puntúa con un estricto 5?

Porque (1) Justin Long y Drew Barrimore serán buenos actores cuando Al Bundy sea millonario; (2) La película consiste en una sola situación alargada hasta la hora y media.

En resumen, amigo filmaffinitista, puedes ver la película; no te dormirás ni te saldrán ronchas. Pero no esperes demasiado de ella.

Comedia romántica que no destacará sobre otras similares de su género, pero que cuenta con algunos puntos que incluso te arrancarán una condescendiente sonrisa; sin embargo la película no da para más. Sobre todo porque el argumento es tan simple que pasados los cuarenta minutos todo lo que antes era acertado acaba convirtiéndose en algo cansino y repetitivo.
Posee una acertada banda sonora. Y no se que más decir, salvo que si te sientas en la butaca sin esperar grandes alardes quizás el tiempo de metraje pase sin excesivos agobios.