Breakdown

Algunas películas, inexplicablemente, no terminan de consolidarse como grandes aportaciones al género del cine. Ésta es una de ellas.

Brillante, tensa, cojonuda.

Una premisa simple, un sólido argumento, un desarrollo vibrante y un final -spoiler-.

Una gran película que sabe mantener en vilo al espectador. ¿Obra maestra?

Un thriller con muy buen ritmo, trepidante, que logra captar la pesadilla de un hombre frente a la desaparición de su esposa, en el medio del desierto.
El guión es hábil, va enlazando cada pieza, también es muy meritorio como pasa de la intriga y la incertidumbre a la acción más absoluta, tiene escenas increíbles.
Quizás uno de los peros sea que el rol de la esposa es super pasivo en la mayoría de las escenas, tal vez para que el héroe pueda lucirse y salvarla en cada una de ellas.
Kurt Rusell está perfecto, este tipo de personajes le quedaban como anillo al dedo, J. T. Walsh también está muy bien, el tipo lograba cambiar de registros todo el tiempo, una versatilidad admirable.

Era apenas un crío, pero todavía recuerdo cuando los sábados por la mañana nos levantábamos de la cama y, tras desayunar, bajábamos en familia al videoclub de vuelta de la esquina para echar una ojeada y traer alguna película interesante. Como si fuese ayer, recuerdo cuando pescamos ‘Breakdown’ tras echar un vistazo a su llamativa carátula y sinopsis (antaño casi no había tráiler que destripase películas) y quedar todos maravillados con ella.

Concretamente ayer me apeteció volver a verla y, no os voy a negar que, a lo mejor, ‘Breakdown’ es una película para ver un domingo por la tarde, pero ES LA PELÍCULA para ver. Os aseguro que no quedaréis decepcionados.

Un esforzadísimo Kurt Russell, interpreta a un tipo normal, como podríamos ser tú o yo, que viaja en coche con su mujer para empezar una vida distinta. Comete un error de principiante que, hoy en día, sería impensable, pero que enmarcado en los maravillosos años 90 resulta muy creíble.

Basta con ver la escena en la que su personaje en la comisaría, como se queda petrificado ante la cantidad de desaparecidos que hay en un mural para darse cuenta de que el film, dentro de todas las vueltas de tuerca que pretende dar y de la acción que va a presentar, pretende que conectes, que entiendas que eso te puede pasar a ti. Así, comienza una lucha contra todos los elementos por recuperar a su esposa y que supuso el salto a la fama de su director, Jonathan Mostow, que apuntaba maneras muy interesantes. A destacar la intervención de J. T. Walsh, un maravilloso actor secundario que murió apenas un año después.

‘Breakdown’ es un logradísimo e intrigante thriller repleto de acción, persecuciones y máxima tensión. Una cortísima road movie (que pasa en un suspiro) de cálida y cuidada fotografía, con una atmósfera agobiante.

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La atractiva Kathleen Quinlan, convertida por obra y gracia de Jonathan Mostow en la no demasiado feliz esposa de Kurt Russell, desaparece cerca de Coyote toda vez que ella y su marido se topan con "el Ciénaga" en una gasolinera.
Es una inoportuna avería camino de San Diego lo que precipita los acontecimientos. Eso, claro, y la triste decisión de separarse.
La tensión y el ritmo son extraordinarios durante la primera hora de BREAKDOWN. Kurt Russell, que es de esos intérpretes que gustan a pesar de sus debilidades, acomete con solvencia el papel de marido desesperado, y el director se muestra competente a la hora de rodar la América profunda de carreteras infinitas y tipos desconfiados. La cosa, luego, decae un tanto, y la boca se va cerrando, pero el bien ya está hecho y al espectador nervioso no se le ha ido el miedo del cuerpo. Es como con Tiburón, que nos ha hecho temer las aguas internas y el mar territorial: será difícil que volvamos a confiar en cualquiera tipo calmado y siniestro de cuello blanco que nos ofrezca ayuda.
Eso sí: la música de Basil Poledouris se parece más a la de Psicosis, por momentos, que a la de Conan.

Toca todos los tópicos del género y me recuerda en más de una ocasión a 'El fugitivo'. Sin embargo sabe mantener desde el minuto uno la tensión, haciendo que el espectador quiera saber cómo demonios va a continuar y cómo va a acabar.

Las muertes, los malos, la trama y el desarrollo son los típicos que demanda el género, pero como ya he dicho, es superior a gran parte de las películas que se han hecho similares, estilo atracos, robos, secuestros y paletos sureños.

Agobiante y ridículo final que no llega a estropear la película.