Las tres noches de Eva

Me pregunto qué inspiró a los traductores españoles para traducir «The Lady Eve» por «Las tres noches de Eva». Tres noches, ¿cuáles? Ellos sabrán.

Después de unos créditos iniciales animados con una serpiente monísima y una manzana con lo que nos quieren dejar aún más claro la idea de la mujer Eva que te conquista y hace contigo lo que quiere, entramos en esta comedia sofisticada de corte romántico. Barbara Stanwyck me parece la representación más gráfica de lo sexy y además sin ser lo que se dice realmente guapa, lo que tiene más mérito. Quizás es que tiene cara de mala, no sé. Henry Fonda como galán no es que pegue demasiado, pero vamos a perdonárselo porque a fin de cuentas eso no es lo peor que tiene el personaje.

«Las tres noches de Eva» gira en torno a tres elementos al parecer muy repetidos, o que yo me he encontrado mucho, en la comedia screwball de la época: las falsas identidades, la mujer chuli fresca y el buen hombre americano tonto. Lo que queda fatal.

Ya que te enamores en media hora es poner en cuestión la credibilidad del relato y la estabilidad psicológica y emocional de los protagonistas, pero que encima lo hagas de estos personajes es el colmo del mal gusto. Ella es sencillamente una frívola que como le enseña media pierna y le deja que se le acerque, pues el hombre tiene que caer rendido ante ella; porque se ve que la mejor virtud de una mujer es que sea accesible sexualmente, descarada. Él es, en una palabra, tonto. O en tres: tonto de remate. Esto no es ser inocente o ingenuo, es ser tonto. Como digo, este arquetipo de hombre bueno americano se ha visto mucho en películas del género pero a mí sigue sin gustarme porque, repito, en realidad es idiota; no se entera de nada ni aunque se lo estén advirtiendo o sea evidente y lo engañan una y otra vez simplemente con unas piernas bonitas. Es de un anti romanticismo que asusta.

Aparte de todo lo dicho, en ningún momento hace gracia y en ningún momento simpatizas con la historias. Al contrario, cada vez te va pareciendo todo más insensato y estúpido. El vestuario de la Stanwyck es maravilloso, eso sí, y la película se deja ver con algo de aburrimiento.

Comedia romántica divertida de las que hay pocas. Toda una historia enrevesada y siempre manteniendo el toque humorístico. Ella está preciosa y borda el papel. Toda la película te mantiene entretenido. Muy buena.

La había visto el 28 de junio de 2010 sin crítica, y vista de nuevo, le bajo 1 punto.

Está bien, y entretenida, pero es lo que vendría a ser en nuestros días, de película de domingo por la tarde: para pasar el rato nada más.

En aquella época, esta frase aún no existía, lógicamente porque no existía la televisión aún. Bueno, justamente el 1 de julio de 1941 fue cuando se inició el primer canal de tv americano. Lógicamente, hasta finales de los 40 no fue el boom.

Un Henry Fondo muy correcto, aunque no le pega mucho el papel de hombre ingenuo. Mucha comedia con una Barbara esplendorosa.

Pues una comedia más, poco más que decir.

Vamos, ni aunque te ofreciera una pizza, un asado, una hamburguesas con patatas fritas o un buen plato de pasta. En cualquier caso, "Las tres noches de Eva", no confundir con "Las tres caras de Eva" (1957), es una comedia sofisticada que guarda cierto paralelismo argumental con "La fiera de mi niña" (1938) y que de hecho es tan mala como ésta. No, es incluso peor y lo más curioso es que me lo intuía. De hecho, lo más destacable de esta película son los créditos en dibujos animados, en especial, esa graciosa serpiente con brazos y todo, más mona que es. Bueno, también vale la pena mencionar el atinado vestuario en general pero sobre todo en Barbara Stanwyck, que ciertamente tiene mucho estilo. Al menos hay elegancia, buen gusto y lujo, esos cruceros son estupendos, y esto al menos gusta de ver.

Por lo demás, el largometraje falla estrepitosamente por varios motivos, resumidos en que no hace ninguna gracia, es inverosímil y su romance es totalmente lamentable, no hay quien se lo crea y es horrible. Charles Pike (Henry Fonda) se presenta como un memo redomado y cuando parece que ya no puede serlo más, se supera. De hecho, Jean (Barbara Stanwyck) le acaba espetando que es un "grandísimo tonto". Por su parte ella trata de envolverse del aura seductora de la figura bíblica de Eva, que tiene un nivel erótico infinito, hay que saber verlo, pero es un fracaso total y no sólo porque sea más bien fea. Una mujer "alfa" como Jean, descarada, fría, segura, charlatana, vulgarmente zalamera, frívola, que toma la iniciativa, que "caza al hombre" no es nada atractiva porque no es fiable. Resulta repelente.

La historia en sí es bastante paparrucha pero dado que es de 1941 se la puede cubrir con un manto de piedad y no denostarla cruelmente, aunque en verdad hay que poner mucha fuerza de voluntad para comerse los cambios de Barbara Stanwyck sin que Henry Fonda se dé cuenta.
Lo mejor de la película - Barbara Stanwick.