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Las tres noches de Eva

Romance. Comedia Durante un viaje en un trasatlántico, Charles Pike, un soltero millonario experto en serpientes que vuelve de la jungla, se enamora de Jean Harrington, una jugadora profesional que, junto con su padre, hace trampas con las cartas. Jean, que también se ha enamora de Charlie, decide abandonar el juego pero, cuando Charlie se entera de cuál es su medio de vida, rompe su compromiso con ella. Jean, dolida, intenta vengarse. La oportunidad se ... [+]
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
5 de junio de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde los tiempos de Shakespeare la comedia como representación consiste en la suplantación, en llevar a cabo una serie de metamorfosis personales mediante la máscara y el disfraz para engañar al otro y forzar su reconocimiento en los minutos finales. La comedia no es más que la forma de representación de un mundo mágico en el que los juegos de suplantación nos trasladan a un universo en el que los seres, forzados por misteriosos azares, encuentran un camino hacia la felicidad. Una idea que en el cine americano suele adquirir la forma simbólica de una boda hecha desde un régimen de igualdad entre el hombre y la mujer o bien desde un beso que se teje como promesa de amor eterno y sexualidad inmediata. Las referencias de carácter bíblico hacia el mito originario del pecado original y las complicadas relaciones entre Adán y Eva en el paraíso perdido han adquirido una significación especial.

Después de haber trabajado como guionista, argumentista y responsable de diálogos en el cine de los años treinta. Preston Sturges legó como director en los años cuarenta al menos media docena de excelentes comedias, una de ella es ésta. Entre los méritos del cine de Sturges figuran haber conseguido unificar la comedia de situaciones y la de personajes, hasta entonces, generalmente disociadas, la burla y la crueldad, la sátira y la crítica feroz por medio de un espléndido juego con los actores y un estilo puesto al servicio de esa múltiple unificación. El film reveló las dotes de Henry Fonda para la comedia, así como una Barbara Stanwyck prodigiosa en este tipo de papel. Buena parte del film se desarrolla a bordo de un crucero y enfrenta a un ingenuo millonario ofidiólogo (Fonda) con la hija (Stanwyck) de un jugador profesional que de acuerdo con el avieso papá (Charles Coburn), tiene el propósito de “desplumar” al incauto.

Las nada inocentes e ingeniosas críticas de Sturges apuntan sobre todo a la naturaleza humana y a la sociedad opulenta de los millonarios estadounidenses, dejando espacio también para ácidos apuntes sobre la mujer norteamericana. El cineasta dibuja con tanto ingenio como mala uva al personaje interpretado por la Stanwyck, quien sabe bien cómo manipular, incluso destruir, al hombre que toma como objetivo, ya sea engañándole, enunciando durante su noche de bodas un falso inventario de amores pasados o poniéndole oportunamente una zancadilla. El universo de este cineasta estuvo poblado de hombres ingenuos y voluntariosos, de mujeres astutas que actúan con doblez y de millonarios imbéciles: la seducción sufrida por Fonda, el viaje en tren o la memorable escena de la fiesta constituyen una galería de monstruosidades a las que la sonrisa, y a veces la carcajada, no consigue neutralizar su maldad.

Y es que, desde que Eva hizo probar la manzana prohibida a Adán, la historia siempre se ha repetido hasta nuestros días y mucho me temo que nunca cambiará porque pertenece a la naturaleza del ser humano. La guerra de sexos siempre ha tenido un vencedor, por mucho que el hombre se ha resistido, ha terminado cayendo en las redes femeninas, pues lo llevamos escrito en nuestro ADN particular. Lo que “Las tres noches de Eva” nos cuenta es el triunfo de la mujer, Eva es la mujer/demiurgo que controla y ordena todo lo que le rodea en la comedia de la vida. La mujer inteligente y calculadora siempre derrotará al hombre ingenuo e impetuoso, es la inteligencia contra la fuerza en una magistral comedia sofisticada que describe con sabiduría el arte de la seducción.
Antonio Morales
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18 de noviembre de 2009
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perfecta combinación de comedia romántica y de screwball comedy del gran Preston Sturges. El cineasta había escrito muchos guiones en los años treinta sin dirigirlos, pero como le pasó a Billy Wilder quiso también posteriormente dirigir sus propios guiones para darle vida a sus historias escritas en la pantalla, y así contar mejor su ideas visuales de lo que habían hecho otros directores con sus guiones. Entonces empezó a dirigir sus guiones e hizo grandes obras como “Los viajes de Sullivan”, o esta maravilla llamada “Las tres noches de Eva”. La primera parte del film es una divertida comedia romántica con una belleza visual elegante y unos planos fijos de la pareja protagonista en plano medio o en primer plano magníficos, donde hay secuencias que tienen un erotismo sugerido brillante demostrando lo grandes intérpretes que eran Henry Fonda y Barbara Stanwyck y la química que tenían ambos. Y la segunda parte del film es una comedia más alocada con slapsticks incluidos, pero rodada también con mucha elegancia con secuencias románticas y divertidas al mismo tiempo. El film en general es maravilloso mezclando momentos divertidos con el personaje de Fonda cayéndose todo el rato o con su guardaespaldas vigilándolo en todo momento, con momentos románticos y bellos de Fonda y Stanwyck estando juntos ya sea en la cubierta de un barco o en un tren. También hay que destacar a los actores secundarios, como Charles Coburn, Eugene Pallette, o William Demarest que están sensacionales demostrando la importancia que tenían en el cine clásico los actores de reparto por lo buenos que eran, no como en el cine actual que casi no tienen repercusión, porque ni son tan buenos actores ni se les desarrolla demasiado bien en las tramas. Es una comedia genial de la edad del oro de cine de Hollywood, donde el cine comercial brilló como nunca por tener a grandiosos e inteligentes cineastas, que supieron plasmar en pantalla todo el conocimiento que tenían del lenguaje cinematográfico y todas sus obsesiones, dotando así a sus obras de una calidad artística maravillosa y de un estilo definido.
john thorthon
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29 de abril de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
75/03(06/04/12) Muy elegante y sofisticada comedia de Preston Sturges, una delicia de personajes bien caracterizados, metidos en situaciones muy bien hiladas, con un gran guión del propio realizador, desarrollado hábilmente, con diálogos chispeantes, con una pareja protagonista que está en la cima de sus carreras y que es hija de la época dorada de Hollywood. Comienza con un biólogo americano, Charlie ‘Hopsie’ Pike (gran Henry Fonda), un rico heredero bastante inocentón, que tras unos trabajos en la selva del Amazonas se sube a un transatlántico rumbo a Nueva York, en el barco viajan un par de timadores expertos, padre, el coronel Harrington (buen Charles Coburn) e hija, Eve (gran Barbara Stanwyck), ella es una bella pícara que utiliza su sensualidad e ingenio para atraer a ‘Hopsie’, el problema surge cuando ella se enamora de su candidez. Con estos elementos evoluciona una ágil comedia imbuida del ‘screwball’, la comedia loca género del que es símbolo ‘La Fiera de Mi Niña’, cinta con la que guarda muchas similitudes, el científico patoso e inocentón que es invadido por una mujer que es su antítesis, un volcán que pondrá su mundo patas arriba, sin olvidarnos que aquí también hay un animal selvático que hace ‘running gag’. La obra está sembrada de diálogos frescos, picantones para su época, donde la sutilidad y los dobles sentidos sexuales riegan de humor el metraje, en el filo de la navaja está la escena en que los dos protagonistas están en el camarote y ella le aprieta su rostro contra el suyo mientras le revuelve el cabello de modo cuasi-masturbatorio, vemos los ojos de ‘Hopsie’ en trance sexual, transgresor, y donde no puede faltar el ‘slapstick´, donde los giros se producen de forma inteligente, la risa brota de un modo natural, con frases de las que pasan a la historia, ejemplo, <Se parece demasiado para ser la misma>. La fluidez del ritmo es excelente, te engancha al instante, con escenas que te dejan huella, empezando por la de la primera cena en el barco, como Eve mira a ‘Hopsie´ a través de un espejo, y va contándole a su padre como todas las mujeres intentan llamar su atención, o la partida de cartas en que Eve intenta sabotear todas las trampas de su padre, o la fiesta en la mansión del padre de ´Hopsie’, o la desternillante noche de bodas en el tren, y es que el chispa mana sin interrupción en esta deliciosa comedia romántica. (Continua en spoiler sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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13 de octubre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película cuenta con una de las mejores actuaciones de Bárbara Stanwyck: pasa del cinismo al enamoramiento sincero y de nuevo al cinismo con una versatilidad asombrosa. Henry Fonda no desentona para nada y muestra cómo puede hacer de manera perfecta el papel de un hombre sin mundo, ingenuo e inocente. Los diálogos son de primera y los secundarios -Coburn y Demarest- son más que un mero acompañamiento. Estamos en los años de mayor inspiración de Sturges en los que dirigiera, además de esta película, "Los viajes de Sullivan" y "Un marido rico". Entiendo las críticas que se desencantan con la película por lo poco creíble de su argumento. A mí me pasó lo mismo la primera vez. Pero en un segundo visionado, advierto que esa falta de credibilidad es secundaria ya que la diversión pasa por lo ingenioso de los diálogos y por la actuación de los protagonistas. El doble sentido está presente con el mismo nivel de Lubitsch, y de esa manera se logra superar las barreras del Código Hays que llegó al absurdo de que un matrimonio no podía aparecer en pantalla durmiendo en la misma cama, sin que por ello se entienda que estoy a favor de que se muestre cualquier cosa. Los extremos siempre terminan siendo perjudiciales. Una comedia muy buena que, a diferencia de Pablo Kurt, considero muy superior a "La fiera de mi niña".
HUSTON
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2 de julio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las tres noches de Eva de Preston Sturges, es una comedia romántica hilarante y bien trabajada. Dirigida de forma competente e impecable, entretiene y hace pasar un buen rato con un ritmo perfecto, unas grandes interpretaciones y unos puntos hilarantes de principio a fin.
Las actuaciones son el fuerte del film, con grandes papeles de Henry Fonda que está brillante, y de Barbara Stanwyck que está encantadora y soberbia en su doble interpretación. Ambos con diálogos ágiles y ocurrentes que entretienen y divierten, utilizando una narrativa sencilla, clásica y perfecta, dignas de dos grandes actores como ellos.
Musicalmente es bella y melódica, acompañando magistralmente la acción. Y tiene una fotografía en blanco y negro, rica en matices, evocadora al lugar en cuestión, que junto con unos decorados de interiores magníficos agradarán la vista a los espectadores.
Cabe mencionar también, un guión original bien hilado y trabajado, con un argumento entretenido y divertido. Y unos vestuarios y caracterizaciones pulcros y elegantes para las escenas de personajes ricos y sofisticados, llevados con estilo.
En definitiva, una gran comedia romántica digna de elogio, por tener un guión original, unas inigualables actuaciones, y una definición que agradará a todos aquellos que busquen pasar un buen rato con risas y disfrute de vista y oído.
Elcinederamon
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