Ese oscuro objeto del deseo

Tengo que confesar algo muy políticamente incorrecto, pero que no es evitable por mi parte: las propuestas de Luis Buñuel me suelen resultar bastante refractarias. No suelo enganchar con sus constantes cinematográficas ni con el planteamiento de las mismas. Siempre me ha costado. Imagino que debe ser lamentable y decir poco de mí pero es así. O quizás es que yo también soy “un perro andaluz” como Lorca. La cuestión es que me cuesta. No obstante, periódicamente hago algún tipo de escarceo de acercamiento a la obra del indiscutible maestro aragonés, y en esta ocasión ha sido a su última obra, su testamento cinematográfico, “Ese oscuro objeto del deseo”.

Su argumento ha envejecido notablemente y hoy día es insostenible, pleno de hombres utilizados por taimadas mujeres (es notoria la misoginia extrema de Buñuel y rastreable en toda su filmografía), violencia machista justificada sin pudor, deseos de pederastia, utilización sexual de la mujer como mero objeto… También es cierto que sabe plantear de forma sarcástica y aún más cáustica la náusea por la diferencia de clases o por el poder esclavizador de la religión.

Aunque cada obra es hija de su tiempo y hay que valorarla debidamente contextualizada (valorar la obra en sí misma, jamás por la vida del artista, error tan catastrófico como cateto pero tan hijo de nuestro inculto tiempo), es obvio que ésta en concreto ha envejecido demasiado para ser de 1977, motivo por el que cabe sospechar que ya naciera un tanto anciana en cuanto a planteamiento.

Estéticamente, tampoco aporta algunas soluciones narrativas extraordinarias propias de tan reputado cineasta y se presenta bastante convencional. La única “salida de pata de banco” de tinte surrealista que se permite Buñuel en la película es utilizar alternativamente a dos actrices distintas para el mismo personaje de forma aleatoria (Ángela Molina y Carole Bouquet), recurso que no aporta nada ni tiene justificación narrativa alguna que lo sostenga, sinceramente. Más bien debe tratarse de la pereza de no rodar de segundas las mismas escenas tras el abandono del rodaje de una de ellas...

Por lo demás, la cinta cuenta el encuentro de unos personajes en el mismo coche del tren Sevilla-Madrid, que contemplan cómo uno de ellos arroja un cubo de agua sobre una bellísima mujer que lo reclama desde el andén. Tamaño episodio hace que el mismo (interpretado por el siempre eficaz Fernando Rey) narre la tormentosa relación de hombre maduro utilizado y exprimido por una joven bellísima que precede a esa situación, desde una perspectiva ciertamente machista hasta niveles épicos, y a través de Sevilla y París como respectivos privilegiados telones de fondo.

El fenómeno terrorista se va entrecruzando con la historia principal, sin saber muy bien qué sentido tiene ni a dónde conduce dicho atajo ni con qué finalidad concreta. Bastante más orientación presenta el reflejo que acertadamente muestra de la religión como forma atávica de esclavitud voluntaria.

Y es que algo separa a Buñuel de mí de forma irremediable, insisto, quizás porque yo también sea el mismo “perro andaluz” que Lorca.

Morbosa y libre adaptación al cine por parte de Luis Buñuel de la novela "La Mujer y El Pelele" de Pierre Louys.

Llama la atención la insólita decisión de Buñuel de utilizar a dos actrices (una sensual y ardorosa Ángela Molina, y una fina y gélida Carole Bouquet) para interpretar un mismo papel, consiguiendo con ello un original y buscado contraste físico y psicológico que enriquece sobremanera al personaje de Conchita.

Esta notable comedia negra supone el brillante testamento cinematográfico de un maestro único e incomparable que pone punto y final a su valioso legado artístico con esta joya surrealista sobre la incompetencia del hombre para liberarse de los deseos sexuales que lo dominan y lo empequeñecen hasta convertirlo en un patético títere, sobre las relaciones entre hombre y mujer basadas en la dualidad magnetismo/rechazo, sobre la obsesión amorosa y sexual, sobre el fetichismo, sobre el masoquismo emocional, sobre la frivolidad de la vida burguesa y sobre las diferencias económicas y de clase.

El grandísimo Fernando Rey, con esa elegante presencia y ese porte tan señorial que lo caracterizaban, está tan absolutamente inconmensurable como siempre protagonizando esta imprescindible película poblada de simbolismo y de las habituales obsesiones características del genio calandino. 

La última película de Buñuel es el cierre a una carrera, desarrollada esta en tres países, Francia, España, México, en las tres siendo diferentes las formas pero manteniéndose fiel a sus obsesiones.

Ese oscuro objeto del deseo, esta basada en la novela La dama y el pelele.

Para mi es su mejor película de la etapa francesa.
Su trama: la guerra de los sexos llevada con suma inteligencia.

En si el mensaje de la película es como en la mayoría de sus films la intolerancia, del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia el hombre.

En lo referente al título de la crítica es un cierre, ya que como en su primera película, Buñuel vuelve a mostrarnos la falta de comunicación entre el hombre y la mujer, el juego de poderes.
Toma de su etapa mexicana ciertos guiños al melodrama, la chica pobre, que hasta llega a ser sirvienta.
Y la estética de su la etapa francesa.

ESE OSCURO OBJETO DEL DESEO
He aquí otra gran película de Buñuel, tan incomprendido he utilizado por facciones políticas, siempre se ha oído que Buñuel se exilo a México, pero nadie decía que el, voluntariamente, se fue a vivir a dicho país solo por su amor al arte, allí sencillamente se sentía aceptado en su forma de expresarse, mientras que en España sencillamente no era aceptado ya que el surrealismo no era entendido por la sociedad de entonces, aun hoy en la sociedad actual no se entiende su cine ya que muchos se enorgullecen al decir que Buñuel era un camarada, cosa totalmente que demuestra el poco conocimiento que se puede tener sobre su obra, solo hace falta hacer un visionado de sus películas; ``Ese oscuro objeto del deseo´´ y ``El fantasma de la libertad´´ para darse cuenta.
El no aceptaba el orden artificial de la sociedad, construido solo por unos pocos, él pensaba y llega a demostrar en sus películas que las cosas podrían ser de otra forma y tendrían el mismo sentido. También demuestra que el problema es nuestra mente; que no acepta lo desconocido, solo entiende lo que nos resulta familiar. Sencillamente no aceptamos mirar mas allá de lo que conocemos, demuestra que la mayoría somos animales y nos dejamos llevar por los instintos más profundos y salvajes.
Quien diga que Buñuel era comunista; una de dos o no ha visto sus películas o sencillamente repite como un loro lo que le han contado. El gran Dalí le etiquetó de comunista, he ahí el motivo de la ruptura de su amistad.
En ``Ese oscuro objeto del deseo´´, realiza una crítica a la figura de la mujer, que nunca había visto en el cine, Buñuel sencillamente no se corta, sencillamente expresa lo que piensa y lo expresa de una forma que el espectador tiene que entender ya que las películas de este director no simplemente se ven, sino que hay que entenderlas. Pienso que la mujer que vea esta película y la llegue a entender se sentirá muy ofendida.

Una larga y cara aventura de un sesentón con mucha pasta y una jovencita mocita. La historia discurre entre Sevilla, París y Madrid. Aunque todo lo va contando Fernando Rey desde un vagón del tren Sevilla-Madrid. Simplemente que la moza se resiste constantemente a ser desflorada.