Morbosa y libre adaptación al cine por parte de Luis Buñuel de la novela "La Mujer y El Pelele" de Pierre Louys.

Llama la atención la insólita decisión de Buñuel de utilizar a dos actrices (una sensual y ardorosa Ángela Molina, y una fina y gélida Carole Bouquet) para interpretar un mismo papel, consiguiendo con ello un original y buscado contraste físico y psicológico que enriquece sobremanera al personaje de Conchita.

Esta notable comedia negra supone el brillante testamento cinematográfico de un maestro único e incomparable que pone punto y final a su valioso legado artístico con esta joya surrealista sobre la incompetencia del hombre para liberarse de los deseos sexuales que lo dominan y lo empequeñecen hasta convertirlo en un patético títere, sobre las relaciones entre hombre y mujer basadas en la dualidad magnetismo/rechazo, sobre la obsesión amorosa y sexual, sobre el fetichismo, sobre el masoquismo emocional, sobre la frivolidad de la vida burguesa y sobre las diferencias económicas y de clase.

El grandísimo Fernando Rey, con esa elegante presencia y ese porte tan señorial que lo caracterizaban, está tan absolutamente inconmensurable como siempre protagonizando esta imprescindible película poblada de simbolismo y de las habituales obsesiones características del genio calandino.