¡Qué guapa soy!

Centrada en una protagonista con autoestima baja debido a su sobrepeso que pasa a verse hermosa y confiada tras un golpe en la cabeza. Cine atp del formato de "amor ciego" o "quisiera ser grande". Una comedia ligera que provoca algunas risas y aporta el positivo mensaje de enfocarnos en nuestra actitud y no en nuestra apariencia. Ideal para verla en familia un domingo por la tarde.

Hay ciertos artistas que pierden toda su razón de ser, fuera de sus fronteras, y el caso que nos ocupa es uno de los mas evidentes, maldita sea la gracia que aquí por estos lares le encontramos nosotros a la tal AMY SCHUMER, no solo en esta película sino en otras de similares bondades cinematográficas.
Sin pies ni cabeza, una sucesión de tonterías una tras otra, y ojo que esta chica sale en todos y cada uno de los fotogramas de esta mala comedia, con lo cual si eres de los que no se van a reir con este tipo de gracietas insoportables, mejor no pierdas el tiempo en ver este sinsentido, un autentico cero a la izquierda.

Una película medianamente inteligente, que me hizo sonreír un par de veces; ya es suficiente, para ser una comedia meinstrín.

Por lo demás, el mensaje, aunque edificante, es aceptable para estos tiempos; salen chicos y chicas muy monas y elegantes (entre ellas, Noami Campbell y la venerable Lauren Hutton); Ms. Schumer representa bien su papel; y no hay salidas de tono.

Así que puedes verla, estimado filmaffinitista.

Comedia de las de ahora con lo que el mundo del cine actual entiende como “enfoque de género” que básicamente consiste en poner a una o varias chicas/señoras a hacer un humor de sal gruesa que tradicionalmente estaba reservado a chichos/señores. Dentro de este género hay diferentes variedades y “Que guapa soy” es de las protagonizadas por una chica con un físico fuera de los cánones – no es especialmente guapa sin ser fea, ni tiene lo que se conoce vulgarmente como un cuerpazo sin estar gorda- pero que no tiene complejo alguno para decirle cualquier cosa a cualquiera, reírse de todos empezando por ella misma.

Es un género con, para mí, gracia discutible y a falta de una mejor definición se me antoja como ‘humor suicida de racimo’- y viene consistiendo en que al protagonista se le coloca en una situación apurada y empieza a decir cosas atropelladamente riéndose al principio de sí mismo y terminando en una explosión de mala leche hacia todo lo que le rodea. Se ve mejor con un ejemplo – inventado-. Supongamos que la protagonista con sobrepeso se presenta en una fiesta elegante de gente adinerada pero se ha confundido y llega con un vestido supersugerente y fuera de lugar porque le habían dicho que era una fiesta de disfraces. Un estilo de humor contenido dejaría que la comicidad de la situación hiciera su efecto poco a poco, sin forzar, ya que la propia situación es divertida y, como climax, el típico chascarrillo sobre los melones y la fruta de temporada. En cambio, el paradigma de comedia actual exige que sobre el/la protagonista recaiga el foco permanente, por lo que no dejará de dar voces y tropezar para hacer todo el ridículo posible (la parte suicida) a la vez que tiene conversaciones llenas de puyas hacia el resto de asistentes que serán, apropiadamente, snobs estirados a los que tachará generalizando como especuladores (la parte racimo) que se aprovechan de la gente humilde.

Y todo con una absoluta falta de diálogo interior, otra marca típica de estas comedias de hoy en día. Todo, absolutamente todo lo que pasa por la cabeza, sale por la boca, generalmente ridiculizando a la persona con la que mantiene un diálogo o a sí misma. El modelo exige que el actor que da la réplica no se mosqueará ni soltará una hostia, aceptando la puya con indiferencia.

Así las cosas, todo hay que decirlo, “Que guapa soy” cuenta una historia. Lo comento porque el noventa y cinco por ciento de esta clase de comedias no tienen historia, son un conjunto de gags y sketches pegados con brocha gorda hasta rellenar el metraje acordado con la productora. La de Amy Schumer es una historia simple y no creíble, una variante de algo ya visto, con un desarrollo y un final archiprevisibles, pero oye, al menos hay un trabajo. Y digan lo que digan, los chistes que forman parte de una estructura suelen tener un plus de éxito. No es recomendable verla en familia, porque hay ciertas edades por debajo de los 12 años para las que los contenidos no son apropiados y por encima de los 60 el estilo de humor es desconcertante, pero como autoconsumo no está mal.

En la linea de las últimas películas de Amy Schumer pero, no tan fina.

Despunta esta trama que intenta hacer frente a los problemas sobre la cuestión idealizada de los cánones de belleza actuales. Comedia gamberra, me recuerda a "Amor ciego" y entretiene pero no convence.

Llena de los típicos clichés y de un humor simple que no equipara a la fuerza del trasfondo de la cinta.