En la playa de Chesil

Es una pena que el director, no se dé cuenta que sobra la parte del futuro entera. Es una película tan encantadoramente sensible que hasta las cosas malas te dan igual. Como logra transmitirte ese momento en el que antes los recién casados lo pasaban tan mal cuando estaban así educados. La película va creciendo y creciendo y ves como una pareja, se cabrea porque todavía no sabe cómo solucionar sus problemas, pero quieren hacerlo. Aunque al final, el no saber nos lleve a cometer esos grandes errores. Pero mayor error es terminar la película así. La película terminaba en la playa.

Que bien están todos los actores. Especialmente los dos protagonistas. Como se compenetran. Ella es una maravilla pero el, se une a ella y hacen un dúo increíble.

Tiene una iluminación que sin ser muy buena, al menos si logra transmitir. Te mete en ese momento y ayuda mucho a la película.

El director, que no ve que le sobra un trozo que hace que decaiga la película. Me gusta mucho como rueda las escenas en la casa del protagonista. Son las mejor rodadas, coloca la cámara muy bien, la usa para narrar. En el resto sin embargo, se le olvida esa parte y la coloca bastante mal. Pero tiene una sensibilidad estupenda y la usa para atraparnos.

Ver películas así, es un placer

Película lenta en su principio. Si aguantas hasta la mitad puede empezar a gustarte.
El problema desde mi punto de vista para no ser una película más redonda es el guion

Saoirse, eres muy buena. McEwan, eres un plasta pretencioso -¿debo lavarme la boca con jabón?
Y esa es el realidad toda mi crítica.

Pero los moderadores no la aceptarían tan breve, así que la amplificaré. Ms Ronan construye un personaje poderoso y su construcción es lo único que hace soportables los dos primeros tercios de la película, reiterativos, absurdos y pretenciosamente esteticistas. En el último tercio ella desaparece y aparece el interés dramático.

No recomiendo la película; lo siento.

Sensible, fiel al libro, excelentemente bien interpretada, cuidadísima ambientación y profundo mensaje que habla de la necesidad de conjugar amor y paciencia. Una finísima y delicada obra de arte. Imprescindible.

Siempre que voy a ver una película basada en un libro que he leído, me planteo la pregunta: ¿me gustará tanto como el libro, más o menos?. En este caso, como el autor de la novela, Ian McEwan, es quien escribió el guión, la respuesta estuvo casi garantizada y efectivamente la película me gustó tanto como el libro. El profundo y conmovedor relato escrito, fue muy bien reflejado por el film, mediante muy buenas actuaciones, desde los primeros actores hasta los de menor participación, una hermosa fotografía, una excelente ambientación y unos diálogos perfectamente ensamblados con la representación escénica. Mi única crítica es lo poco logrado del maquillaje para el envejecimiento de Billy Howle, en contraste con la naturalidad del efecto en el caso de Saoirse Ronan y tal vez un excesivo fraccionamiento de las escenas presentadas mediante el recurso de "flash-back".
La historia sobre dos jóvenes profundamente enamorados, pero ignorantes e inexpertos en cuanto a la manera de prodigarse su amor a traves de la relación sexual, que se desarrolla en la década del '60, puede considerarse superada en la actualidad si se atribuye solamente a la dificultad mencionada el desequilibrio de la pareja luego de su noche de bodas. Sin embargo, al fracaso de la relación contribuyeron también varios factores que actualmente siguen condicionando la convivencia de las parejas, de las familias y de la humanidad entera. En este caso los protagonistas fueron afectados por los prejuicios sobre las diferencias de clase social entre ambos, la soberbia de la joven que le hizo minimizar la importancia de las dudas que se le suscitaron antes del casamiento, el orgullo de Edward que le impidió argumentar ante una propuesta de Florence que le parece disparatada, y, por sobre todo, la negativa de ambos a escucharse y darse tiempo para solucionar sus problemas entre sí o con la ayuda necesaria. El final duele y vale la pena reflexionar acreca de cómo podría haberse evitado.