La vida padre

La trama me ha recordado demasiado a Ratatouille, solo que quitas al ratón y pones a un padre con problemas mentales debido a un evento traumático. El padre todavía cree que esta en 1990 por lo que la mayoría de los chistes de la película serán los conflictos que genera este choque temporal con las nuevas costumbres, tecnologías… El resto es bastante predecible. No es un suspendo porque logra entretenerte, pero no tiene nada que la haga sobresalir o destacar.

Simpática comedia que busca ser un divertimento y lo consigue.
Tiene como mejor aval la presencia de buenos intérpretes, con el protagonismo siempre volcánico, vital, del gran Karra Elejalde, acompañado esta vez por el "serio" Enric Auquer, que en la comedia también sale bien parado.
La película se sigue sin problemas, teniendo gags visuales y sobre todo verbales felices en su eficacia, sacando sin esfuerzo la sonrisa del espectador y algunas veces la carcajada.
El guión, la verdad es que, a pesar de ser del siempre competente Joaquín Oristrell, a veces se estanca y en ocasiones carece de fuerza, como el final, que es bastante soso.
Pero es entretenida en todo momento, chispeante en ocasiones, tierna en un buen número de escenas donde el amor y cariño paterno-filial está por encima de todas las cosas y el ritmo no decae.
Así que se disfruta aunque al fin y a la postre resulte no difícilmente olvidable. Y es que no tiene nada especial ni relevante pero el todo es funcional y hace pasar un rato bastante ameno.

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LA VIDA PADRE está dirigida por Joaquín Mazón y tiene a Karra Elejalde como principal atractivo. Él era un famoso cocinero que cayó en desgracia y, debido a ello, se tiró por un puente. Sin embargo, la suerte hizo que no falleciera, pero el golpe lo dejó anclado en los años 90. Treinta años después, vuelve a Bilbao y será su hijo, un dos estrellas Michelín, quien dará con él y tratará de sonsacarle la receta de un plato con erizo que necesita para la tercera estrella. Una serie tras otra de gags entremezclados con drama familiar que no acaba de funcionar del todo, pues le falta punch en ambas.

Y es que Karra Elejalde parece estar algo desaprovechado en su vis cómica, además de que el filme tiene altibajos que la hacen algo aburrida en algunas partes. La relación entre padre e hijo y los gags sobre la memoria podrían estar más explotados, en detrimento de un drama que parece no convencer. La película empieza bien, pero acaba cayendo en clichés y en todo momento el espectador se espera lo que va a suceder, por lo que todo se torna predecible. Es como si diera vueltas alrededor de un mismo círculo y en ningún momento cambiara de rumbo.

En definitiva, LA VIDA PADRE es una comedia española más que no sorprende por sus giros de guion pero puede ser interesante para descubrir la enfermedad de Korsakoff. Por lo demás, siempre es un placer ver a Karra Elejalde en acción, puesto que de no estar él el filme sería menos funcional de lo que es. Si os van las comedias españolas, esta es la vuestra, pero no la mejor.

Joaquín Mazón es el chef que presenta esta receta llamada 'La vida padre' donde los ingredientes principales son Karra Elejalde, un ingrediente casi siempre infalible y que aporta salsa donde aparezca; Enric Auquer, a quien solo vi en 'A quien hierro mata' y el ingrediente que hace que los otros dos ingredientes tengan un nexo de unión como es Megan Montaner, de quien no he visto, salvo esto, sus trabajos a pesar de su fama cada vez más en ascenso.

Referencias culinarias aparte, estamos ante una película terriblemente desaprovechada.

'La vida padre' es una propuesta que pretende mezclar comedia y drama; en la realidad se queda con una comedia poco efectiva salvo algunas secuencias sueltas como el desfase de la residencia y un drama que se queda en la superficie cuando podría haber sacado escenas un poco más lacrimógenas, a pesar de que lo intenta con todas sus ganas. Simplemente, no es capaz de llegar al corazón.

Su elenco es quien consigue dar esa fuerza al guion para que no sea un desastre. Especialmente, una vez más, hay que destacar a Karra Elejalde a quien desde 'Ocho apellidos vascos' le están sacando provecho y aporta mucho talento y carisma cuando hace acto de presencia. Es por él mayormente que el largometraje consigue mantenerse a flote.

En resumidas cuentas, no es una película ni de reír mucho ni de llorar mucho. No sabe que camino tirar y se queda a mitad de camino de una y otra sin coger buenas dosis de ambas facetas. Es una lástima porque aquí había potencial para haber producido algo bastante mejor.

Un hermoso coctel de ingredientes para una excelente comedia con dos actores de primerísimo nivel como Karra Elejalde y Enric Auquer, una obra que explica pocas cosas pero da a entender muchas otras, dándole ternura y emoción a una historia no tan simple como parece, una historia de amor entre padre e hijo.-