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Foxfire: Confesiones de una banda de chicas

Drama Año 1955. En una pequeña ciudad obrera en Estados Unidos, al norte de Nueva York, un grupo de chicas adolescentes forma una sociedad secreta femenina, a la que denominan "Foxfire", y hacen un pacto que debe durar para siempre: vivir según sus reglas y sus leyes, pase lo que pase. Pero la libertad siempre tiene un precio... (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
9 de julio de 2014
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La adolescencia es la edad del idealismo y también el momento para cometer las mayores locuras. Y si no, que se lo pregunten a Maddy, cronista oficial de Foxfire, que recuerda el tiempo en que se formó dicha hermandad de sangre, y también los derroteros de quienes trataban de vivir según sus propias reglas y luchaban contra el machismo de un barrio obrero neoyorquino de los años cincuenta. Al frente está Legs, líder y alma indiscutible de la sociedad secreta femenina que aplica toda su inteligencia y pasión al enfrentarse a las fuerzas burguesas y capitalistas. Junto a ellas, un grupo de chicas juran fidelidad hasta la muerte y sellan su pacto con el tatuaje de una pequeña llama en el hombro. Humillaciones, venganzas y sueños de adolescentes que no aceptaban una sociedad hipócrita y sexista, pero que desconocían la naturaleza de las cosas... y a quienes Laurent Cantet permite poner el grito en el cielo en "Foxfire: Confesiones de una banda de chicas".

Sin duda, la utopía adolescente impregna cada una de las escenas de la película, que mira con tono nostálgico aquellos locos años y que contempla el candor y arrojo de sus jóvenes heroínas. El punto de partida de todas es el desencanto y la indignación que sufren en el ámbito familiar, local o escolar... y el punto de llegada de cada una resulta diverso porque en unas se impone el corazón y los afectos, en otras la razón y la sensatez, y en alguna la fuerza de un destino en que la soledad se oculta bajo el ruido de la revolución. En la cinta, el director de "La clase" nos entrega recuerdos filtrados por los ojos juiciosos de Maddy, observadora perspicaz del grupo que se debate entre la promesa hecha a su amiga Legs y lo que el sentido común le dicta, y que con su voz en off nos invita a asistir a unos sueños de igualdad y auto-afirmación, y también a la maduración de unas jóvenes que aprendieron a construir sus vidas en el ejercicio de la libertad.

Una estructura clásica con prólogo y epílogo para centrarse en el momento álgido de la banda, una puesta en escena equilibrada entre la mesura y el desgarro emocional que se sirve del dinamismo de la cámara al hombro, y un gran guión con buen ritmo y diálogos que oscilan del desparpajo de esas chicas de clase obrera y la compostura de aquellas otras de respetable posición. Encontramos también un buen trabajo de atrezzo, pero sobre todos unas excelentes interpretaciones del reparto femenino (gran mérito de Cantet en su dirección), especialmente de la pareja protagonista a la que dan vida Katie Coseni -Concha de Plata en el festival de San Sebastián de 2012- y Raven Adamson. Su frescura y naturalidad se acompañan de unos caracteres tan distintos como sus reacciones, y el camino que una noche emprendieron juntas se bifurca con los años y queda en un recuerdo de adolescencia.

Película intensa y sincera, aunque algo maniquea y esquemática en el retrato de personajes... lo que se entiende por su condición adolescente y de rebeldía contra las estructuras. Es cierto que podrían haber evolucionado más y mejor, pero es justamente el personaje de Katie Coseni quien les da profundidad por su mirada desde el futuro, y quien apunta un sentido crítico hacia esa actitud de anarquía y autogestión. Ella recuerda aquellas locuras adolescentes, un poco desde la distancia de quien no se reconoce pero también con la añoranza de un tiempo de sueños e ideales.
La mirada de Ulises
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2 de diciembre de 2014
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La prolífica escritora Joyce Carol Oates, de 76 años en la actualidad, empezó sus relatos con una máquina de escribir regalo de su abuela , cuando contaba 14 años, es decir en el 52, época en que transcurre esta adaptación de su novela del 93. El personaje de Muddy, también tiene esa edad cuando con otra vieja máquina se convierte en cronista de las "Foxfire", una banda de chicas preadolescentes que han sufrido diferentes abusos y desarraigos familiares en una sociedad donde la felicidad y el confort de una américa impulsada por el desarrollo una vez ganada la contienda mundial, va de la mano de un machismo y una desigualdad social a la altura de su potencia industrial.
Ya hubo una película que tomaba como base la novela de Oates (Foxfire / 1.996 / Anette Haywood-Carter) protagonizada por una veinteañera Angelina Jolie. Al igual que esta tampoco supo mojarse lo suficiente para trasladar a la pantalla la violencia y el desgarro que propone la autora de la novela.
El tibio repaso que hace Cantet, presentándonos a las miembros de la futura banda es tan light que no entendemos como pueden atreverse a dar el paso de emanciparse y rebelarse contra la sociedad en el grado que lo hacen.
El joven reparto voluntarioso de actrices jóvenes no van más allá del estereotipo y su perfil psicológico apenas se esboza cuando no se ignora. La cosa va tirando a impulsos deslabazados y nunca acabamos de empatizar con lo que pasa por la cabeza de estas chicas desarraigadas ni los lazos que las unen, por mucho que verbalicen que están muy unidas.
Canet acaba por perder el rumbo y se limita a filmar sucesos sin profundizar en sus causas. Y no será por falta de tiempo, dos horas y media daban para mucho más. La producción se esfuerza por aportar una imagen más real de esa américa tantas veces vista en la pantalla sin conseguir tampoco arrancarnos los estereotipos tan arraigados.
El texto merece otra adaptación con más "carne" para la pantalla. Directores y actrices jóvenes de talento sobran.
ELZIETE
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7 de febrero de 2017
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Esta película se desarrolla en un pueblo obrero de los Estados Unidos de Hamond, al norte de Nueva York, año 1955. En este contexto, un grupo de jóvenes adolescentes se constituye en una sociedad secreta exclusiva de chicas, a la que ponen el nombre de "Foxfire" (Puro fuego). Entre ellas hacen el pacto de vivir según sus reglas y sus leyes, pase lo que pase, bajo juramento y posterior tatuado. Es un pacto para siempre, de fraternidad feminista y militancia en la subversión. Pero con el tiempo se darán cuenta de que la libertad y los principios que se propusieron, tienen necesariamente un coste importante.
Es una película que tiene trazas de documental, donde se expone la vida machista de los cincuenta, que incluye también posiciones conservadoras y anticomunistas en una burguesía pujante de la América profunda que se sabe vencedora en las Grandes Guerras, “versus” la marginalidad de las mujeres y de las adolescentes en particular de la pequeña ciudad en la que se desarrolla la historia.
Película dirigida por el francés Laurent Cantet, con guión del propio Cantet y Robin Campillo basado en la novela homónima de Joyce Carol Oates. Acompaña muy bien la música original del grupo canadiense de folk Timber Timbre que le da una extraña atmósfera, entre la desolación y la esperanza; y además incorpora temas de éxito de aquella época de manera muy apropiada (p.e. “que será será”, y otras que van del rock al pop o el blues, etc.). La fotografía es excelente, a cargo del director de fotografía Pierre Milon, donde hay dos cámaras -así se rodaron las secuencias de grupo-, lo que evita el convencionalismo del plano-contraplano. Además consigue, entre otros, hacer que el film no pierda su estilo documental. El diseño de producción y la puesta en escena está genial, recreando los años cincuenta hasta en los mínimos detalles: vestuario, peluquería, autos, urbanismo, comercios, etc.
El reparto es muy bueno con interpretaciones como la de Raven Adamson, Katie Coseni (Concha de Plata a la mejor actriz en San Sebastián), Claire Mazerolle, Rachael Nyhuus o Paige Moyles entre otras.
A mí la película me ha gustado, me ha mantenido la atención todo el tiempo, mirando e interiorizándome de una época ya lejana –pero no tanto-, época muy interesante, en los EE.UU. en particular, cuando el imperio USA se consolida, el anticomunismo campa por sus respetos, las posiciones conservadoras triunfan, donde impera el racismo –incluso para las propias rebeldes jóvenes de Foxfire-, y donde las mujeres aún eran tenidas en cuenta sobre todo en función de su utilidad doméstica o sexual.
Esta película, provoca sentimientos encontrados, complejas sensaciones y reflexiones singulares.
Kikivall
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25 de abril de 2017
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El argumento me llamaba la atención y me parecía interesante hasta que pasadas tres cuartas partes de las casi 2 horas y media que dura se vuelve un poco surrealista y da la sensación que inacabada. Una lástima porque pintaba bien.
kakalito
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