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Amor en su punto

Romance. Comedia Oliver (Richard Coyle) es un conocido periodista gastronómico de Dublín en plena crisis sentimental. A pesar de que su columna sobre el buen comer y la búsqueda del alma gemela es un éxito en Irlanda, su vida amorosa es un desastre: todas sus relaciones acaban en fracaso. Cuando su última pareja lo abandona, conoce a Bibiana (Leonor Watling), una comisaria de arte española por la que Oliver se siente atraído desde el primer momento, a ... [+]
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
26 de enero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cierto modo, “Amor en su punto” se aprovecha del tirón de esos talent-shows de cocina que se han puesto de moda desde hace algunos años que han elevado la necesidad vital de alimentarnos casi a la categoría de arte. Hace veinte años, donde en TV te enseñaban a hacer la comida tradicional de la abuela, una película (o, en general, un programa) que hablara de comida en los términos mitad místicos, mitad científicos que se emplean ahora mismo, sería considerada un insulto snob. Pero las cosas cambian, los gustos también y las modas van y vienen. Y ahora que parece que todo el mundo sabe de reducciones, sifones y costrificaciones, es normal buscar la forma de integrarlos en las tramas.

Así que tenemos una peculiar comedia de fusión romántico-gastronómica en la que los habituales tópicos amorosos, emplatados con contextos culinarios y aliñados con conversaciones y escenas que orbitan en torno a conceptos alimentarios, alcanzan un plus de interés como para resultar apetitosos y despertar ciertas ganas de catarlos. Luego saben a lo mismo de siempre, quizá con alguna especie de moda (cilantro, algas o lo que sea), pero bueno, no están del todo mal y matan el gusanillo.

En lo cinematográfico, la película discurre con poca brillantez pero sí cierta competencia. Ni muy bien, ni muy mal, pero avanza. Con esa agradable naturalidad que rehuye carcajadas y vergüenzas ajenas, pero con una irregularidad que alterna momentos que captan la atención con otros de puro relleno. El contraste en los miembros del casting es cuestionable, pero yo creo que acierta al colocar a actores españoles (Watling y García Millán) para matizar con su humor contenido el habitual desparrame gestual en el que se fundamenta la comedia irlandesa. Y como Dublín no es una ubicación que veamos (en España) en muchas películas, “Amor en su punto” también tiene ese punto de interés al acercarnos al modo de vida irlandés.
OsitoF
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11 de mayo de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosamente, esta primera incursión en el terreno no español por parte de los directores (y guionistas) Teresa Pelegrí y Dominic Harari da como resultado el que probablemente sea su mejor trabajo hasta la fecha. Tal vez sea por el cambio de aires, tal vez sea debido a una inesperada evolución creativa, Amor en su punto desprende simpatía y carece de la mayoría de tópicos y moralejas facilonas propios de la comedia romántica contemporánea; especialmente propia del cine español. Y es que, más interesados en la definición de sus personajes que en las situaciones cómicas, los directores describen eficazmente carácter y personalidad de los protagonistas de su relato, así como también una creíble evolución por su parte que no alberga lección ética alguna. Al mismo tiempo, las secuencias cómicas no representan ninguna gran novedad, pero tampoco resultan ofensivas en ningún sentindo y contribuyen notablemente en dinamizar el avance de los acontecimientos. Gracias a todo ello, Pelegrí y Harari logran un competente producto cómico ligero y divertido, que rechaza el romanticismo convencional dejando un muy buen sabor de boca en su conclusión.

Desde luego, no estamos ante ninguna obra maestra que reinvente los cánones de la comedia romántica. Pero sí estamos ante una eficaz historieta entretenida y muy bien perfilada, de aquellas que uno hecha en falta cuando no se tiene el día para determinado cine de cierta espesor. Dicho de otro modo, estamos ante una película que, aun reconociendo abiertamente que su único objetivo es entretener, sabe que ello no excusa el obligado esfuerzo de presentar cierta profundidad y coherencia en el carácter de los personajes. En gran parte gracias a la magnífica actuación de los actores Rychard Coyle y Leonor Watling, a lo largo del metraje disfrutamos de una entrañable exhibición de caracteres destinados a colisionar irremediablemente, cada uno con sus razones y ambos con sus virtudes y defectos. Se trata de personajes muy parecidos a los de la vida real, de estos que a ratos caen bien y a ratos caen mal, pero que siempre despiertan cierta identificación que nos permita empatizar con la posición de ambos. Por eso no resulta chocante que las situaciones con que se van encontrando parezcan llegar por causas naturales antes que por una voluntad moralista por parte de los guionistas.

Esta objetividad brinda a los guionistas la posibilidad de tocar de forma desenfadada temas apegados a cierta polémica, tales como el vegetarianismo o este contraste existente entre la cantidad de productos desperdiciados en ciertas recetas culinarias y la falta de alimentos que mata de hambre a medio mundo. Respecto a ello, la película se limita a exponer dos posicionamientos considerablemente opuestos, rechazando siempre el casarse con ninguno de ellos y usándolos únicamente como herramienta para señalar el enfrentamiento que nace entre los dos personajes protagonistas. Pues el film jamás pierde de vista su esencia de comedia romántica, a partir de lo cuál, todo elemento es usado como un medio para obtener un mejor resultado en este trabajo claramente genérico. Y dicha determinación se mantiene firme hasta el desenlace del relato, gracias a lo cual éste resulta convincente y muy bien resuelto; pues afortunadamente carece de cualquier tipo de endulcuramiento y logra este distintivo gusto agridulce tan propio en los desenlaces de la mayoría de las experiencias reales.

http://cinemaspotting.org/2014/05/11/amor-en-su-punto-teresa-pelegri-y-dominic-harari/
Martí
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11 de mayo de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómprate rosas, golosinas, una cocacola, un bocadillo..., lo que sea para entretenerte mientras miras la película porque ésta tiene tantos altibajos, tantos virajes chocantes que no sabes si decir que te ha gustado, que ha estado bien o menudo fraude, menudo potingue acabo de tragarme; porque para ser una película donde se habla tanto de comida y de gusto aromático, de exquisitas delicias culinarias, ésta tiene tan poca gracia y chispa, tan pobre sabor que se olvidaron de codimentarla como era debido, de crear una oferta gastronómica que sólo con su exquisitez olfativa despertara tu insaciable deseo de amor y romance; y, al menos, cuentas con Leonor Watling, un aire fresco y ligero que cubre las escenas magníficamente haciéndole un enorme favor a Richard Coyle siendo el toque digno que vale la pena. Nada más empezar, nada más sentarte a la mesa te das cuenta de que la película escogida no será para tanto, que el restaurante elegido no ha sido el mejor de la ciudad ni el más conveniente para disfrutar de una cena deliciosa pero, bueno, ya está tomada la decisión, vamos a ver qué sale; luego vienen las idas y venidas de platos tanto sosos y torpes como decentes y gustosos, un menú destartalado y flojo que no encuentra una continuidad satisfactoria, escenas tontas, débiles y de poca credibilidad que se intercalan con otras de mayor calado emocional aunque, te consuelas porque sabes que el remate de un gran postre, un delicioso último plato final puede decantar tu opinión hacia babor o estribor, salir con una suplente sonrisa que compense todo el visionado o con cara de incredulidad por un acabado final tan torpe y esquivo como todo lo demás; adivina hacia dónde se decanta la bola, el resultado de la encrucijada! Un argumento que sólo tiene algunas partes motivantes, trozos exiguos cuyo engranaje no rueda como debería no satisface, no contenta la torpeza del propio guión, el tropiezo de un escrito que no queriendo seguir la estela prototipo de una comedia romántica melosa y empalagosa ofrece una fingida madurez que nunca alcanza del todo, pretendida mayoría de edad que no eclosiona pues querer alcanzar las tres estrellas Michelín cuando cuentas con ingredientes poco concluyentes y escasa imaginación para combinarlos es meterte en un berenjenal del que es imposible salir contento. Porque, si como dice el protagonista, el amor es como las palomitas que te compras en el cine que mientras dura la película devoras a tutiplén, a manos grandes y boca llena que no aprecia su sabor ni valora su contenido hasta que tus dedos tocan el fondo del bol y se dan cuenta de que no queda ninguna y entonces extrañas su compañía, lamentas su fin y te das cuenta de lo poco que apreciabas lo rápidamente perdido..., cómprate el tamaño grande y asegúrate de que termine antes la película que la fantástica compañía de unas buenas y pringosas palomitas dulces -o saladas, según sea tu gusto-; por suerte sólo son 87 minutos de largometraje, si te concentras y esfuerzas..., es posible conseguirlo!!!

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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18 de mayo de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi enhorabuena a los productores/directores por la maravillosa idea de reflejar en este film un homenaje póstumo a Paco de Lucia con su obra maestra "Entre dos aguas", que suena durante un minuto aproximadamente. Referente al film es entretenido sin ninguna especificación extraordinaria que reflejar, excepto el maravilloso trabajo de Leonor Watling como actriz principal. Aprobado con un 5 sobre 10. Eduardo
Cinefilomania
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26 de mayo de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, aquí estoy yo, de nuevo, para hablar de una comedia romántica. Y nunca, la mezcla de esos dos ingredientes, dejo de ser explosiva. La que hoy nos ocupa atiende al título de "Amor en su punto", nombre que deja pocas dudas en el horizonte. Película hispano-irlandesa que trata sobre... ¿sobre qué trata? Una pareja en la que cada miembro es lo opuesto al otro, la comida como telón de fondo, búsqueda de identidades en el amor y en la vida, y ciertamente poco más. El resto son gags con poca o ninguna gracia y una levísima critica a los estereotipos culturales. Ciertamente "Amor en su punto" me ha parecido una película muy simple, tanto que he intentado rebuscar para ver si había algún doble fondo oculto, y nada. Todo es tan sencillo como el mecanismo de un lápiz. Y, ante eso, poco puedo hacer.
"Amor en su punto" es un pasatiempo que se ve con el piloto automático encendido. No aporta nada. Al final, el esfuerzo de sus dos protagonistas se presupone un esfuerzo inútil ante un producto con tan poco gancho. Lo unico que realmente merece la pena del film, y que a la postre le sube ligeramente la nota final, es su desenlace. Me he alegrado un montón cuando he visto que no optaban por el clásico desenlace facilón de toda comedia romántica que se precie. Aquí el punto y final tiene más aristas que el argumento del film en sí.
Si "Amor en su punto" hubiera sido más proclive a la hora de mostrar lugares famosos de Irlanda y monumentos, podría haber pasado perfectamente por una de esas películas que tanto le gusta hacer últimamente a Woody Allen bajo el título de "Amor en Irlanda" o algo parecido. Afortunadamente (o no) no lo es.
Isaac Paskual
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