Stockholm

El film se basa sobre una situación de un viernes o un sábado por la noche, en cualquier ciudad, en un local de fiestas cualquiera.
Copa de alcohol, chico conoce chica, chica que le parece pesado y el chico que insiste haciéndose el gracioso para conseguir sus fines,chica que al final le acaba gustando.
Bien, ahora vayamos a la parte importante.
Cuando haces estas cosas, egoístamente, tendemos a pensar en nuestro miembro, y no en los sentimientos que puedes herir o matar de muerte. Lo digo porque yo he actuado alguna vez igual.
Esta película debería ser obligada para concienciar almas que con actuaciones propias haces que otras personas puedan llegar a situaciones trágicas.
Una dosis de realidad que te hace llegar a reflexionar actitudes.
Buen papel de los dos únicos actores, excelente dirección y trabajo de los cámaras.

Lo mejor= El Madrid y sus calles en ambiente lluvioso nocturno que te hace recordar momentos y que queda reflejado en pantalla, el guión perfecto, y el no perderse en la película la hacen grande.

Lo peor= Poco, pero quizás el no verse el polvo y que se te hace corta, aunque en realidad tampoco habría mucho mas que añadir.

Stockholm fue probablemente la gran revelación del cine español durante el año 2013, una cinta sorprendente, de escasos recursos pero elaborada con mucho talento que, como mínimo, cumple el tópico de señalar que es una de esas películas que no te dejará indiferente. Sus bruscos cambios, sus sorpresas inesperadas surgidas de lo más sencillo, son una ráfaga de viento fresco en el panorama del cine español.

Y es que Rodrigo Sorogoyen tenía mucho que decir… literalmente. Stockholm es una película de diálogos en tres partes, donde se dice mucho pero apenas se cuenta nada. Las pistas de lo que ocurre realmente se dan de forma sutil y en realidad el concepto que cada uno tenga de la historia que se desarrolla puede tener muchas variantes ya que hay mucho de libre interpretación en esa trama tan enigmática y a la vez fabulosa.

Palabras, palabras y más palabras que fuerzan situaciones que te dejan extrañados, pero que entretienen y permiten evolucionar a los personajes. Las palabras, los extensos diálogos son el enorme McGuffin que utiliza Sorogoyen para despistarnos de una trama más compleja de lo que se muestra y que nos deja boquiabiertos con un final inesperado.

En principio Stockholm podría parecer algo extrema en sus ideas, poco verosímil, pero eso solo te sucederá cuando pienses a posteriori en la película, durante el metraje todas las propuestas parecen tener sentido. Es una trampa sí, parole, parole, parole (diría Mina Mazzini) pero a veces es mejor dejarse engatusar, dejarse seducir y esperar el resultado.

La propuesta guionística parece sencilla en un primer momento, chico conoce a chica ella en principio lo rechaza, pero ante la insistencia de él y el encanto que demuestra finalmente accede tras muchas idas y venidas (giros de guión basados exclusivamente en las palabras) a pasar la noche con él. A la mañana siguiente esa relación cambiará por completo.

Y por ahí pasa gran parte de la genialidad de esta película, ese punto de inflexión inesperado que supone el cambio radical de la perspectiva de los personajes. Esa evolución de los personajes hacia su contrario, esa quijotización progresiva y dramática de los personajes, son un logro sensacional para un guión desquiciante, pero interesantísimo que te será una enorme sorpresa para el espectador.

Esta trama basada exclusivamente en los dos personajes necesitaba de dos actores con capacidad de echarse a cuestas toda la película. Y se acierta tanto en él como en ella, los dos jóvenes, con poca experiencia pero muchas ganas hacen interpretaciones más que solventes en unos papeles nada fáciles y fundamentales para que la película salga a flote. Javier Pereira y Aura Garrido pasan con notable la interpretación de sus personajes (y sus antítesis) en situaciones muy diversas que van del amor, al odio, de la tristeza a la alegría de la tranquilidad a la desesperación.

Su interpretación llevó a ambos a obtener galardones por su trabajo en esta película. Mejor actriz Aura Garrido en el Festival de Málaga, mejor actor novel Javier Pereira en los premios Goya del cine español. Dos estatuillas que dan buena cuenta del buen nivel interpretativo de una cinta, joven, fresca, diferente, entretenida y que yo recomiendo encarecidamente.

http://www.viveiberoamerica.com/stockholm-palabras-palabras-palabras/
@Iberoamericavi

Peliculon de Sorogoyen. De una base tan simple, tan frecuente, tan cotidiana y tan real como lo es la fiesta y el ligoteo juvenil consigue una gran historia. Con unos personajes trabajados, perfectamente definidos, con unos tiempos muy marcados, un ritmo que no decae, un desarrollo de la trama medido al milímetro, unos diálogos a la altura y, en defenitiva, con un gran guión, nos da una de las mejores películas españolas del 2013 y una auténtica y gratísima sorpresa.

Stockholm pasó sin hacer ruido, hace casi 4 años ya, no viste ni verás su cartel en las marquesinas ni en los autobuses, no viste ni verás el tráiler una y otra y otra y otra vez en la televisión, pero bien sabe Dios que es cien mil millones de veces mejor que todas esas (fuertísimamente respaldadas por atresmedia o por quien fuera) que fueron auténticos taquillazos, que son conocidas por todo el mundo, con un tráiler que estaba hasta en la sopa, con premios, portadas, carteles, etc.

Stockholm no es una maravilla, pero es una muy buena película. No es una grandísima historia, pero es una historia que te atrapa. No es el descubrimiento del año, pero qué grata sorpresa. Javier Pereira no es ningún Brando, incluso a veces parece que le cuesta seguir con sus frases, pero lo miro y veo al típico pijo, chulo y ególatra que hace lo que sea por conseguir a su presa. Con Aura Garrido pasa tres cuartos de lo mismo, hay veces que parece que Sorogoyen estuvo a punto de cortar la escena porque la frase salía muy forzada, pero la miro y veo esa fragilidad, ese dolor, esa inseguridad y ese secreto a voces que ella guarda.

Muy recomendable.

Todo es spoiler.

Hay que reconocer que la inmensa mayoría de los espectadores (yo me incluyo como el primero de la lista) tienen poquísima imaginación y extensión de vista, así como una practicamente una imaginación que tiende a lo nulo. O eso, o tan absorbidos estamos viendo una película que no nos paramos ni por un instante a imaginar cómo podría llegar a desarrollarse la historia a continuación. De lo contrario, el número de sorprendidos sería algo menor.

En cualquier caso leo comentarios negativos hacia la primera mitad de la película y ya difiero. Que si es mamoneo del de siempre, ay mae lo insufrible que es, que qué desgracia pasé con esa parte y que no se puede transmitir con palabras... Pues a mí es la parte que más me ha gustado de la película. Bien es cierto que dicho periodo de metraje podría atender a la designación 'Intensiva guía en cinco pasos para ligar', pero para mí va más allá. Yo lo concibo como un despiadado asalto a todos los intentos frustrados de interacción íntima producidos en toda la historia. Minuto a minuto, la tensa y apasionada línea de acontecimientos retuercen las entrañas del vencido testigo al no cesar de caminar sobre la cuerda floja, el mayor de los ridículos, exponiéndose a un sinfín de situaciones incómodas y que en la realidad, supondrían un horrible final que anunciaría un estrepitoso fracaso en el intento de seducción. Pero esta película demuestra no conocer que es eso de que las primeras citas acaben sin saber como enmendar la situación ni qué decir, dejando que un atronador silencio sea el último cuplé de la sinfonía de lo que es un nuevo intento fallido. (¡El penoso bucle continúa!) Por muy adverso que sea el punto en el que se encuente la misión imposible, y en el momento más crucial, determinante y dolorosamente incómodo, en el que parece que todo va a acabar en nada, en un bochorno monumental, épico e histórico, es cuándo menos se rezaga la película y cuándo con más fuerza se lanza a morder, a atacar, a seguir asestando golpes sin piedad a esas cosas que se llaman sentimiento de vergüenza, inseguridad, timidez, desconcierto, complejo de inferioridad, silencios incómodos. ¡Oh, cuánto lo odiamos todos eso último sobre todo! La película tiene el don de ser imprevisible e ir cada vez más allá, de subir la puesta cada vez más y más, enseñando el fantasma del precipicio desde cada vez más cerca, de tal modo que el espectador se cerciore una y otra vez que esta no es una película romántica cualquiera en la que todo tiene que salir bien, y que cuándo ya parece que la calma reina, insurja la tempestad con una intensidad no registrada hasta ahora, rompiendo todas las escalas y todos los registros. Y el espectador, acongojado, sufre, es como una especie de tortura, ¿cuánto aguantará más el pobre tío antes de derrumbarse? Y ver su estoico aguante, sus nuevos y constantes tropiezos en la misma piedra (cagadas de OH DIOSS!, pero no una ni dos, sino tres y hasta cuatro veces; el sentimiento experimentado al ver eso en pantalla es equiparable a la sensación cuando caes en picado a mil por hora, -si es que se puede, -y a unos milímetros de estrellarte retomas el vuelo) y la indulgencia de la inaccesible dama que parece que será efímero, que le deja seguir intentántolo casi por compasión, le hacen compadecerse y enaltecer en su mente al pobre guerrero que está a punto de perecer en una batalla que desde el primer minuto se antojaba suicida. Pero la rendición ni siquiera se plantea por muy mal que estén las cosas y por mucho que ella lo rechace.. Qué sincero es, qué romántico, lo que hace por amor... ¡es impresionante e inaudito! Será la historia de amor más bonita que haya habido jamás, piensa. Pero en líneas generales, con puntuales y acertados picos de arrojo parece que la cosa pueda llegar a cuadrar. No es muy creíble, sobre todo cuando se produce lo INCREÍBLE, lo IRREAL, lo FANTÁSTICO. ¡Accede! Oh, y esa es la mayor paliza jamás atestada a los cortes de rollo. Histórica, pletórica, inigualable. Te imaginas adoptando un gesto de semisonrisa en tu rostro, apoderado por un aura encantadora y dirigiéndote a las mujeres más guapas que te vas encontrando a la salida de un pub diciéndoles con tono sereno, tranquilo e inquebrantable, sin mover un músculo de la cara que tu nombre es Bartolo. ¡Qué parte más perfecta! En fin.

Pero a la mañana siguiente se produce un repentino cambio de actitud, y es que el superromántico chico se vuelve borde y arisco. La permuta no tiene por qué significar algo malo, o suponer una automática pérdida de calidad en el filme, pero en este caso sí que lo ha sido. Porque hay formas y formas y la manera de Pereira no es nada sutil hasta el punto de no resultar nada creíble. Respetable es que sólo la haya querido para una noche y que seas un mentiroso embaucador como ninguno, pero es que esto es forzado, por la manera de la que se comporta. La brusquedad de su tono, por ejemplo a la hora de prohibirla fumar, o de manifestar su deseo de que abandonase la casa no lo he encontrado nada natural porque en estos casos se suele ser más directo. Cuando aquí daba la sensación de que por lo violento del cambio podría estar tratándose de un nuevo juego emprendido por el protagonista, en este caso algo macabro, y al resultar que no y no pasar de ser una simple retrato del día después, distancia dicha actitud del realismo porque has preferido pensar que se trata de cualquier otra cosa ya que tan poco real te parece. Por muy brusco que sea el giro, en una película que lo lleve realmente bien, en los matices psicológicos, en los pequeños detalles, te lo crees y aplaudes.

Bonito y sencillo drama español que nos cuenta la historia de dos jóvenes que se conocen una noche y el chico hace todo lo posible para que esa noche no acabe. Drama bien realizado, una dirección correcta y unas interpretaciones buenas , en especial destacar a Aura Garrido que nos muestra a una chica triste y dominada por la soledad, encerrada en si misma y con un pasado que no quiere desvelar pero que se nota que influye en ella de una manera clara. Película en líneas generales buenas, pocos personajes, pocos escenarios, pero muy buen guion, sencillo y previsible en algunos tramos , pero bueno que es de lo que se trata. La película nos cuenta una noche cualquiera en cualquier lugar en la que dos extraños se conocen, sin duda todos nos vemos reflejados en esta situación y a casi todos nos ha pasado alguna vez, eso hace mucho mas cercana la película. En líneas generales buena película y recomendable por su contenido y como no, por su desenlace.