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Innocent Moves (En busca de Bobby Fischer)

Drama Josh Waitzkin (Max Pomeranc) es un niño normal, pero también un prodigio del ajedrez. Tiene verdadera pasión por el ajedrez y quiere convertirse en un nuevo Bobby Fischer, su ídolo. Su padre (Joe Mantegna), un periodista deportivo, le apoya en todo, decidido a que su hijo se convierta en un futuro maestro. Para ello le asignan un entrenador de lo más frío, Bruce Pandolfini (Ben Kingsley), que le enseña las estrategias de Bobby Fischer. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
31 de diciembre de 2007
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película más que aceptable sobre lo que significa ganar y perder. Buenos actores bien ubicados en sus roles, con Ben Kingsley tomándose aun en serio su trabajo. Muy entretenida. No deja de ser una película "pequeña", pero compacta y sin pretensiones.

Por otra parte, mencionar a Steven Zaillian: director neutral y guionista excepcional, sobre todo en adaptaciones literias; que demuestra una vez más que cuando se trata de escribir; hilvana fino, muy fino. Es uno de los guionistas a perseguir en la actualidad. Garantía de calidad.
Travisloock
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22 de abril de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita película que sigue la historia real de un niño superdotado para el ajedrez mezclandola paralelamente con pequeños pasajes de la vida Bobby Fischer, el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos.
Génio y figura o visionario a un paso de la locura; Bobby Fischer puso en jaque a toda la diplomacia norteamericana y rusa con sus excentricidades, sus declararaciones y actuaciones dentro y fuera de los tableros.
"Enfant terrible",siempre politicamente incorrecto, de personalidad explosiva e inclasificable; es el padre del ajedrez moderno y su aparición marca un antes y un despues en la Historia de este grandísimo juego.
Hoy, simplemente, no se puede concebir el ajedrez profesional sin sus aportaciones...

Aunque el jugador sobre el que trata la película nunca será tan grande en los tableros como Fischer, si que sirve de ejemplo de la pasión y admiración del director hacia el mundo del ajedrez en general y a la figura de Fischer en particular.
Cualquier persona puede disfrutar esta película aunque no sepa nada del mundo de los 64 escaques porque toca además varios temas; como la problemática de los niños superdotados o los peligros del crecer antes de tiempo...
Un pedazo de drama con mayúsculas en el que brillan con luz propia casi todos los actores, especialmente Joe Mantegna y Ben Kingsley.
Ambos atrapados entre el dilema de intentar educar al chico de manera acorde a su juventud o inculcarle la ambición que requiere la alta competición y la consiguiente dosis de deshumanización prematura a un niño con la mente de un génio...
Además está Laurence Fishburne y la madre del niño (bastante desprovechados, en mi opinión) que representan la defensa a ultranza de los derechos del chico: dejar que aproveche su niñez de forma natural por encima de cualquier otra cosa.

Una grandísima película que aunque está un pelín sobre-edulcorada deja un muy buen sabor de boca y no te llega a empalagar...
Mackie Messer
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18 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es triste reconocerlo, pero muchísimos niños se esmeran en demasía para ser los mejores en actividades como el estudio, el deporte o el arte, no precisamente porque ésto los apasione, sino porque se les ha hecho sentir que, de no conseguirlo, sus padres les retirarán el afecto. Por ésta razón, los niños se sienten intimidados, bajo constante presión y con un profundo temor al fracaso porque creen que, entonces, el mundo se les vendrá abajo. Pero, lo curioso en todo ésto, es que muchos niños parecieran conservar una esencia equitativa y generosa que los lleva a sentir, muy dentro suyo, que no están interesados en ganar a como dé lugar; el derrotar a otro no les produce satisfacción alguna; y es la amistad y la camaradería, el estudio, el deporte y el arte por afición, y no por obsesión, lo que anima completamente su espíritu.

Creo que este tema, es uno de los ejes centrales de, <<EN BUSCA DE BOBBY FISCHER>>, un estupendo y necesario filme que me parece imprescindible para los jóvenes de hoy, levantados en un mundo de competencia y de zancadilla que causa verdadera grima, sobre todo porque sus principales promotores son los gobernantes, los padres de familia y los docentes.

El segundo tema importante del filme, es que demuestra una extraña verdad que cada día toma más fuerza: son los hijos los llamados a educar a sus padres y son los alumnos los que parecieran capaces de enseñar a sus maestros, pues, aquellos y éstos lucen rezagados, anclados en paradigmas en desuso y habituados a verse como unos y únicos, con una humanidad a su alrededor a la que sólo se mira con afán competidor, aprovechador y oportunista… pero, muy poco con respeto, consideración y hermandad. En el filme, ejemplar resulta la madre de Josh, quien, sin protagonismo alguno, se convierte para el niño en el mejor ejemplo de vida, carácter e integración con el Ser.

Hay diálogos precisos que ilustran el competitivo y trasnochado sentir de los ‘maestros’:
-¡No vas a perder Josh! –Le dice el padre a su hijo.
-¿Y si pierdo? –Pregunta el niño
-¡No lo harás! Ellos te temen, los tienes aterrorizados.

O ¿qué tal este otro?:

-Para ganar, debes sentir desprecio por tus adversarios -dice el instructor a Josh-, debes odiarles.
-Yo no les odio. –Replica el niño.
-Ellos te odian. –Insiste Pandolfini.
–Pues, yo a ellos no. –Sostiene el niño.
–Bobby Fischer odiaba a todo el mundo.
–Yo no soy como él.

El reconocido guionista, Steven Zaillian, ha logrado una Opera Prima como director, que consigue tocar puntos neurálgicos de nuestra vida, dejando sembradas trascendentales lecciones que, ojalá, traigan conciencia y un nuevo ejercicio en algunos corazones.

Título para Latinoamérica: JAQUE A LA INOCENCIA
Luis Guillermo Cardona
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19 de junio de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
​Josh cumple 7 años cuando aparecen sus grandes dotes para el ajedrez pero en lo que verdaderamente brilla es en virtudes morales y es que Josh es modesto y bondadoso al extremo de no gustarle humillar a sus contrincantes. Ello choca con el ambicioso mundo de los adultos que se involucran en los torneos de sus hijos y les transmiten miedo e inseguridad. El protagonista también se encuentra entre dos tipos de profesores y estilos de jugar, un joven jugador callejero e impulsivo que le enseña tácticas sicológicas y la de un severo y exigente maestro. "Quizás no sea bueno ser el mejor, si pierdes no pasa nada" –confiesa Josh temeroso antes de jugar un torneo.

El filme destaca la importancia que tienen en el desarrollo emocional del niño la estabilidad familiar, el juego con los padres, el deporte y las relaciones sociales. También suscita reflexiones interesantes sobre el estudio y el esfuerzo personal (a través de la mítica figura de Bobby Fischer) y sobre del ejemplo de los padres en la educación que a veces nos convertimos en responsables de lo peor de nuestros hijos. Sin embargo Josh tiene tanta personalidad que en algunos diálogos demuestra más sentido común que los adultos, el guión no oculta que lo ha heredado de su madre.

Técnicamente la película a veces recuerda a un telefilme pero es sobresaliente en algunas escenas como la de las partidas callejeras y la final del torneo. La cámara seduce al espectador filmando unas cautivadoras miradas del protagonista que nos hablan de su riqueza interior o de lo que está pensando. A mi juicio es la mejor interpretación infantil de la Historia del Cine.

"Tienes un gran corazón y eso es los más importante del mundo" –le dice su madre al acostarlo: es la tesis principal de la película, la bondad como fuente de felicidad.
Catholicvs
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4 de agosto de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La excelencia en la infancia en el ajedrez, igual a la excelencia en la física que deriva en la astrofísica: las estrellas y lo innombrable porque es infinito y abstracto.
Con el siglo XX se agotaron los mitos, ya no tienen cabida. Por pura necesidad. No tanto a la manera de "...Liberty Valance", sino más como el umbral de "Centauros del desierto", aunque tampoco. (De hecho, la persona real de la cual es trasunto el protagonista de la película hoy día tiene su propia página web y posa de modo sensual tras un tablero, y eso da mucha tristeza).
Fischer encriptó decenas de sitios. Desde su partida "inmortal" etc. y otras, hasta aquel 1972 en Islandia repleto de periodistas y revuelo y una futura virtual desaparición -los ingredientes de mitificación en el XX-. Encriptó Islandia -donde murió en 2009-, jugando al ataque, y porque no es ruso le dicen el Genio, y con razón.
El ajedrez, ya se sabe, es el ejercicio más solitario que existe. Y es una anomalía su protagonismo.
Esta encantadora película podría haber sustituido el ajedrez por el béisbol -aunque de hecho el béisbol también aparece-, y la música nos habría anunciado y rodeado la moraleja de igual forma, pero trata sobre el ajedrez.
Y como bien dicen el ajedrez no es un juego.
(Trabajar intensamente para nada y para las estrellas. Única justificación del principio antrópico fuerte.)
caballero blanco
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