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Voto de Mackie Messer:
8
Drama Josh Waitzkin (Max Pomeranc) es un niño normal, pero también un prodigio del ajedrez. Tiene verdadera pasión por el ajedrez y quiere convertirse en un nuevo Bobby Fischer, su ídolo. Su padre (Joe Mantegna), un periodista deportivo, le apoya en todo, decidido a que su hijo se convierta en un futuro maestro. Para ello le asignan un entrenador de lo más frío, Bruce Pandolfini (Ben Kingsley), que le enseña las estrategias de Bobby Fischer. (FILMAFFINITY) [+]
22 de abril de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita película que sigue la historia real de un niño superdotado para el ajedrez mezclandola paralelamente con pequeños pasajes de la vida Bobby Fischer, el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos.
Génio y figura o visionario a un paso de la locura; Bobby Fischer puso en jaque a toda la diplomacia norteamericana y rusa con sus excentricidades, sus declararaciones y actuaciones dentro y fuera de los tableros.
"Enfant terrible",siempre politicamente incorrecto, de personalidad explosiva e inclasificable; es el padre del ajedrez moderno y su aparición marca un antes y un despues en la Historia de este grandísimo juego.
Hoy, simplemente, no se puede concebir el ajedrez profesional sin sus aportaciones...

Aunque el jugador sobre el que trata la película nunca será tan grande en los tableros como Fischer, si que sirve de ejemplo de la pasión y admiración del director hacia el mundo del ajedrez en general y a la figura de Fischer en particular.
Cualquier persona puede disfrutar esta película aunque no sepa nada del mundo de los 64 escaques porque toca además varios temas; como la problemática de los niños superdotados o los peligros del crecer antes de tiempo...
Un pedazo de drama con mayúsculas en el que brillan con luz propia casi todos los actores, especialmente Joe Mantegna y Ben Kingsley.
Ambos atrapados entre el dilema de intentar educar al chico de manera acorde a su juventud o inculcarle la ambición que requiere la alta competición y la consiguiente dosis de deshumanización prematura a un niño con la mente de un génio...
Además está Laurence Fishburne y la madre del niño (bastante desprovechados, en mi opinión) que representan la defensa a ultranza de los derechos del chico: dejar que aproveche su niñez de forma natural por encima de cualquier otra cosa.

Una grandísima película que aunque está un pelín sobre-edulcorada deja un muy buen sabor de boca y no te llega a empalagar...
Mackie Messer
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