Objetivo: Londres

Palabras de estadounidense. No hay nada más que decir.

Mientras veía «Objetivo: Londres», o luego, no importa, me pareció curioso que fuese un actor escocés como Gerard Butler el protagonista de una franquicia que creo poder considerar una de las más patrióticas que el cine de los Estados Unidos ha dado. Es muy fuerte, sí.

Antoine Fuqua ha dejado el testigo de la dirección en manos de Babak Najafi, otro extranjero (sueco-iraní), para la secuela de las aventuras del Presidente de los Estados Unidos y de su guardaespaldas Mike ante los peligros terroristas. Siguiendo la estela de su predecesora, lo que yo de verdad esperaba de esta película es que fuese muy, muy americana, y lo es. No me digáis que no es gracioso escuchar las soflamas patrióticas y los diálogos made in USA con frases que pueden considerarse hechas de tan manidas que están. Es fácil adivinar lo que va a decir el personaje adecuado en el momento oportuno, porque todos hemos visto suficientes películas para saber cómo son y cómo piensan nuestros queridos yanquis. Y también hemos escuchado a algún que otro candidato a las presidenciales de los Estados Unidos... Quizá no le deis importancia, y habrá quien lo discuta, pero hacedme caso: la cultura, en este caso el cine, es un reflejo de la idiosincrasia de los pueblos, y el pueblo norteamericano siempre ha hecho gala de su carácter de líder mundial y de sus principios nacionalistas a través de la acción cinematográfica.

Así que, una vez más, los Estados Unidos salvan el mundo. De acuerdo. Pero les pediría que lo hicieran con más cabeza y un guión mejor escrito, sobre todo en los diálogos, que son penosos; y a ser posible con menos efectos especiales y menos clichés que aburren. Quizá de esta manera «Objetivo: Londres» no se hubiera quedado en un ramplón producto de acción en el que lo único que interesa es que haya muchas explosiones y gastos de balas que rebotan en el héroe.

Qué guasones.

Me ha parecido anticuada, en su escaso desarrollo, dado que su justiciera escenografía se encuentra al servicio del guión que a su vez sirve a la violencia programada.

Bueno, son productos con un mercado concreto, y por supuesto, quien los comercializa, reconoce su rentabilidad...

Diseñada para piernas inquietas y mentes pausadas...

¿Como valorarla? Lo ignoro, no lo sé, porque claramente cumple su objetivo, lo cual es un logro, pero a mi no me ha interesado ¿Entonces? Tiraré por la calle del medio, que es la que decían conduce a Roma... ¿O no? Ah pues no... Era: todos los caminos conducen a Roma... Pues allá vamos.

Gerard Butler recupera el espíritu del héroe de acción de las películas de los 80 y 90, interpretando a un protagonista del tipo Arnold Schwarzenegger en "Comando", a saber: un tipo duro, que parte a los malos por la mitad, mientras esboza una sonrisa maquiavélica y suelta una serie de frases lapidarias.

Este tipo de películas funcionó en su día y, por supuesto, continúa funcionando hoy. Para ello hace falta un héroe carismático, mucha acción, ritmo frenético y poco más.

Y eso es lo que ofrece "London Has Fallen", sin ninguna otra pretensión. Ciertamente no pasará a la historia del género, dado que la precariedad y simpleza de su guión, así como su previsibilidad, son enormes. Pero es un tipo de película muy disfrutable para quienes sepan apreciar muchos de los filmes protagonizados en su día por Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone.

En residas cuentas, si te gustó la primera parte (Objetivo La Casa Blanca) te lo pasarás muy bien con ésta.

Para leer la crítica completa (problemas de espacio) puedes entrar aquí:

http://estrenosdecineytelevision.blogspot.com.es/2016/04/critica-de-objetivo-londres-con-gerard.html

Hay formas y formas de hacer cine. Puedes hacer cine de acción, de terror, comedias, dramas, documentales, biopics, erótico, etc...mil maneras, todas válidas. Cada una tiene sus características, y ejemplos de gran talento en cualquiera de sus ámbitos. Y por ésto adoramos el cine en todas sus vertientes. Es el Séptimo Arte.
Pero también hay una forma peligrosa. Muy peligrosa.
Hay cine panfletario. Lavacerebros.
Objetivo: Londres es un panfleto ultrapatriótico norteamericano, disfrazado de película de acción. Propaganda de un país que, en su necesidad de autocomplacerse y justificarse ante el mundo por las barbaridades que realiza, sobre todo en materia militar, camufla hábilmente con explosiones y diálogos vacíos sus ideales fascistas y ultranacionales. Lo malo es que se piensan que todos somos tontos, pero a poco que nos fijemos en sus detalles, en su forma de contar la historia, veremos con toda claridad su cruda y pútrida realidad. Aquí unos ejemplos:
- La mujer del héroe ( americano, macho alfa, mata a cientos de terroristas sin pestañear) se queda en casita, embarazada, como buena mujer, evidentemente. Ningún peso ni papel en la trama.
- El presidente de EEUU es atractivo, carismático, un alma pura, fiel a sus ideales.
- El resto de presidentes del mundo entero...pues ya se ve lo que importan en la película. Monigotes.
- Los terribles, malvados terroristas son, evidentemente, de un país con mucha arena, alfombras y barbas.
- Cada diálogo rebosa moralina demagógica, chulería, (estaremos aquí dentro de mil años....uffff), algo fundamental en la ideología norteamericana. Autoconvencimiento ideológico de que ellos tienen la razón, el resto de la humanidad se equivoca.
Quede claro que adoro el cine de acción, incluso la película no se hace pesada y es entretenida (evidentemente, está diseñada así), pero cuando se traspasa el límite entre entretenimiento y diversión, y empieza el panfleto ultraconservador, demonizador de las culturas...cuando intentan deformar intencionadamente la realidad con éstos propósitos, es cuando la película ya no es una película. Es cuando ves, a través de ese envoltorio de tiros y explosiones, lo que realmente es y de lo que intenta convencerte. Y te das cuenta: "Ésto realmente es una mierda".

Segunda entrega de ''Objetivo: La Casa Blanca''. Cuando vi aquella en su día la observé como un producto de mero entretenimiento y que funcionaba solo en un campo en concreto. Me gustó bastante, me entretuvo, pero no dejaba de ser del montón y poco más. Ahora tenemos la segunda parte y cabe decir que sigue la misma estela, el mismo patrón.
No digo esto como algo negativo, sino como información. Ya sabía donde me estaba metiendo y lo que, más o menos, me iba a encontrar. El resultado fue justamente lo que preveía, ni más ni menos. Lo mismo que hemos visto en la primera, esta vez en Londres y un poco mejor a niveles generales, pero más de lo mismo a fin de cuentas. Si sabes a lo que vienes creo que te puede servir.
La historia continua donde lo dejase la primera, aunque no de forma secuencial. No hace falta haberse visto la otra para entender esta ya que, a grosso modo, no hay mucho que entender como tal. La historia sigue unos patrones tan marcados que casi ya sabemos cuando y donde va a pasar algo. Se palpa en el ambiente y en eso no sorprende, aunque no creo que se lo propusiese nunca. Más allá de esto se desarrolla bien, va al grano bastante rápido y no dura mucho. Entretenimiento básico sin más, como os decía.
El reparto repite de la anterior, destacando por encima del resto a Gerald Butler y Aaron Eckhart, que son los protagonistas absolutos. El primero sobre todo, me ha convencido de nuevo y la verdad es que le veo bien en este tipo de papeles. Eckhart a veces pasa a segundo plano, pero todo gira en torno a él, una vez más. Morgan Freeman también repite, pero aquí aparece muy poco, me habría gustado que le hubiesen dado más minutos, pero bueno. Y los demás ya os podéis imaginar, meros figurantes y olvidadizos. No aportan gran cosa.
Otro punto que llama bastante la atención es el técnico. No sé si es cosa de los años que han pasado desde que vi la primera, pero aquí creo que está más logrado. Tiene un par de momentos donde canta bastante el ordenador, pero en general cumple bien. Es la típica película donde hay explosiones casi por doquier, tiroteos a mansalva y acción a cada plano prácticamente, ya os podéis hacer una idea de por donde van los tiros, nunca mejor dicho.
En resumen ''Objetivo: Londres'' es una secuela bastante aceptable pero que sigue el patrón de su predecesora en casi todo. Sirve si vienes buscando entretenimiento sin mayores pretensiones que esa, sino es la típica película de sobremesa o algo parecido. Aquí se ofrece acción a raudales y ese tipo de cosas, si es tu género te agradará y sino no, es así de fácil. ¿La recomendaría? Supongo que sí, es bastante amena y entretenida de ver.

Lo mejor: Es entretenida y cumple con lo que se pedía de ella.
Lo peor: Tiene unos pasos demasiado preestablecidos que hace que todo sea previsible y sigue dejando latente la premisa de ver a los americanos salvándolo todo una vez más.

* Entretenida y poco más *