Objetivo: Londres

Previsible, manida, mascada, trillada... Pero aún así, le pongo un punto más que a su antecesora. No sé, quizá sea la ingeniería fantasmal de arrasar Londres, o que no me tomo tan en cuenta la sarta de chorradas que, una tras otra, nos van disparando cual ráfaga de metralleta. Leónidas-Rambo esta vez sigue a su presidente a Londres, al entierro del Primer Ministro británico, y allí que están los malos malosos de los árabes, esa gente sin compasión que atenta contra los valores de una sociedad civilizada como la británica o la estadounidense. El buen rollismo existente entre presidente y guardaespaldas produce, en ciertos momentos, arcadas. Y la inexpresividad de Gerard Butler es tan latente que conmueve a la inversa. Aaron Eckhart es el mismo pasmarote de la primera parte, un filón relleno de nada, que se pasea delante de la cámara como preguntándose a qué hora se cena aquí. De soslayo, un grueso de secundarios cuya mayoría son caras conocidas, el relleno que revienta la chequera de la productora, la purpurina que intenta maquillar el resultado final. Ah, y Morgan Freeman, claramente, que sale hasta en el cartel. De nuevo haciendo de Morgan Freeman, como si tenerlo en pantalla proporcionara grandeza y/o empaque.

"Objetivo: Londres", aparte de todas las carencias que se le presumen y que se confirman tras verla, posee el don del maniqueísmo supremo, el arte de la manipulación más vil, el acto pro-americano más trasnochado, algo que no veíamos tan descaradamente desde la década de los ochentas y la propaganda antisoviética como mensaje. Porque no busquen moraleja, ellos no se justifican. Lo hacen porque tienen la potestad y la falta de escrúpulos necesarias para hacerlo. Después de este ejercicio de autocontemplación sólo quedaría hacerse la pregunta: ¿Quiénes serían los malos en una presumible tercera parte?

Película con mucha acción, que llega a entretener, pero se hace predecible y con el tiempo llega a ser aburrida. Si te gusta la acción, las explosiones, la tensión, los tiroteos puede que te llegue a gustar, pero hay otras películas muchísimo mejores que ésta.
Las actuaciones bastante aceptable y la historia, no me llega a convencer del todo, regular.
En fin, una película mediocre que no aporta nada nuevo, solo entretiene.

Después de "Objetivo la Casablanca" no sé si era muy necesario rodar "Objetivo Londres", aparte de matar a presidentes de medio mundo y destruir la capital inglesa es mas de lo mismo, es decir, una película violenta con un guión lleno de tópicos y unas escenas de acción de lo mas chapuceras, un entretenimiento vulgar para espectadores sin pretensiones artísticas ni intelectuales, lo que mas duele es ver arrastrarse por la película actores de la talla de Morgan Freeman, Aaron Eckhart o incluso Gerard Butler.
En resumen, dos horas de mi vida desperdiciadas para ver una película innecesaria, esperemos que no haya una tercera.

Babak Najafi hace bueno a Antoine Fuqua y su predecesora, "la Casa Blanca". Acción, deflagraciones, popurri sangriento, balas y granadas, el armagedón en Londres, con Gerard Butler apretando el gatillo con total impunidad en el nombre del Presidente y de los gloriosos EEUU, eso sí, tratando como un pelele al propio presidente, que más parece una marioneta o un saco de boxeo que un presidente estadounidense.

Destrucción de la maqueta de Londres, asesinados los presidentes y máximos mandatarios de medio mundo reunidos en Londres para el entierro de su Primer Ministro. Como no, algún terrorista internacional, el que se inventan para la ocasión, tiene todos los medios para atacar y destruir la Capital del Reino Unido saltándose toda la seguridad y dejando a los ingleses a la altura del betún, incluso por debajo.

Acción pura y dura para los amantes del género, la verdad es que no te dejan respirar ni un segundo. Un 5 por el esfuerzo.

Objetivo: Londres es la película perfecta para una tarde de domingo en la que no sabes que hacer y el aburrimiento te invade. Secuela de Objetivo: la Casa Blanca que si os gusto, esta puede que también os guste aunque os aviso que baja mucho el nivel en todos los aspectos. Se nota el cambio en la dirección ya que el novato Babak Najafi no es Antoine Fuqua, la trama es refrito de la anterior aunque si que es cierto que esta va al meollo muy pronto y hace que sea muy entretenida casi desde el principio aunque también hace que por momentos parezca una película serie b de acción ya que todo se ve muy falso, y no esperéis sorpresas, la película es muy predecible aunque eso también lo era la anterior asi que no creo que nadie se sorprenda por eso. Por último a nivel actoral poco que decir, Butler cumplidor como prota aunque me mola mas verle en papeles mas serios ya que este por momentos se nota que no se lo toma muy en serio por ese extraño humor que le meten (tiene algún chiste muy bueno) aunque esto le da carisma a su personaje asi que no está tan mal pero me mola mas el Mike Banning de Objetivo: La Casa Blanca que se lo tomaba mas en serio.
Así que en conclusión Objetivo: Londres es una secuela muy inferior a la película de Fuqua pero que a pesar de ello se disfruta gracias al carisma de Butler y a la velocidad de la trama.