Dictado

Si la comparamos con otras obras del cine "de género" que se hace últimamente en España, y del que tanto se habla últimamente, puede destacarse la sobriedad con la que Chavarrías nos relata esta historia. Se agradece la falta de efectismo barato. Además, el principio engancha, el planteamiento argumental es original y te atrapa. Sobre todo, esa presentación de la trama, con un juego de elipsis y contados flashback, resulta muy eficaz.

El problema es que, una vez planteada la trama y pasados los primeros quince minutos, todo se va desinflando como un globo. El modo en que se va desarrollando la historia cada vez convence menos, hasta convertirse en un puro absurdo. Las interpretaciones pueden ser discutibles, pero no creo que el naufragio de la película sea culpa de los actores, más bien creo que el guión hace aguas. Todo deriva hacia un final en el que el desenlace es lo que menos interesa, porque todo ha llegado a un extremo total de falta de verosimilitud y sólo esperamos que aparezcan los títulos de crédito.

“Dictado” es un un bodrio de sustos psicológicos que se podría encuadrar dentro de ese nuevo género de “cine español, pero que no parezca español”. Lo malo es que en lugar de tender hacia el estadounidense o el francés, como hace la mayoría, tiende hacia el catalán, hacia una especie de “Pa nere” de miedo. Para que nadie me acuse de parcialidad xenófobo-periférica, voy a mencionar algunas de las muchas razones para considerar esta cosa como uno de los peores truños recientes:

1.- Porque nadie interpreta, solo recitan frases.
2.- Porque no se les entiende nada. El noventa por ciento del reparto habla en susurros para ocultar sus problemas de dicción. Hay que subir el volumen para enterarse de algo y cuando llega alguien que habla con un tono normal, el estruendo despierta a todo el edificio.
3.- Porque Juan Diego Botto me pone nervioso con su aire de Greco empastillado de Valium. No mueve un músculo facial en toda la película. Lo más macabro es que el chaval que hace de Botto-niño, tampoco (¡!).
4.- Porque la música es ratonera y los efectos sonoros infantiles (esa puerta chirriando maléficamente, ese tonillo de misterio en mitad de la oscuridad que sube de volumen al encenderse la luz… guau, todo revolucionario).
5.- Porque el suspense es nulo y cualquier espectador (con valor para prestar atención) conoce lo que va a pasar con quince minutos de antelación.
6.- Porque el final es absolutamente ridículo a fuerza de querer contentar a todo el mundo.
7.- Porque es un truño; punto y coma. Nivel de truño, dos puntos, truñaco enterrado.
8.- Porque que la niña es repelente. No da miedo, da repelús.
9.- Porque la trama es muy simple y solo tiene un punto de agarre. La construcción de los personajes cabe en la carilla de un folio, por lo que no es de extrañar que se comporten errática e incompresiblemente y explica la falta de química entre la pareja protagonista cuando supuestamente están tan superenamorados como para querer ser padres. Bien es cierto que una interpretación tan opiáceamente plana como la de Botto (véase razón número 3) no ayuda.
10.- Porque provoca sensación de pérdida de tiempo.

Antonio Chavarrías es uno de nuestros encantos mejor guardados. Habrá quienes piensen que lo mejor es que no se sepa demasiado para que éste pueda seguir haciendo cine con la misma libertad que hasta ahora. Lo cierto es que a su carácter arriesgado como director tampoco le vendría mal un poco más de publicidad. Al fin y al cabo el espectador merece conocer más obras y autores de las que se le ofrecen por los canales más convencionales.

El caso es que Chavarrías se ha tomado su tiempo antes de volver a ponerse tras la cámara. Tratándose de él, estaba claro que algo tramaba. Y ese algo se llama 'DICTADO', una cinta que no hace sino reafirmarlo como uno de los autores más atrevidos, honestos y descarados del cansino panorama nacional.

El rigor narrativo de sus aristas emocionales queda plasmado desde un excelente inicio, un delicado templo visual que multiplica por mil las revoluciones de los sentidos del tacto, el oído y la vista. La fotografía está bien lograda, pero su trabajo más loable está en el campo del sonido. Ahí la cinta se hace grande. Además la banda sonora aporta la intensidad necesaria a cada escena acentuando cada mirada, cada pausa, cada silencio.

La pareja formada por Juan Diego Botto y Bárbara Lennie trasmite verdad por todos los poros de la pantalla y esa es una de las mejores bazas de la película. La tensión está bien jugada, los niños suenan más a niños que de costumbre y no hay un solo flashback mal tirado. Quizá el filme no tenga más que un lastre pero este sea demasiado pesado: el espectador va casi siempre por delante y pocas cosas llegan realmente a sorprender.

'Dictado' es un buen thriller dramático, pero lo es mucho más en su ámbito psicosocial que en el puramente psicópata. De terrorífico no tiene más que lo básico. Se echa de más el recurso de la pesadilla, tan previsible y fallido para esta historia. La historia se defiende muy bien en el terreno fatalista de las obsesiones, pero da la sensación de precipitarse al vacío al resolverla por su vía más rápida y menos interesante. No era fácil encontrar un buen broche y el impacto pretendido acaba diluyéndose.

La nueva cinta de Antonio Chavarrías goza de muy buen fondo pero no logra estar a la altura de sí misma y de sus riesgos, un defecto maravilloso del que no pueden presumir tantísimas otras películas de su misma generación. Hay veces que conviene felicitar a los atrevidos. Esta es una de ellas.

Película de una pobreza casi infinita. La verdad es que muy poco puedo, quiero, destacar de la misma. Argumento pobre, con una mínima, ínfima, vuelta de tuerca final. Juan Diego Botto está ausente durante toda la cinta, cansado, como sabiendo que el barco no va a puerto; Bárbara Lennie está francamente mal: risas en momentos inadecuados ,semblante inexpresivo en otros,...
Este es el cine español que no podemos vender al exterior. Hay ideas, temas, actores y directores dispuestos a ponerlas en marcha. Conformarnos en nuestro panorama cinematográfico con este tipo de productos poco dice de nosotros como creadores.
Una pareja feliz pero con deseos de ser padres. Imposibilidad para engendrar. Oportunidad de conseguir dicho propósito adoptando a niña de padre conocido por el protagonista en el pasado, que aparece de pronto y que fallece en trágicas circunstancias. La niña esconde un secreto...
De verdad no perdáis el tiempo con ella. Hay muchas otras cosas que ver y que merecen mucho más la pena.

De alguna forma Dictado es totalmente coherente con los tiempos que corren y con el cine español que se produce ahora, y quizás eso la llevó a pisar el Festival de Berlín como candidata al Oso de oro. Pero al mismo tiempo lo que propone Dictado no dista demasiado del telefilm convencional, y adolece como muchas de nuestras películas de una buena idea de partida desarrollada sin demasiada fortuna. Solo hay que remitirse al final de Dictado, no por esperado menos brusco, para darse cuenta que Chavarrías interrumpe el relato 'a la francesa', bien porque nunca le interesó la complejidad psicológica de sus personajes o porque el cine obliga a mostrar lo justo y necesario y acabar donde conceptualmente termina 'el conflicto' de la historia. Dictado habla del peso del pasado, de la culpabilidad, de las anécdotas y personas que inconscientemente pueden llegar a marcarnos de por vida, de lo difícil que es educar a un niño. Tanto Bárbara Lennie como Juan Diego Botto resultan creíbles en sus papeles de padres sufridores, la película no cae en las ñoñerías de 'film con niña malvada' y hay que reconocerle a Chavarrías cierta capacidad por lograr una atmósfera considerable, más envolvente que terrorífica. Y aún así, Dictado podría haber sido mucho más si el guión hubiese presentado más riesgo o algún giro de trama extra que acabase dando al film la entidad de entretenimiento endiablado que no tiene. Desgraciadamente salimos a la pizarra sabiendo la ortografía de las palabras y la sintaxis de las oraciones, y Dictado acaba por seguir los pasos básicos del manual que todo cinéfilo o fan más o menos curtido lleva interiorizado en su imaginario. Aún así, los pequeños destellos, desasosiegos y misterios de Dictado merecen cierta estima.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
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