Haz click aquí para copiar la URL

El año pasado en Marienbad

Drama. Intriga. Romance En un barroco hotel, un extraño, X, intenta persuadir a una mujer casada, A, de que abandone a su marido, M, y se fugue con él. Se basa en una promesa que ella le hizo cuando se conocieron el año anterior, en Marienbad, pero la mujer parece no recordar aquel encuentro. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 10 13 >>
Críticas 63
Críticas ordenadas por utilidad
4 de septiembre de 2009
50 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo largometraje de Alain Resnais (Francia, 1922), que forma parte de la llamada “trilogía de la memoria”, junto a “Hiroshima, mi amor” (1959) y “Muriel” (1963). El guión es original del novelista Alain Robbe-Grillet. Se rueda en escenarios reales de Nymphenburg Palace (Bavaria), Oranienburg Palace (Brandenburg) y Schleissheim Palace (Bavaria) y en estudio. Gana el León de oro (Venecia). Producido por Pierre Courau y Raymond Froment para Cocinor y otras productoras, se estrena el 25-VI-1961 (Francia).

La acción dramática tiene lugar en una ubicación geográfica indefinida y en un tiempo indeterminado. Marienbad es el nombre de una ciudad checa, ajena a la acción, y el presente dramático se podría situar en torno a 1960/61, aunque ésta no es la intención del realizador, que quiere dotar al film de una manifiesta atemporalidad. Los protagonistas son una mujer (Seyrig), un hombre que la pretende (Albertazzi) y el marido, pareja o acompañante de la misma (Pitoëff). Ella parece estar permanentemente cansada. El seductor es locuaz, reiterativo e insistente. El marido es indeciso, vacilante, autoritario y ejerce sobre la mujer cierta influencia.

El film suma drama, suspense y romance. El relato suscita dudas en el espectador y le plantea interrogantes que no resuelve. No se sabe si la acción se desarrolla en Marienbad o en otro lugar, si es el nombre de un palacio o de la localidad en la que éste se ubica, cuál es el motivo que reúne a los interlocutores. No deja claro si la historia es real, la inventa el narrador o combina hechos ciertos, de ficción y sueños. Lo cierto es que invita al espectador a indagar, reflexionar, interpretar, meditar y debatir, aprovechando el hecho de que el relato es susceptible de interpretaciones múltiples, diversas y contrapuestas. También es cierto que convoca al público a ver la cinta con suma atención, tensando la capacidad de percepción y liberando los mecanismos de generación de sentimientos.

La obra luce una intencionada y deliberada artificiosidad, porque Resnais la concibe como un artefacto artístico y desea que el espectador se percate de ello. Le propone así que adopte desde el principio un punto de vista que le sitúe adecuadamente ante el film y le permita aprovechar al máximo la experiencia de su visión. Dicho de otro modo, le informa que se halla ante una experiencia artística que le puede proporcionar emoción estética, la más noble, intensa y satisfactoria de las emociones al alcance del ser humano. Por lo demás, el relato rompe con los códigos tradicionales del cine. Mezcla realismo, surrealismo y una fuerte carga de subjetividad. Los encuadres, travellings, giros de cámara y composición de planos, contienen elementos caprichosos y aleatorios, expresan sentidos diferentes de los propios del cine convencional realizado hasta el momento y en ocasiones desarrollan divagaciones laxas sobre temas reiterativos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de enero de 2010
76 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace muchos años intenté verla y recuerdo que aguanté 8 o 10 minutos. Tenía que haberlo dejado ahí, pero como uno se acompleja por no conocer ciertos clásicos...el caso es que por fin, desgraciadamente, la he visto de cabo a rabo.
El director no era parte integrante de la " nouvelle vague", pero sí coetáneo suyo. Un movimiento que trajo un puñado de películas diversas, unas buenas, otras no, normalmente todas ellas con el prurito cultural por bandera. Y Resnais a su vez es el máximo exponente de cine literario o de alta cultura. Esto no tiene porqué ser malo si se sabe hacer ( Ophuls, Visconti ), pero resulta penoso si no se sabe ( Resnais)
Esta película es una sucesión de planos que pretenden ser fascinantes en su composición, un travelling que busca ser hipnótico y una voz en off que recita cuasipoemas. Las pocas escenas dialogadas son a base de expresiones literarias o de gran profundidad. No hay historia como tal porque eso sería una vulgaridad.
Y surge el dilema: ¿Es realmente tan mala o soy yo el que está incapacitado para comprenderla?
Hace muchos años, de joven y aún no habiendo visto mucho cine, tenía mis dudas. Hoy, para lo único que me ha servido este visionado es para ratificarme: Es mala.
Como agravante adicional, quiere pasar por buena. Realmente quiere hacernos creer que es extraordinaria.
Horrible, duele verla. Insultante.
juanito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de julio de 2008
38 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remito a las líneas escritas por Lupo sobre esta misma película a todos aquellos que deseen saber qué esperar o cómo afrontarla, sin duda orientativas. Porque es tal su hermetismo que puede acabar impacientando a más de un espectador, atónito ante lo que puede considerar un sinsentido. Esta consideración, sin embargo, fuerza sus imágenes, refractarias a toda explicación externa.

Cosas que parecen explicar (y no explicar) “El año pasado en Marienbad”:

-Un hombre que siempre gana en uno de los juegos.
-“Laissez-moi”, una negativa articulada invariablemente con esas palabras.
-Una habitación de puertas siempre abiertas, exceptuando una sola noche, en la que es imposible abrirlas.
-Personajes que aparecen en la misma escena en lugares distintos.
-Los momentos en que la palabra y la acción se suspenden, demorándose en un ínterin atemporal.

Sumidos en la reiterativa persuasión amorosa, y de la mano de un montaje malicioso, nos confundimos: no es a nosotros a quien el galán debe convencernos de la veracidad de sus palabras, de la invocación a un amor remoto que sin embargo parece vislumbrarse, como la improbable luz del amanecer a la medianoche, sino que es ella quien debe creerle o no.
El espectador, espía impertinente –porque no pertenece a ellas- de sus vicisitudes, es un fantasma invisible cuyas reacciones corresponden a otro orden: su padecimiento, en realidad, es ajeno a ese mundo.

Quienes padecen son los dos enamorados: él, perseverante en su esfuerzo por exorcizar el momento del que habla –el año pasado, en Marienbad- y presentárselo a su amada; ella, dubitativa, a veces recelosa, otras, a punto de convencerse; ambos, para siempre condenados –si es que para ellos supone una pena- a ese trance al que asistimos cada vez tras pulsar el botón.
De la misma manera, una estatua, una fotografía, perpetúan –de manera sin duda tosca y grosera- un instante; la alegría o la pena que reflejan, aunque confinada a sus límites, pervive en ellas.

Inspiradas –muy libremente, lo que siempre es meritorio- en esa otra obra de intrusión amorosa nombrada al final de estas líneas, las imágenes de estos dos amantes laten a la espera de sus espectros vigilantes. Quién sabe, tal vez al igual que nuestras vidas, cuando creamos que ya están acabadas.

“¿No debe llamarse vida lo que puede estar latente en un disco, lo que se revela si funciona la máquina del fonógrafo, si yo muevo una llave? ¿Insistiré en que todas las vidas, como los mandarines chinos, dependen de botones que seres desconocidos pueden apretar? Y ustedes mismos, cuántas veces habrán interrogado el destino de los hombres, habrán movido las viejas preguntas: ¿A dónde vamos? ¿En dónde yacemos, como en un disco músicas inauditas, hasta que Dios nos manda nacer? ¿No perciben un paralelismo entre los destinos de los hombres y de las imágenes?”

La invención de Morel, Adolfo Bioy Casares
Gort
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de enero de 2010
51 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya algunos años fui invitado, junto con otros cinéfilos, por un profesor, a la proyección, en la facultad de Filosofía y Letras, de la mítica película “El año pasado en Marienbad”. 94 minutos después terminó la película (menos mal que solo fueron 94 minutos) y empezó, entre los allí congregados, un espontáneo coloquio sobre dicho film.

Yo no podía salir de mi asombro viendo cómo todos estaban entusiasmados, fascinados y motivados por la obra de Resnais, derrochando ingeniosas justificaciones e interpretaciones de lo que acabábamos de ver; encontrando rasgos culturales, perturbadores y geniales en cada una de las escenas y diálogos. Yo permanecí callado, pues dudada (muy seriamente) si estábamos hablando de la misma película o, peor aún, si era tan intelectualmente pobre que no había captado ni apreciado todas esas cualidades, aciertos y magistrales toques surrealistas que inundan cada fotograma del film.

Ahora que mi criterio y mi sabiduría cinéfila se han ampliado considerablemente, hay una máxima cinematográfica que no consiento ni tolero: no aguanto que me tomen el pelo, ya sea con cine europeo (en su mayoría) o americano (por ejemplo, la amplia filmografía de David Lynch). ¿Tan difícil es decir, o reconocer, que “El año pasado en Marienbad” es un aburrimiento incomprensible? ¿Tanto cuesta asumir que no se han enterado de nada porque no hay nada de que enterarse? ¿No les da vergüenza tener que escudriñar rebuscadas justificaciones e interpretaciones para, así, no reconocer que la película es un vacío absoluto estirado hasta el hastío (y, en mi caso, la desesperación)? ¿No les revienta de verdad que un director (un ser humano, al fin y al cabo) sea tan pretencioso y prepotente como para hacer un cine tan poco asequible que haya que buscarle absurdas coartadas intelectuales y culturales?

Y luego querrán, sinceramente, que la cultura sea interesante y accesible para una mayoría. Pues mientras se sigan defendiendo (sin justificación alguna) bodrios de tal calibre, la gente seguirá huyendo de la cultura, y el cine europeo seguirá arrastrando el lastre de cine aburrido para minorías: una pena, sin duda, pues nos alejará y nos impedirá ver las grandes obras del viejo continente.

El Despotricador Cinéfilo
www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de marzo de 2011
36 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insoportable, aunque he de decir que el ambiente hostil del visionado tampoco ayudaba en absoluto. Lo malo de este tipo de películas es que uno sólo las puede ver en un cineclub, una clase de cine o en casa de algún cultureta; y en los tres casos el final es el mismo, y una experiencia incluso peor que el propio visionado: la tertulia.
Sólo hay algo peor que una película mala, y es una película mala y pretenciosa que quiere ser una obra de arte y no llega. E incluso hay algo peor, que es una tertulia de culturetas intentando justificar la carencia de un guión y de una historia interesante, las odiosas repeticiones y la constante presencia de unos diálogos recitados por unos actores afectados. Para cualquier cosa insoportable que sea una paja mental del autor se puede encontrar una justificación que la tilde de genialidad -y a los que no nos gusta, de catetos absolutos-.
El "es que tú no lo entiendes", "es que no es cine comercial", o el clasicazo "es una propuesta muy arriesgada" me tienen hasta las narices, y en este caso la película cumple todos y cada uno de los tópicos: escenas larguísimas sin diálogo, repetidas hasta la saciedad, sutilísimos -ojo, en plan sarcástico- juegos de planos con una balaustrada rota, pasillos largos y una voz en off irritante, por no hablar de la música de órgano.
Resnais abusa. Abusa de todas y cada una de estas cosas, creando un film aburrido y exasperante, sin sentido y sobre todo pretencioso. No sabe cómo integrar las novedades de la nueva novela francesa y el cine, y el resultado es un bodrio de hora y media en el que no pasa nada, en el que el interés decrece por momentos y en el que al final a uno le da igual todo, esperando únicamente a que aparezca la palabra FIN en pantalla.
Que nunca antes había sido tan bienvenida.
Georgfriedrich
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 13 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Catherine et Cie
    1975
    Michel Boisrond
    Carambola
    2003
    Kurt Hollander
    arrow