La séptima víctima

Pese a las incoherencias, La séptima victima, es una muy interesante película de cine negro de clase B, bien filmada, interpretada, y bastante bien escrita, lo que más me gustó es el aura lúgubre, deprimente y pesimista que tiene la historia, además de la sabida ambigüedad muy típica del género.
Lo mejor para mí es que varios de los personajes tienen su momento para destacar, y están bien armados, se cuentan cosas de sus vidas, sus éxitos, fracasos, amores, etc.
También es destacable sobre todo el personaje de Jean Brooks, una mujer extraña, que no sabe lo que quiere, que duda de todo, que coquetea con la muerte, en cierta forma existencialista, aunque eso a la vez la hace incoherente, porque una mujer de esas características, es casi imposible que logrará montar una exitosa empresa de cosméticos.

Curiosa, muy curiosa esta película, que comienza con los esfuerzos de una chica por encontrar a su hermana desaparecida, dando palos de ciego, conociendo poco a poco gente que puede ayudarla, y acabando por descubrir que hay una secta por medio, pero todo esto se vuelve mucho más complejo, con diversas cuestiones psicológicas y filosóficas constantes sobre el bien y el mal, la vida y la muerte...

Toda la primera mitad de la peli es realmente intrigante, intriga que realmente mantiene hasta el final, pues los personajes a veces no son lo que parece.

Es una película difícil, demasiado, y es que además, leyendo sobre ella, uno descubre que no está ¨terminada¨, que le faltan escenas necesarias, y por ello muchos diálogos se vuelven incongruentes.

No puedo decir realmente que la película me haya gustado, la verdad. Está bien hecha, tiene buenos momentos... pero no es para mí.

Se podría decir que "La séptima víctima" es una cinta prototipo, un germen, una semilla de ideas y escenas que influirían y darían su fruto más adelante en otras películas con otros directores entre los que podríamos citar a Polansky o Hitchcock. Fue un fracaso de crítica y publico en su día merced a un guión deslavazado de Dewitt Bodeen que originalmente iba de otra cosa y al que el mítico productor jefe de las películas de terror de la RKO Val Lewton metió mano como siempre aunque no se acreditara como tal y que la postre  acumula personajes mal definidos sumado a una edición caótica que contribuye a que no haya un foco claro, la trama sea confusa y sus potencialidades, que las tiene, se diluyan en apenas 70 minutos de serie B  (dos normas que RKO le imponía a Lew) consiguiendo ser la excepción a la tanda de películas iniciadas con "Cat people" (La mujer pantera) en el 42 dirigidas por Jaques Tourner que dieron los mayores beneficios a la RKO ese año.

El éxito de Tourner y su posterior ascenso en los estudios hizo que Lew hiciera debutar en la dirección al hasta entonces montador Mark Robson. También debutó la joven actriz procedente del Actor Studio, Kim Hunter recordada básicamente por su Oscar en el 51 por su papel en "Un tranvía llamado deseo". Lew quiso de alguna forma relacionar esta película con el éxito de "Cat people" a través del personaje del psiquiatra interpretado por Tom Comway sin importarle que el personaje ya hubiera fallecido en "Cat people". Las inquietudes existenciales de Lew dan un pátina psicológica al fondo de la historia que se apoya en los versos sobre la muerte del poeta John Donne poeta metafísico inglés del siglo XVI que abren y cierran la cinta. Incluye como anécdota una velada alusión al lesbianismos de uno de los personajes.

Al final la cinta acabó convirtiéndose en una película de culto revindicada por parte de la crítica por la acumulación de icónicas escenas que Robson rueda con la inestimable aportación de la fotografía de Nicholas Musuraca que consigue atmósferas donde el noir y el terror se dan la mano. Musuraca realmente fue el gran aliado de Tourner y Lewton en el éxito de las películas de terror de serie B que rodaron juntos.

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Otra de las películas que Val Lewton produjo para la RKO. No llega, ni por asomo, a las virtudes de "La mujer pantera", "Yo anduve con un zombie" o "El ladrón de cadáveres". De hecho, es quizá la más floja de cuantas he visto de este ciclo. A pesar de la temática demoníaca, no puede considerarse una película de terror, es más bien cine negro, thriller, con algún que otro momento de buena tensión. El argumento es un pelín farragoso, hay demasiados personajes que no terminan de aportar algo bueno a la cinta y en general, es una película que va de más a menos. Como ya se ha comentado en otras críticas, tiene puntos en común con Psicosis y La semilla del diablo.

The seventh victim es un caleidoscopio con envoltura noir, con evidentes hallazgos visuales y conceptuales.

Mark Robson dirige su opera prima para el productor Val Lewton (famoso por sus producciones baratas pero de gran calidad, en especial los films de Jaques Tourneur). El film narra como una chica busca a su hermana, para acabar planteando innumerables claroscuros en la figura de la hermana.

La película incluye innumerables elementos de interés: enfermedades mentales, cultos satánicos, crímenes, homosexualidad latente. Pero el resultado adolece de problemas de comprensión, exceso de personajes, falta de metraje, relaciones no explicadas, dobles lecturas, subtextos ocultos. Quizás un exceso de recorte de metraje (y presupuesto)

Ello no impide que el film adopte la forma de extraño caleidoscopio que plantea más preguntas que respuestas y con escenas memorables (la ducha, el metro, la reunión de secta satánica) que hacen de The Seventh victim una propuesta muy interesante.