Eloísa está debajo de un almendro

Todo un éxito de la comedia española de entonces, cuyo argumento procede de la pieza teatral homónima de Enrique Jardiel Poncela. Cuenta las peripecias de un hombre envuelto en la misteriosa muerte de Eloísa, mujer de sospechoso parecido físico con su prometida.

Rafael Gil plasma el humor absurdo de la obra original a través de los personajes, miembros de dos familias chifladas que viven en un castillo medieval y una extraña mansión respectivamente. Entre risas, asistiremos a una trama criminal con toques de terror gótico y a un sinfín de situaciones delirantes, como lo es un viaje en tren sin salir de la cama.



“Aquí ha sido asesinada una mujer.”

Además de suscribir la crítica que aquí hace Juanma, solo destacar una vez más la versatilidad de Rafael Gil, capaz de convertir la comedia de Jardiel Poncela es algo fiel y a la vez distinto, con un tipo de humor único, medio surrealista y medio comedia del absurdo, con lo gótico que le añade la ambientación.
De los personajes, el menos acertado es Rafael Durán, pero Amparo Rivelles y Guadalupe Muñoz Sampedro demuestran las soberbias capacidades actorales que tenían. Y los demás. El tío que viaja acostado es digno de una obra de Ionesco.
Al ser pura ficción la película no tiene tiempo y si se entra al trapo del planteamiento distrae hoy como cuando se estrenó y gustó. No todo eran españoladas, sin olvidar que había españoladas de gran categoría, pese a quien pese.

Basada en la obra teatral del mismo nombre que adapta al cine el propio director de la cinta (Rafael Gil) con el beneplácito del autor del libreto (Enrique Jardiel Poncela), "Eloísa está debajo de un almendro" se considera una comedia melodramática con toques de intriga representativa del mejor teatro moderno español.
Usa un humor original, delicado, "del absurdo" le llaman muchos, que rompe con la vieja tradición española del sainete y de la sal gruesa.
El guion está sólidamente anclado en el texto teatral, pero la dirección se mueve con libertad originando una película diferente. En ambos casos los numerosos personajes que intervienen están muy bien perfilados.
Cinta desarrollada en interiores repletos siempre de cachivaches entre los que se mueven con dificultad los actores. Se trata de lugares claustrofóbicos y enigmáticos. Como esa especie de castillo medieval donde su dueño lleva a cabo unos experimentos que recuerdan a Frankenstein, el sucedáneo de camarote de los hermanos Marx en que se ha convertido la habitación de Edgardo o el guiño de ver en la pantalla de una sala de cine (convenientemente ambientada y desinfectada con ozoropino) una cinta de terror.
Y es que la cosa va de dos familias, los Ojeda con el joven Fernando (Durán) y su tío Fermín (Roa), y los Briones con la bella Mariana (Rivelles), su padre con sus diversas tías. Capuletos y Montescos con menos drama y más ternura.
Porque el núcleo de la obra, la almendra, es básicamente una comedia que se recubre de sucesivas capas de delicadeza, intriga, algo de terror y de dulzura, horneado todo con la gracia de las situaciones disparatadas que plantean el libreto y el guion. El resultado es una obra tierna, amable, agridulce, que hace las delicias del espectador. Vamos como las almendras garrapiñadas de Briviesca.
Buenas interpretaciones donde destacan sobre todo los actores de reparto.
En resumen, una buena adaptación al cine de un clásico del teatro español que bien merece darle una oportunidad.

He visto que ha tenido éxito, ya que ha sido representada en teatros incluso hace poco tiempo.

No sé si es que está muy atropellada... no me ha gustado mucho porque incluso he desconectado, quizás por saturación...

Muy rápido todo que no me enteraba que pasaba en muchas partes de la película. Leyendo por Internet de que iba la obra, entendía mejor el proceso.

Aún así, no me ha gustado este tipo de comedias.

Eso sí, he flipado en lo currado los escenarios... el cine español estaba creciendo, quizás por orden de Franco para tener entretenido al pueblo, y evitar la invasión extranjera con películas extranjeras.... sí, esa parte me ha gustado.

Así definió Rafael Gil a su película, "Eloísa está debajo de un almendro", y como tal, es bastante precisa. De hecho, de nuevo el cine español se puede medir al del otro lado del charco, especialmente en una época en la que no importaba los presupuestos millonarios y sí el talento. A cero efectos especiales, vía libre a los diálogos y a los argumentos, ambas cosas en las que la presente adaptación de la obra de teatro homónima de Enrique Jardiel Poncela, estrenada en 1940, sobresale. Por un lado, tiene un ritmo alocado, diría incluso que excesivo. Por el otro, una trama llena de misterio. ¿Qué estará pasando en estas dos familias?

De hecho esta mezcla de géneros, intriga, comedia romántica, thriller, comedia negra, surrealismo, terror gótico, creo que le acaba pasando factura. En concreto, me parece que la parte detectivesca es tan sorprendente que se echa de menos que Rafael Gil no se haya centrado en exclusiva en ella para hacer "Rebeca" (1940), pero a la española, título que por otro lado sirve de fuente de inspiración primordial para esta obra. Junto a Rafael Durán, una hermosa y con un estilo de lo más glamuroso, Ampara Rivelles, acompañados ambos por unos cuantos secundarios de peso, sin olvidar el castillo, otro más. A ver quién resuelve el secreto.