Monstruos de piedra (The Monolith Monsters)

Mi amigo JM, de tantos años de comunicación virtual por medio de esta página de cine, me está regalando dvd de muchas películas valiosas; Monstruos de piedra es una más de esa colección.

Monstruos de piedra es una gran película. Hay que verla. No la pongo más nota, lo siento, aunque JM la pone un 10 y, la verdad, me fío más de su criterio que del mío porque JM ha visto mucho cine. Monstruos de piedra es una excelente película en la que destaca el ritmo intrigante debido a la fuerza y la calidad del relato. Cine de los años 50, de grandes ideas, la originalidad que tanto se echa en falta hoy día, con temas de moda por entonces sobre invasiones extraterrestres.

Algunas de estas invasiones son secretas como La invasión de los ladrones de cuerpos, muy cucas y finas; y otras, como la de estos monstruos, son torrenciales, que no se ocultan, van a lo bestia.

Sean como sean se nos antojan impensables, pero la realidad es que son así, una auténtica pesadilla, suponen eliminar lo autóctono y suplantarlo, imponerse a toda costa. Los monstruos de piedra avanzan paso a paso según se derrumban, destruyéndolo todo, sin mirar lo que se llevan por delante, así es como funcionan, como muchas cosas en la vida, sin respeto.

Un clásico de la sci-fi de serie B de los años cincuenta. El esquema del filme repite el de un filme anterior, de 1954, también mítico -"La Humanidad en peligro"- así tenemos una muerte misteriosa, un enemigo alienígena e inverosímil, una zona desértica y aislada, un pequeño pueblo en peligro, unos protagonistas - científicos y autoridades locales - que deben enfrentarlo con imaginación, alguna niña traumatizada y un final épico y espectacular. Heredera de este tipo de filmes fue el filme "Temblores" allá en los 90.

Dave Miller, geólogo, debe buscar la manera de vencer a un meteorito que, en contacto con el agua, genera unos monolitos que crecen enormemente y se reproducen exponencialmente. En poco tiempo, pueden ocupar la Tierra. Absorben la silice del entorno y de la vida orgánica, transformando en seres rígidos a sus víctimas. Una amenaza, sin duda, muy original. Pero podía ser ridícula si no fuese por la pericia del director, que crea un ambiente de misterio y, sobretodo, una ambiente fantástico cuando descubren el cráter del meteorito y se pone a llover. Los efectos están muy logrado para la época, con esos monolitos derrumbándose sobre las viviendas o como destruyen las casas de los incautos que han cogido alguna muestra, muy en sintonía con como dejaban las casas en el desierto las hormigas gigantes en busca de azúcar en "La humanidad en peligro".

Este tipo de filme son una delicia. Bien construidos, con interpretaciones solventes, diálogos con jerga científica a juego, buenos efectos especiales y una corta duración. Siempre te quedas con ganas de más. Sin duda, es un clásico o merece este calificativo. Por original e imaginativo. Qué tiempos ¿verdad J.J. Abrams?

Un meteorito choca contra la tierra disgregándose en trozos de roca por todo el desierto. Pero estas rocas encierran un secreto que pondrá en peligro a toda una ciudad cercana al cráter producido por el meteorito.
Entretenida película enmarcada dentro del cine de terror que se hizo en EEUU en los años 50. Cuenta con una buena e interesante primera parte cuyo atractivo y misterio radica en lo que no se ve y, una segunda parte, que pierde ese misterio y encanto en el momento en que 'vemos'. Y lo que vemos son unos efectos especiales que parecen de cachondeo. Hombre, a mí los efectos especiales me resbalan bastante, pero ¡caray! un poquito de esfuerzo para que no se note la maqueta tampoco estaría mal. Las interpretaciones son correctas y el MacGuffin hitchcockniano da el pego perfectamente. En fin, si no fuera por el regaliz negro cayendo sobre la maqueta de "Guisval"...

Entretenido film de ciencia ficción, claro exponente de las entrañables series Bs de los años cincuenta, cuando el cine estadounidense sacó pretróleo de historias donde los extraterrestres y/o los mismos terrícolas con sus desmanes (véanse pruebas nucleares o experimentos científicos negativos), provocaban terribles situaciones que exponían al ser humano y a la Tierra a su total destrucción.

En este caso se trata de un meteorito que aterriza en la Tierra y provoca que, al contacto con el simple agua, crezca, se reproduzca, adueñándose de tierras y seres vivos, petrificándoles poco a poco.

La cinta está francamente bien por cuanto no hay monstruos con cabezas llenas de antenas, de color verde y ojos saltones, sino que son simples piedrecitas que van agigantándose, lo que hace que se derive hacia una historia más cotidiana, donde se prima el esfuerzo colectivo y la solidaridad, amén del esfuerzo científico donde la razón y la lógica, tras una corta y angustiosa investigación, prevalecen sobre la fuerza de las armas de, por ejemplo, el Ejército, esto último leif motiv de la mayoría de filmes de parecido pelo.

Aquí hay suspense e intriga, funcionales interpretaciones y sencillos pero eficaces efectos especiales.

No es espectacular, pero sus elementos están bien dosificados, logrando el interés del espectador.

No obstante, repito, es una peli modesta, serie B, pero bien hecha, con cariño y mucha dignidad, que no ha perdido nada con el paso de los años y su visión resulta agradable.

Eso sí, hay que aceptar sus propuestas, que si no...

Estupenda fotografía en blanco y negro a cargo de Ellis V. Carter.

https://filmsencajatonta.blogspot.com

Entre las numerosas producciones de serie B de la década de 1950 sobre invasiones alienígenas hay de todo, y aquí nos encontramos con una ciertamente original en su planteamiento.

Los “invasores” son piedras extraterrestres pertenecientes a un meteorito que se multiplican en contacto con el agua mientras absorben el silicio de los organismos, lo que para el ser humano se traduce en la petrificación y la muerte. Asistimos de este modo a la desesperada lucha contrarreloj de los integrantes del pueblo cercano al cráter para descubrir los misterios del mineral que avanza impasible hacia ellos, amenazando sus vidas y a toda la humanidad.

La película es corta y maneja bien la tensión, pero aparte de la inusual, atractiva premisa y el encanto de este tipo de cine, no tiene mucho más. Las interpretaciones son discretas. Las explicaciones científicas que nos intentan colar tienen poco de científico y poco de explicación; dejar el funcionamiento de las rocas como un misterio del espacio profundo hubiera sido mejor idea. El guion es demasiado simple, mientras la solución al problema demasiado conveniente.

Me gusta el diseño de los monolitos, altos, negros, como si fuesen vegetales inanimados de diseño futurista. Las secuencias de su avance, creciendo, derrumbándose, y naciendo de los escombros otra vez, en bucle, son impresionantes.

El rato se pasa.