Las esposas de Stepford

Cachondísima película de ciencia ficción setentera donde en una zona residencial de Connecticut, todas las mujeres que acuden con sus maridos a vivir terminan perdiendo sus criterios y aficiones personales para convertirse en autómatas amas de casa, que únicamente se desviven por mantener el hogar limpio y satisfacer los insensatos deseos de sus maridos. JAJAJJAJA, los maridos claro, están en la gloria. La peli se basa en una novela de Ira Levin (el autor de “La semilla del diablo” y “Los niños del Brasil”) Las protas son Katharine Ross y Paula Prentiss, ésta última exhibiendo las piernas más bonitas que jamás tuviera mujer alguna. Perfecta combinación de suspense, comedia ácida y finalmente peli de ciencia ficción con claras referencias a “Los ladrones de cuerpos”. Especialmente recomendada para machistas desesperados, misóginos con complejo de inferioridad y feministas que quisieran ver a todos los hombres castrados física y mentalmente.

Casi siempre, los extremos son peligrosos. Bryan Forbes nos ofrece un relato en el que la perfección y la corrección de las mujeres de una pequeña localidad crean la inquietud y el misterio entre los forasteros. Las esposas de Stepford, todas peripuestas, modélicas y con la única preocupación de que no se les quemen las galletas en el horno, provocan la intriga y la sensación de que algo sobrenatural se respira en el ambiente.

El filme se desarrolla algo lento pero consigue ir calando poco a poco en el espectador, que es testigo de la paranoia y la locura que se van apoderando de Katharine Ross. Para el aficionado a la ciencia-ficción, le será inevitable reconocer de alguna forma en "Las esposas de Stepford" a la notable "La invasión de los ultracuerpos" (1978) de Philip Kaufman, ambas películas situadas en la misma época y herederas de un cine en el que la paranoia de la guerra fría aún no había desaparecido.

La puesta en escena de Forbes es tan aséptica como las mujeres autómatas, incrementando así la sensación de una verdad inquietante. El ritmo sigue las pautas del cine de los setenta, sin prisas, relatando la historia de forma sosegada e incrementando la tensión apenas un poco en los últimos minutos, acabando en un final que nos vuelve a recordar el mencionado filme de Kaufman.

En cuanto a interpretaciones, el reparto, principalmente femenino, está a la altura de las expectativas, destacando una atractiva y valiente Katharine Ross, rostro ya conocido principalmente por "El graduado" (1967). En 2004 Frank Oz rodaría un innecesario remake en el que Nicole Kidman interpretaría el papel de Ross, pero con peores resultados.

Recomendable.

La película, basada en la obra de Ira Levin -- autor de otros grandes éxitos llevados al cine como "La semilla del Diablo" (Rosemary's Baby), "Los niños de Brasil" (The Boys from Brazil), "Un beso antes de morir" (A Kiss Before Dying) --, debe se vista considerando el contexto de la época en la que fue rodada.

En 1975 se vivía la Segunda Ola del movimiento feminista. Sólo cinco años antes la feminista radical Shulamith Firestone había publicado "La dialéctica del sexo: el caso de la revolución feminista" (The Dialectic of Sex: The Case for Feminist Revolution), precedida por Betty Friedan, con su "La mística de la feminidad" (The Feminine Mystique) y por Simone de Beauvoir, con su "El segundo sexo" (Le Deuxième Sexe). En sólo seis años más vendrían otras obras como "El mito del amor maternal" (L'Amor en plus : histoire de l'amor maternel), de Elisabeth Badinter, en un turbillón interminable de libros destinados a destruir la familia, utilizados por más de un psicólogo mal intencionado y especializado en demoler toda relación entre marido y esposa (y novio y novia), entre padres e hijos, y entre hermanos, para mejor dominar la mujer "independiente" que surgiera de esos escombros. Verdadera entidad demoníaca, nada puede ser más ponzoñoso: la disolución de la familia por tales personajes (yo misma conocí una secta de psicólogos de tal calibre en la ciudad de Fortaleza, Ceará, en Brasil) es su proyecto de vida. Como lo fueron de todas las feministas comunistas anteriormente citadas.

Así, cuando Bryan Forbes publicó su película, las mujeres estaban viviendo en pleno bombardeo de la propaganda feminista, que las incitaba a dar un paso ni siempre deseado por ellas, pero impuesto desde instancias ni de lejos sospechadas. Hollywood, entonces, ya estaba trabajando, a pleno vapor, en su agenda izquierdista, denunciada recientemente por Ben Shapiro ("Primetime Propaganda: The True Hollywood Story of How the Left Took Over Your TV", 2011).

Lo que se va a ver en esa película es una crítica mordaz contra la familia, el matrimonio y la maternidad. La protagonista, Joanna (Katherine Ross), junto con Bobby, su mejor amiga feminista, ve algo profundamente desconcertante y anormal en el comportamiento de las mujeres de su nuevo vecindario -- amas de casa dedicadas a sus familias y sinceramente contentas con sus vidas --.

Joanna y Bobby sencillamente no son capaces de aceptar que una mujer no desee, como ellas, "liberarse" de las "ataduras" del matrimonio y la maternidad. "Quiero que, en algun lugar, algun día, alguien mire esto [su trabajo como fotógrafa] y diga: 'Estas fotos son de Ingel -- Ingel es mi apellido de soltera --; sólo quiero ser recordada'". Esa reflexión de Joanna lo dice todo: la mención al apellido de soltera es la clave para dar con el núcleo "libeacionista" de la película. Ella ha de ser recordada no por el conjunto de circunstancias que la hacen ser quien es: no sólo fotógrafa, pero también esposa y madre. El apellido de soltera la presentaría libre de las peores ataduras adquiridas por el matrimonio: el marido, los niños, la casa, incapaces, a su manera de ver, de dar significado y entidad a la personalidad por la que quiere "ser recordada". Joanna necesita alejar de si su condición de esposa, madre y ama de casa para merecer la única admiración que desea: la de haber tenido una carrera.

Pero no hay que ser tan explícitos y la solución es dar razón a la protagonista, que finalmente desvela el misterio: aquellas mujeres son robots, no féminas de carne y hueso, que en la vida real jamás hubieran aceptado que el matrimonio, la maternidad y una vida sin carrera fuera algo por sí sólo deseable y capaz de hacerlas sencillamente satisfechas y felices.

Que el éxito de la propaganda feminista hollywoodense fue rotundo a lo largo de las últimas décadas, no hay duda. De eso es prueba el hecho de que raras son las críticas, acerca de esa película, que denuncian aquello de lo que realmente trata. En los comentarios, aquí en Filmaffinity y en el canal de YouTube que hospeda la versión en español, sólo se ven mujeres "perdidas", diciendo no haber comprendido el filme o repitiendo el manido slogan de "guerra al hombre", que en los días actuales gana aún más transcendencia. A final, estamos en la Cuarta Ola del movimiento feminista, que nunca ha sido tan deletéreo como ahora.

Como esta película es muy profeminista, y como además Bryan Forbes es director de filmes prestigiosos, e Ira Levin el autor de la gran novela "Rosemary's baby", parece no quedar otra que considerarla también gran película.
Pero resulta que no lo es. Resulta que, a menos que uno se derrita de satisfacción ética ante la crítica alegórica al machismo de los matrimonios burgueses tradicionales, estas "Esposas de Stepford" es un film extraordinariamente aburrido. La fábula o alegoría que constituye su trama es de lo más burdo, y sólo salvaría el prometedor comienzo y el aterrador final. Demasiado poco para casi dos horas de metraje insulsísimo.
Ira Levin, autor del libro en que se basa, escribió una maravillosa novela, de todos conocida, pero se ve que al hombre se le acabaron las ideas y lo que pudo hacer después no fueron más que malas copias de Rosemary.

He visto... Las esposas de Stepford...
https://www.filmaffinity.com/es/film460544.html

Un 6. Aunque en realidad, con ojos de hoy le daría un punto menos. Pero viendo de cuándo es, y situando mi mente un poco en esas fechas, me hace darle un punto más, situándola como interesante.

Mi intención inicial era ver Las mujeres perfectas, pero he visto que era un remake, y, viendo que la película original estaba mejor valorada, he decidido empezar por ella.

Me ha resultado previsible, superficial y no me ha dado miedo en absoluto, a pesar de que se presenta como de terror. Pero esa percepción es debida al paso del tiempo. En fechas de estreno el efecto hubiese sido mucho más intenso, tanto porque yo por entonces era un crío, como porque las películas sobre el tema que muestra esta película era mucho menos manido de lo que es ahora.

De todos modos no sé a quién podría recomendar esta película, porque dudo que se entienda el planteamiento desde perspectivas más actuales. Es una sátira de un modelo de sociedad que se planteó en las décadas de los cincuenta y sesenta en los Estados Unidos, que llegó a España con al menos diez años de retraso. Pero tal que se plantea en la película no era un modelo realista ni remotamente.

Así que, no la recomiendo ni dejo de hacerlo. Cada cual a su criterio con la información disponible.