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El cowboy

Western En 1870, Harris, recepcionista de un hotel de Chicago, se asocia a Tom Rice y parte con él para conducir una manada de ganado bovino a México. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
23 de julio de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una obviedad reconocer que no es el mejor de los Westerns de Delmer Daves que en esa misma década filmará históricos como "El árbol del ahorcado" o "El tren de las 3:10".

Esta película entra en esos Western menores que Daves rodó en los Cincuenta como Jubal, Tambores de Guerra o el propio Cowboy, ciertamente un título ambiguo pero que la define perfectamente.

Y aún así creo que la película merece un notable muy alto, el duelo interpretativo es de primer nivel viendo el cambio y la evolución de los personajes principales, intercambiando sus formas de ser durante la película. Glenn Ford rompe con el papel de vaquero amable y agradecido de Jubal (1956) y Jack Lemmon aunque este fuera de sus registros típicos consigue otra gran interpretación, siendo ingenuo como él solo al principio y siendo malo como él solo al final, aprendiendo de los palos que da la profesión.

El guión creo que es lo más flojo de la película en cuanto al argumento y en cuanto a lo liviano que se hacen los temas a tratar, el romance con María acaba pasando de puntillas y las relaciones entre los vaqueros no son muy profundas pero con ello también se consigue retratar ese estilo vital, donde no hay tiempo para el amor, una vida idealizada que en realidad no es má s que arena, vacas y jornadas interminables en la que todo te acaba asqueando por lo deshumanizado del trabajo y al final agradecen llegar a un hotel y poder descansar y sentirse como señores.

La banda sonora pasa muy desapercibida, todo lo contrario que la cámara, las escenas de ganado son muy buenas, muy bien logradas, sobre todo las nocturnas en el vagón con Ford y Lemmon dentro, cubriendo desde todos los ángulos posibles y luchando con las vacas realmente, además de los juegos de luces y de filmar casi a oscuras, al estilo Daves.

También destaco todo lo relacionado con los caballos y el ganado, los especialistas durante la doma y en la lucha contra el toro de los pitones rojos están muy bien trabajadas, eso sí, el toro es mas falso que un duro de madera.

Me parece un muy buen western, muy bien hecho y con interpretaciones a una gran altura de dos grandes de esto, Ford un auténtico capataz y vaquero y Lemmon un soñador desencantado, pocos rostros reflejan tan bien en el cine esa sensación.
MirzaDzomba
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23 de octubre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen western que sino es de los mejores del bueno de Delmer Daves cuenta con escenas muy buenas y dos grandes intérpretes como forman un Jack Lemmon excelente y un Glenn Ford en su salsa que demuestra que fue un actor sencillamente magistral.
Retrata muy bien este film la dura vida de los "cowboys" un oficio de los duros, en donde poco había de placer y diversión como venden muchos westerns, este es muy desmitificador y realista en ese aspecto cosa que se agradece.
Lo que no me gustó mucho fue la música y también fue la manera de terminar del film, con un guión en su recta final desarbolado y un final precipitado y malo pero por lo demás aunque no es una maravilla de film merece verse por el realismo con que cuenta el trabajo de los auténticos ganaderos de la época así como varias escenas excelentes y unas interpretaciones soberbias.
Si quieren un buen western, de dos actorazos y quieren saber como era la vida de esos cowboys americanos de antaño eso sí sin esperar tampoco maravillas, véanla sin duda para eso merece la pena.
Un saludo.
Mario 92
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30 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El siempre recomendable Delmer Daves (El árbol del ahorcado, El tren de las 3'10, La ley del talión...) aborda este western basado en las verdaderas vivencias de su protagonista Frank Harris (aquí encarnado por Jack Lemmon, un muchacho del Este que se enroló como vaquero para conducir una de esas grandes manadas por las vastas llanuras americanas), queriendo darle a la experiencia un enfoque desmitificador y algo más realista acerca de la dura vida que llevaban estos hombres.
Un viaje iniciático para un muchacho de ciudad que tiene idealizada la profesión y que se irá dando cuenta a lo largo del camino que la conexión con la dura realidad rara vez engendra nada bueno. Las duras condiciones laborales, las adversidades climáticas, el aislamiento y la soledad y un feroz individualismo no hacen otra cosa que promover el desarraigo y la insolidaridad.

No me ha gustado mucho. La película es una suerte de anecdotario que no lleva a ninguna parte.
Se nos muestran pinceladas de pequeñas historias para ilustrar el carácter de los personajes con un Glenn Ford a la cabeza del grupo que se va a erigir en mentor de nuestro joven protagonista, un novato Lemmon que primero contemplará con horror el extraño código de conducta bajo el cual se rigen estos hombres pero que, poco a poco, irá adquiriendo como propio, el alumno que supera al maestro, el ratón que aprende los trucos del gato, una lección amarga como la vida misma, el paso a la madurez requiere de cierta renuncia de ideales y de sueños.
Por contra, también Ford aprenderá del muchacho. Empeñado en hacer de él un hombre constatará que hay valores a los que no se debe renunciar, la solidaridad entre ellos, pero la película se muestra imprecisa y no pocas veces contradictoria, no comprendo la preocupación que muestra en algunos momentos por su joven socio y la indiferencia hacia sus compañeros de la que hace gala en otros.
Por lo demás, contamos con la presencia de algunos rostros confiables en el género.
Brian Donlevy que hace el papel de veterano pistolero, ya cansado de su intensa vida y que busca acomodo en su nuevo trabajo para asegurarse un retiro plácido y tranquilo. Un esbozo apenas dibujado, un personaje desaprovechado.
Dick York. En su acostumbrado papel de tarambana, compañero propenso a meterse en líos protagonizará otra de las anécdotas durante el viaje.
Richard Jaeckel, es el graciosillo del grupo. Sus gracietas tendrán consecuencias desastrosas e ilustrarán también muy bien el espíritu bajo el que se mueve el equipo.
Anna Kashfi. Dama mexicana, motivo amoroso de Lemmon y excusa por la cual éste se embarca en el viaje. Personaje intrascendente y totalmente prescindible en la historia.
Y unos cuantos rostros más amenizan el relato pero sin que sus vivencias supongan nada significativo en el transcurrir del mismo.
Escenas del arreo de las vacas, manejo de reses, doma de caballos, exhibición frente a un toro durante el transcurso de una fiesta y alguna pequeña estampida adornan la narración y le otorgan ese carácter ilustrativo acerca de la labor del vaquero que hacen de este film una especie de cuaderno de bitácora del cowboy.
Un correcto relato que nos da a conocer esa labor pero no una gran película.
Izeta
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29 de julio de 2021
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A un lujoso hotel de Chicago llega a la altura de 1872 una cuadrilla de rudos vaqueros que acaba de vender allí su ganado. El recepcionista, Frank Harris (Lemmon), contempla asombrado el dinero que manejan y la consideración que todos tienen con su jefe, Tom Reese (Ford): las mejores habitaciones, francachelas y un palco en la ópera al que acude con su impecable smoking. También la formalidad de aquella gente, "No he firmado un solo contrato en mi vida y no he incumplido nunca un acuerdo".
Un desengaño amoroso hace que Tom decida hacerse un vaquero como ellos. Le advierten del lío en que se mete sin tener la menor experiencia, pues "En la pradera no hay domingos". Luego están las compañías, gente violenta, pendenciera, pistoleros, mujeriegos y embusteros, "Dejarte a solas con una mujer unas horas y luego escuchar tus mentiras toda la vida".
Del mayor interés la evolución de las personalidades de los dos protagonistas. Mientras el rudo vaquero poco a poco suaviza su actitud ante el antiguo recepcionista de hotel, este se va integrando en el ambiente y contempla decepcionado que el aparente compañerismo de los cowboys esconde a menudo un individualismo egoísta que lo endurece hasta volverlo exactamente igual a ellos poniendo a la manada, al negocio, por encima de las personas, "Una vaca vale 20 dólares en Chicago, ¿cuánto vales tú?" Los "miserables sacos de pulgas ambulantes" son más importantes que los mismos compañeros.
Tom contempla asustado la transformación producida en el carácter de Frank, "No se ha endurecido, solo se ha convertido en un miserable".
Dentro de la temática abordada, este análisis de la personalidad de aquellos vaqueros de fortuna que tantas veces nos han presentado como modelo de compañerismo y de solidaridad salta aquí por los aires. La manada, el dinero, es lo primero de todo.
Western psicológico hecho a partir de un excelente guion, muy bien dirigido y ambientado. Paisajes preciosos y notable fotografía. Salvando lo extraño que resulta encontrarnos a Lemmon en el Oeste, extraordinaria su interpretación que está a la altura del experimentado Ford y del brillante elenco de reparto.
Hay que destacar escenas de la intensidad del solo de trompeta en la taberna mexicana, lo mismo que la fiesta popular charra con algunas escenas peckimpasianas como el concurso de captura de gallinas enterradas hasta el cuello cabalgado sobre ellas, o el "juego del ganado" que consiste en ensartar un pequeño aro en la cornamenta de un toro furioso, donde Tom sustituye al atrevido e inexperto Frank, "Morir por intentar ganar dinero es una cosa, morir para intentar impresionar a una mujer es una estupidez".
En lo sanitario, la primera jornada de marcha se salda ya con tremendas escoceduras en las nalgas del novato por la falta de costumbre de cabalgar. Se salda con friegas de agua salada y whisky, fieles a la máxima de lo que escuece cura. Aparece poco después una serpiente venenosa que se lanzan de unos a otros entre bromas hasta que muerde a uno de ellos en el cuello. De poco sirve el sangrado que le practican y fallece en medio de fuertes escalofríos. Veremos también en uno de los tiroteos una herida en un pierna, se entablilla perfectamente con ramas y permite caminar con la ayuda de una rudimentaria muleta.
Una gran película en la que destaca el duelo interpretativo de los dos protagonistas pero, sobre todo, el análisis de la personalidad de aquellos míticos conductores de ganado.
Lafuente Estefanía
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27 de marzo de 2023
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No es de lo mejor de Davis, pero se deja ver. Es entretenida y tiene la virtud de ver a Glenn Ford en toda su plenitud y a un Jack Lemmon de vaquero, circunstancia que nunca lo había pensado.
La redención de un amor de juventud a través de la pradera, quizá sea una simplificación excesiva, pero desde luego es lo que plantea.
La vida del vaquero, la mistificación de la pradera, la vida salvaje, la vida libre, todos y cada uno de los mitos de los auténticos Cowboy están presentes, el alcohol, las partidas de cartas, el tabaco, los indios, las vacas...
ÁAD
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