Miedo súbito

Deliciosa sorpresa cinematografiaca. Inicia de manera muy atractiva. Apenas unos pocos planos nos introducen en las pruebas que se desarrollan en un teatro, una rica heredera que no desea vivir parasitáriamente de su fortuna representa a una afamada guionista coincide con un actor metido demasiado en su personaje... A partir de ese momento, la función se inserta en una espiral de creciente horror. La combinación del largo y casi extenuante episodio final, inicia un fragmento casi carente de diálogos, en el que la modulación del suspense, la fuerza de la contrastada iluminación, el aprovechamiento de los detalles con la fuerza de la interpretación desatan una obra de arte.

Extraordinaria intriga de principio a final. Jack Palance y Joan Crawford en estado de gracia. Ambos protagonistas tendrán que jugar al gato y al ratón, el uno contra el otro, a simular sentimientos e intenciones, y Gloria Grahame la tercera en discordia.
Esplendidos personajes que van interfiriendo en la acción sumando una serie de secuencias que te mantendrán en vilo de principio a fin. Es curioso que alguna vez me preguntan por alguna película porque saben que me gusta el cine y si recomiendo ésta no les guste porque no es a color y ven que será una antigualla, cuando justamente es este cine el que ofrece interpretaciones y guion.
Pues muy recomendable.
En spoiler pasos del miedo súbito al miedo confirmado.

Un trepidante noir excelentemente construido, con un guion lleno de momentos de tensión que van in crescendo, haciendo que el espectador entre en el juego, gozoso, mordiéndose las uñas y admirando la soberbia interpretación de la Crawford que, merecidamente, fue nominada al Oscar.
Un formidable ejemplo de cine de género, dedicado al entretenimiento del personal, que cumple su objetivo con creces.
Una gozada.
Una rica y afamada escritora ( Joan Crawford), contrae matrimonio con un actor ( Jack Palance), que la seduce, a pesar de que su relación no había comenzado muy bien, cuando aquella le rechazó para que interpretara un papel en su obra.
Comienza así un periodo de felicidad pero, bruscamente, todo se tuerce.
No es una cinta que trascienda ni que pueda ser incluida entre las joyas del séptimo arte. No lo pretende en absoluto.
Es una cinta pensada para el público sin exigencias. Para que se divierta y sufra con todos los elementos de tensión milimétricamente construidos para disfrute del personal.
En ese aspecto es impecable y creo, que los amantes de este cine se lo van a pasar de miedo, nunca mejor dicho.
Cuando el cine necesitaba poco, muy poco, para hacer algo grande.
Pues no se han copiado cintas ( cientos y cientos de ellas durante todas las décadas hasta la actualidad),y se siguen utilizando los mismos elementos, giros de guion, montaje y utilización de la música y sonido para seguir haciendo lo mismo una y otra vez, solo que peor y, sin embargo, es una cinta sin ínfulas ni pretensiones con el único fin de hacer pasar un buen rato.
Yo no sé ustedes pero yo, cuando veo una película así, siento que los responsables tenían mucho respeto por el público de entonces y se preocupaban de que salieran del cine satisfechos, después de haberles dado, exactamente, lo que les habían prometido dar, sin engaños, estafas ni salidas de olla.
A ver, todos esos amantes del cine de suspense. ¿ Por qué no prueban a acercarse a estas películas hechas hace 70 años?. ¿ Creen de veras que el cine ha aportado algo verdaderamente innovador o significativo, quitando toda la parafernalia hueca de fuegos artificiales digitales?.

Los relatos románticos adquieren mil formas distintas sobre el celuloide pero la narración de E. Sherry plantea un punto de vista original y enigmático cuyo significado capta perfectamente D. Miller y lo traslada al espectador con enorme solvencia profesional.
La fotografía resulta seductora, la banda sonora se ciñe a la acción como prenda propia, el desarrollo de la historia recorre una línea ascendente de intensidad y los giros del argumento son trasladados a la pantalla con rotundidad.
Y mientras el inexorable destino se vuelve cómplice del reloj para alcanzar su objetivo, hay que destacar la soberbia interpretación de J. Palance.
Y también la de J. Crawford, especialmente en su registro dramático.

Entretenida intriga de cine negro "clásico".

La presentación de los personajes y el arranque son muy pausados, tranquilos, incluso sobreedulcorados. Por eso mismo, cuando de verdad arranca la trama y el guión va dando todos sus giros, la historia te sorprende con la guardia baja. El efecto es genial por lo inesperado y por los fenomenales requiebros de la historia. Se sigue con interés, con cierta tensión y en algún momento con incredulidad por lo dramático de algunas decisiones.

Fenomenales actuaciones del trío protagonista. Destacando la fabulosa actuación de Crawford con un poder comunicativo mayúsculo en su rostro y en su mirada. Una profesional de la vieja escuela.

Fotografía, muy buena por sus encuadres, perspectivas, claroscuros y por el movimiento de la cámara durante la persecución - la inmersión del espectador en la situación es total-.

Montaje, muy bueno. Es artístico, efectista y elegante.

Es verdad que es un argumento típico de telefilm de sobremesa pero las actuaciones, la fotografía y los inesperados giros del guión le dan muchísimo empaque a esta historia.