New Girl (Serie de TV)

New Girl cuenta la historia de Jessica Day (Zooey Deschanel) una profesora optimista y alegre, que tras dejar a su novio cuando le pilla con otra, decide cambiar su vida completamente e irse a vivir a un piso compartido con tres chicos: el negativo y autodestructivo Nick (Jake Johnson), el maniático y metrosexual Schmidth (Max Greenfield) y el sensato Winston (Lamorne Morris).

New Girl es una serie a la que hay que dar tiempo. Los primeros 8-10 capítulos sin estar mal, se hacen un poco pesados. El personaje de Jess se hace excesivamente cargante y los personajes masculinos no están muy bien definidos y parece que no tengan nada que hacer aparte de reaccionar a las rarezas Jess. Esto se debe a que en un principio la serie fue creada como vehículo de lucimiento de Zooey Deschanel y toda la primera parte de la serie basa sus gracias en las peculiaridades de Jess. Sin embargo, la serie mejora notablemente en la parte final de la primera temporada y sobre todo en la segunda temporada, donde se convierte en una serie coral y muy muy divertida, donde casi todos los personajes tienen su oportunidad de brillar. Es una serie que, a medida que pasan los episodios, recuerda bastante a Friends.

Zooey Deschanel está muy bien como la adorable Jess. Sin embargo. recomiendo fijarse en los extraordinarios Max Greenfield como el neurótico Smidth (sobre todo en la primera temporada) y Jake Johnson como el eternamente enfadado Nick (el mejor personaje de la segunda temporada). Ambos son los que cargan con el peso cómico de la serie, además afrontando sus personajes desde dos tipos completamente diferentes de humor, que son totalmente complementarios. A destacar la química entre todos los actores (sobre todo entre Deschanel y Johnson).

En resumen, una serie muy divertida y agradable de ver, con muy buenos actores y guiones bastante buenos y a la que recomiendo dar una oportunidad. Es una de esas series que mejora con cada episodio.

Hace unos dias iba hablando con un amigo sobre lo que esta serie ofrecía y por qué enganchaba tanto, por lo menos a nosotros. Entonces coincidimos en que la propia personalidad de los protagonistas de esta sitcom se encontraba reflejada en cada uno de nosotros, una pequeña característica de cada uno de ellos. Nos gusta porque se dan situaciones absurdas que nos han llegado a pasar a todos alguna vez, y si no te han pasado, pasarán. Situaciones en la que te identificas, en las que llegan a actuar de una manera loca para resolver conflictos y en la que no puedes parar de reir por las consecuencias que tienen. A mí me está encantando y por cierto, ¿quién no ha querido alguna vez tener unos compañeros de piso así? ¿alguien se apunta?

No es que esta sitcom se haya caracterizado nunca por su originalidad ni por tener unos personajes carismáticos, simplemente tiraba de la simpatía y de la inocencia de sus tramas y reparto para entretenernos con mayor o menor éxito. Una apuesta casi segura que ha agotado la fórmula en esta penúltima temporada reciclando tramas añejas y otorgando más minutos a una realmente sosa y prescindible Megan Fox, quien no ha encajado nunca en un grupo cuyos mejores momentos han llegado a raíz de paranoias y locuras puntuales de subtramas secundarias.

La evolución de los cinco protagonistas de la serie a lo largo de los años es palpable, y en esta sexta entrega los guionistas se han centrado en estabilizar sus vidas, lo cual ha provocado que también se estanquen los niveles de risas, que sin haber sido nunca demasiado altos, eran más habituales en entregas anteriores. Podríamos decir que esta ha sido la auténtica temporada final de la serie, ya que la siguiente contará con tan solo ocho episodios que servirán para contarnos hacia donde se ha dirigido la vida de unos personajes a los que se les coge cariño, aunque tampoco echaremos de menos cuando desaparezcan.

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Empecé a ver esta serie porque había cancelado Hope. Y lo único que puedo decir es que es bastante entretenida. No es una obra maestra, pero eso no es lo que buscas en una serie de comedia. Cumple su objetivo y logra sacarte alguna sonrisa. El único problema es que tiene un ritmo bastante irregular, tiene algunos episodios buenos y otros no tanto. Las primeras temporadas son las mejores así que si no te gusta este tipo de humor te recomendaría que dejaras de verla. La última temporada consigue cerrar la serie de forma bastante adecuada y con el tono típico que había tenido durante todo su trayecto.

A ver, en primer lugar: un grandioso aplauso para Elizabeth Meriwether.
Y en segundo, debo decir que esta serie no está tan valorada como otras, ni es tan conocida, pero es la mejor serie de comedia del momento.
Ninguna tiene unos guiones y unos diálogos tan brillantes como 'New Girl'.

Es una serie en la que todos los personajes son únicos y sobresalientes.
Todos tienen sus propios diálogos sensacionales y sus locuras internas (y externas).
Una serie que se hace amena (veinte minutos por capítulo) y que no se complica.
Cada capítulo es carcajada asegurada.

Gracias por existir 'New Girl'.